Los bancos han duplicado el dinero que cobran a las familias por firmar una hipoteca en solo dos años. El Banco de España calcula una escalada histórica del coste de los nuevos préstamos para adquirir una vivienda desde el mínimo del 1,4% de 2021 al 3,7% de abril, de media.
“Desde principios de 2022, las entidades de crédito de nuestro país han venido trasladando de forma sostenida el aumento de los tipos de interés [del Banco Central Europeo (BCE), que se reflejan directamente en el euríbor] a los de los nuevos préstamos concedidos a los hogares. Esta traslación se ha acentuado desde mediados del pasado año y afecta a todas las modalidades de préstamos”, resume el Banco de España en su último informe de la situación financiera de hogares y empresas.
El coste de los préstamos nuevos para consumo (para comprar un coche, o un electrodoméstico) roza el 8%, desde el 6% de 2021. Este encarecimiento de la financiación también la están sufriendo los empresarios, tanto por el menor consumo, como por las mayores dificultades para conseguir un crédito.
Se trata de la estrategia del BCE para asfixiar la economía y luchar así contra la inflación. Y conlleva, efectivamente, ahogar la capacidad de comprar de las familias y de invertir y crear empleo de las empresas. La posición del banco central y de las principales instituciones internacionales defiende que es preferible una contracción de la actividad económica, incluso aunque conlleve una recesión o destrucción de empleo, que subidas de precios persistentes.
Las consecuencias de esta estrategia ya están haciendo estragos, sobre todo entre las familias. Y, en su informe, el Banco de España constata que la demanda de hipotecas y de otros préstamos se ha hundido a mínimos de 2020, en plena pandemia. En cambio, los mismos cálculos de la institución demuestran que los ingresos por depósitos de las familias en las entidades financieras apenas han aumentado y solo alcanzan el 0,1% o el 0,2% de la renta bruta disponible, en promedio.
La gran beneficiada por las subidas de los tipos y del euríbor es la banca. Los ingresos por intereses de las entidades de nuestro país se dispararon un 43% entre enero y marzo, respecto al primer trimestre de 2022. Los bancos ya avisaron en 2022 con el comienzo de las subidas de tipos de interés por parte del BCE que el verdadero impacto en sus cuentas llegaría en 2023. Y así está siendo.
Lo ha admitido hasta la presidenta de la institución, Christine Lagarde, quien reconoció hace unas semanas que, “hasta ahora, el endurecimiento de las condiciones de financiación no ha sido a expensas del negocio de los bancos, ya que el impacto positivo de las tipos más altos en los márgenes de interés de las entidades superó el impacto negativo en los menores volúmenes [la caída de los importes y del número de préstamos que se firman]”. Las crecientes ganancias de los bancos favorecieron la creación por parte del Gobierno de un impuesto especial en 2022.
Por otra parte, como respuesta al daño de las incrementos de los tipos de interés del BCE, principalmente a los hipotecados a tipo de interés variable, los partidos políticos están haciendo diferentes propuestas de cara a las elecciones generales del 23 de julio. Desde el “bono de emergencia” de 1.000 euros de Sumar. Pasando por el alargamiento del plazo de pago de los préstamos del PSOE. Hasta la creación de un fondo de rescate que ha planteado el Partido Popular (PP).
Vuelve a crecer el ahorro de las familias
El Banco de España también se detiene en otra tendencia. Como en España la inflación de ha moderado, incluso por debajo del 2% en junio, gracias al abaratamiento de la electricidad y de los carburantes (en parte por medidas como el tope al gas), las familias están recuperando algo de poder adquisitivo, tras meses y meses sufriendo el 'mordisco' de las subidas de precios.
Este alivio por la bajada de la inflación, y el menor consumo por el encarecimiento de las hipotecas y de los préstamos en general están propiciando que las familias hayan vuelto a ahorrar. Hasta el punto de que la tasa de ahorro vuelve a superar la media de los últimos años. Eso sí, en promedio, porque el número de hogares vulnerables se ha elevado en esta crisis de precios.