Última presentación de resultados de Carlos Torres como consejero delegado de BBVA. El directivo se convertirá en presidente ejecutivo del grupo el próximo 1 de enero, en sustitución de Francisco González, quien anunció su jubilación hace unas semanas.
El ejecutivo ha argumentado en dicha cita con los medios que aunque es temprano para valorarlo por no conocerse los detalles, el impuesto de transacciones financieras provocará “una fuga fiscal” hacia otros países del entorno. Este impuesto, acordado por el Gobierno y Unidos Podemos, gravará la compra de acciones de empresas españolas cotizadas de más de 1.000 millones de capitalización.
El directivo ha asegurado que “no se debe afectar a una parte tan importante de la economía”, ya que asegura que es un apoyo para las empresas y puede afectar a la generación de empleo. De aprobarse, ha añadido, “se debería trabajar conjuntamente con otros países y no aprobarlo de manera unilateral”. Este impuesto existe también en Francia e Italia.
El ejecutivo también ha criticado la situación que ha abierto el Tribunal Supremo en el mercado hipotecario, a falta de su decisión del día 5 de noviembre sobre quién debe abonar el impuesto. Torres ha remarcado, como hizo el lunes la patronal bancaria, que en Europa lo abonan los clientes y que éste es el beneficiario de la hipoteca.
Al igual que otros directivos del sector, Torres ha recalcado que sea cual sea la decisión del Supremo, no debe haber retroactividad. En este sentido, ha subrayado que “lo que no se puede hacer es penalizar al que ha cumplido la ley”.
Torres ha hecho estas declaraciones en la presentación de los resultados del periodo entre enero y septiembre. En estos tres trimestres, la compañía suma un beneficio que supera los 4.200 millones de euros, lo que supone un incremento del 25% respecto al mismo periodo de un año antes. Esta subida se achaca por parte del grupo a las plusvalías tras la venta de BBVA Chile. Por contra la situación de divisas en países como Argentina, ha provocado un retroceso en los ingresos del 6,9%, hasta los 17.600 millones.
El directivo también se ha referido al proceso de sucesión de la compañía. Torres asumirá la presidencia ejecutiva y, por tanto, tiene pendiente la elección de su sucesor en el cargo de consejero delegado. El ejecutivo ha apuntado que se producirá antes de terminar el año y que “seguro que será alguien de la casa”. Ha señalado que su objetivo en la presidencia será la mejora del esquema de gestión de las filiales y el aumento del aprovechamiento de la tecnología.
Turquía ha sido otro de los temas tratados por el directivo. La empresa sufrió durante el verano por la mala situación de la economía turca y la caída de valor de la lira. Pese a ello, la empresa ha incrementado un 18% su beneficio en el país, pero ha visto deterioros como que se haya doblado la tasa de mora. La entidad mantiene su apuesta por el mercado turco con una situación actual “más tranquila”.