Los bancos exigen cada vez más vinculación a sus clientes para poder esquivar las comisiones en sus cuentas
Las operadoras de telefonía han centrado su estrategia en los productos empaquetados. Un cliente con una línea móvil es menos atractivo que uno que incluye en el mismo contrato la fibra y la televisión. Una tendencia similar se está viviendo este año en banca, con las entidades lanzando nuevos modelos de cuentas corrientes que buscan tener a sus clientes vinculados cada vez con más productos, a cambio de eliminar comisiones en sus cuentas corrientes. En un contexto de problemas de ingresos por los bajos tipos de interés y el debate abierto sobre si se debe cobrar a los clientes por tener depósitos, los bancos apuestan por incentivar la contratación de varios productos.
Las nuevas cuentas lanzadas por Santander, BBVA, Bankia o CaixaBank llevan aparejada en la letra pequeña la obligación de tener más de un producto que vincule al cliente por la entidad. Si alguien quiere abrir una cuenta corriente para ingresar mensualmente su nómina, pero no tiene contratados otros servicios como seguros, una hipoteca o un fondo de inversión, puede ver que el banco le aplique unas comisiones que pueden llegar a superar con creces los 200 euros al año. Son las cuentas bancarias totalmente digitales las que se siguen comercializando sin comisiones y sin necesidad de cumplir ciertos requisitos.
De este modo, el cliente debe decidir si vincularse más para evitar comisiones, abonarlas o directamente ir a los canales digitales. Para aquellos que tienen menos productos contratados, los bancos incentivan cada vez más las vías telemáticas y penalizan con comisiones el uso de las oficinas para hacer ingresos, pagar recibos u otras gestiones que tradicionalmente se han hecho en las sucursales.
El último banco en hacer un movimiento en esta línea ha sido esta misma semana Santander, quien ha sustituido su antigua estrategia por la cuenta 123, con la que durante años buscó captar clientes con incentivos que se fueron rebajando durante el tiempo, por la nueva cuenta One. Toda su oferta de cuentas corrientes se engloba ahora en esta nueva. “Los clientes vinculados podrán realizar su operativa habitual a través de canales digitales y en los 40.000 cajeros de la red Santander en el mundo y no pagarán comisiones por los servicios básicos”, señalaba el banco en la nota de prensa de presentación de este nuevo producto. Para que un cliente pueda tener esta cuenta gratis debe tener unos ingresos domiciliados (un mínimo de 600 euros de nómina o 300 euros de pensión), a lo que tendrá que sumar al menos uno de los tres siguientes requisitos: al menos 5.000 euros en un plan de pensiones o fondo de inversión; una hipoteca o préstamo con el banco; o seguros con primas anuales superiores a los 120 euros. Si no se cumple con estos requisitos, las comisiones están entre los 120 y los 240 euros anuales.
No es la única entidad que ha acometido pasos en este sentido durante este año. Por ejemplo, Bankia lanzó en febrero el programa 'Por ser tú' que permite a sus clientes evitar el pago de comisiones si se cumplen una serie de criterios. El primero, tener a final de mes 40.000 euros en productos del banco: planes de pensiones, fondos de inversión, seguros de ahorro, etc. O, por otro lado, contar con el ingreso de una nómina de 700 euros y sumar uno de estos servicios: tener 30.000 euros en productos de ahorro, contar con un seguro, o hacer al menos dos compras con tarjeta de crédito cada mes. Si no se cumplen estos requisitos, las comisiones van de 20 a 42 euros al mes.
Entre los bancos con programas que obligan a tener más productos contratados con la entidad para quitar las comisiones de una cuenta se encuentra también Unicaja. La entidad malagueña, que está en plenas negociaciones de fusión con Liberbank, cuenta con el programa 'Plan cero comisiones' para los clientes que domicilien su nómina de al menos 600 euros, hagan 1.200 euros de gasto anual con las tarjetas y, o bien tengan un seguro con el banco, o bien acumulen más de 30.000 euros en productos de ahorro gestionados por Unicaja (planes de pensiones, fondos de inversión, etc.). Sabadell, por su parte, solicita tener una nómina de 700 euros y elegir entre los siguientes requisitos: tener un seguro en el Sabadell, un contrato de autorenting o 10.000 euros en productos de ahorro.
Otras entidades son algo más laxas en sus exigencias, pero también las han aumentado en los últimos tiempos. BBVA ha anunciado cambios en las condiciones de sus cuentas con el programa 'Adiós comisiones' que entrarán en vigor a partir del 15 de diciembre. La entidad ofrece una cuenta gratis si se cuenta con unos ingresos de 800 euros –antes el listón estaba puesto en 600 euros— o de 300 euros en caso de pensiones o desempleo a lo que se añade la exigencia de o bien tener cinco recibos cada cuatro meses o usar siete veces las tarjetas de crédito. Al mismo tiempo, anunció que empezará a aplicar comisiones para operaciones hechas en sucursales, como la retirada de menos de 2.000 euros en efectivo, que costará 2 euros, o las transferencias, que tendrán un coste de al menos 8 euros.
CaixaBank también lanzó en octubre su propio programa para evitar las comisiones, 'Día a día'. Al igual que en el caso del BBVA, únicamente exige unos ingresos mínimos de 600 euros y realizar un número de operaciones con las tarjetas o la administración de ciertos recibos. Igualmente se libran de las comisiones quienes tengan 20.000 euros en productos de ahorro vinculados con el banco. El banco aseguró entonces que el objetivo era “fomentar la vinculación con sus clientes y crecer en personas que la consideran como su banco de referencia”.
Los productos vinculados pueden ser más caros que la comisión
Las asociaciones de consumidores, como la OCU o Asufin, han alertado de los efectos que tienen estas estrategias que pueden suponer un aumento de los costes para los clientes. “No son hechos aislados, sino una tendencia real: las entidades financieras están endureciendo los requisitos que exigen a sus clientes a cambio de la gratuidad de sus cuentas”, apuntó la OCU este año. Patricia Suárez, presidenta de Asufin, señala que en algunas ocasiones “sale más rentable pagar la comisión que vincularse más al banco”, argumentando que algunos productos como fondos de pensiones o de inversión pueden salir más caros que buscándolos en el mercado. “El banco prefiere mil veces más que te vincules a que pagues la comisión”, apunta Suárez al entender que objetivo no es tanto subir los ingresos por comisiones como aumentar el número de clientes.
Suárez apunta que una comisión, en sí misma, no es negativa. “Es el pago por unos servicios que entendemos que no son gratis”, señala, animando a los consumidores a hacer cuentas sobre qué sale mejor. “Casi todos los productos suelen ser más caros, especialmente en el ejemplo de los seguros, son paquetes que no están adaptados a las necesidades del cliente”, subraya.
Paralelamente a buscar más vinculación del cliente, el banco incentiva que aquellos con menos productos contratados vayan a las cuentas digitales, con el compromiso de hacer todas sus gestiones en las apps, la web o telefónicamente. Si un consumidor tiene una nómina, pero vive de alquiler y no tiene productos de ahorro, el canal digital es el único que en la mayoría de bancos, ofrece cuentas sin comisiones. “Se está penalizando el uso de la oficina física”, señala Suárez al recordar las nuevas comisiones que se instauran para las operaciones en la sucursal. De hecho, algunas de estas cuentas online aplican comisiones si se acude a hacer alguna gestión a la sucursal.
Esta estrategia llega en pleno proceso de apuesta por los canales digitales y el cierre de las oficinas físicas, lo que conlleva despidos de trabajadores. En lo que va de año se han cerrado más de 800 sucursales bancarias en España y se ha despedido a 2.200 empleados. Datos a los que se sumarán los expedientes que se están negociando en Santander, Sabadell, Ibercaja o los que llegarán el próximo año con la fusión entre Bankia y CaixaBank.
Como alternativa más económica sin acudir a los canales digitales exclusivamente quedan las cuentas de pago básicas. Desde 2019, la ley obliga a los bancos a ofrecer cuentas con una comisión máxima de 3 euros al mes, aunque es gratuita para los clientes en situación de vulnerabilidad. Esta cuenta permite realizar las operaciones básicas como domiciliar la nómina, hacer transferencias o el pago de recibos. Sin embargo, solo es válida si no se tiene ninguna otra cuenta en cualquier entidad. Desde Asufin plantean, sin embargo, que “sigue sin representar una alternativa real para los consumidores más vulnerables en estas circunstancias tan desfavorables” porque un cliente en situación de vulnerabilidad que ya tenga una cuenta, no puede solicitar esta alternativa. “En la práctica casi no se comercializan”, apuntan.
Las asociaciones de consumidores recuerdan que los bancos pueden realizar cualquier cambio en las condiciones de sus cuentas, con la obligación de informar a los clientes con dos meses de antelación, para que se decida si compensa o no, mantener esa cuenta o irse a otro producto o entidad.
Las comisiones ganan peso en los ingresos
Pese a que la estrategia de las nuevas cuentas busca incentivar la vinculación, lo cierto es que las comisiones son una vía por la que los bancos confían en mejorar los ingresos. Más todavía cuando se está en un contexto de bajos tipos de interés, que lastran su principal fuente de facturación en el balance y que, todo parece, se van a mantener durante muchos años. La gestión de fondos de inversión o sicavs, los medios de pago o la banca mayorista aportan nuevas fuentes de ingresos con estas comisiones.
En lo que va de año, teniendo en cuenta el negocio de los seis principales bancos en España, las comisiones han mejorado su peso en el balance de las entidades, pese a que la caída de la actividad económica durante la pandemia. Más del 31% de los ingresos procedieron entre enero y septiembre de las comisiones, frente al 30% de suponía en el mismo periodo del año pasado. La subida se ha producido porque han caído apenas un 0,5% las comisiones frente a unos ingresos totales que se han recortado más de un 4%.
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