El BCE mantiene los tipos de interés y acelera la retirada de estímulos en plena invasión rusa de Ucrania
¿Intervenir en la inflación a riesgo de entorpecer el crecimiento? Es el dilema que tenía sobre la mesa el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo cuando se ha reunido este jueves en Fráncfort para discutir la política monetaria de los países del euro con el desafío de hacer frente al fuerte aumento de los precios, sobre todo de la energía y los alimentos, agudizado por la invasión rusa de Ucrania, sin lastrar el crecimiento de las economías europeas, que empiezan a recuperar los niveles prepandemia. De momento, el BCE mantiene los tipos, pero acelera la retirada de la compra de acitvos.
“La invasión rusa de Ucrania es un punto de inflexión para Europa”, dice el Banco Central Europeo, que expresa su “pleno apoyo al pueblo de Ucrania”. Así, la entidad presidida por Lagarde asegura que “garantizará condiciones de liquidez fluidas e implementará las sanciones decididas por la Unión Europea y los gobiernos europeos [a Rusia]. El Consejo de Gobierno tomará las medidas necesarias para cumplir el mandato del BCE de buscar la estabilidad de precios y salvaguardar la estabilidad financiera”.
El BCE mantiene los tipos de interés. Así, “el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se mantendrán en el 0,00%, 0,25% y -0,50% respectivamente”.
Eso sí, el BCE avanza con la retirada de sus compras de deuda del APP (Programa de compra de activos) –40.000 millones de euros en abril, 30.000 millones en mayo y 20.000 millones en junio– y anuncia que las evaluará para el tercer trimestre.
Pero no sólo eso. En cuanto al programa pandémico PEPP, que era de 1,8 billones, “en el primer trimestre de 2022, el Consejo de Gobierno está realizando compras netas a un ritmo inferior al del trimestre anterior. Suspenderá las compras netas de activos en el marco del PEPP a finales de marzo de 2022”: Eso sí, afirma que “las compras netas en el marco del PEPP también podrían reanudarse, si fuera necesario, para contrarrestar las perturbaciones negativas relacionadas con la pandemia”.
“Cualquier ajuste de los tipos de interés oficiales del BCE tendrá lugar algún tiempo después de que finalicen las compras netas del Consejo de Gobierno en el marco del APP y será gradual. La trayectoria de los tipos de interés oficiales del BCE seguirá estando determinada por las previsiones del Consejo de Gobierno y por su compromiso estratégico de estabilizar la inflación en un 2% a medio plazo. En consecuencia, el Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en sus niveles actuales hasta que prevea que la inflación alcance el 2% mucho antes del final de su horizonte de proyección y de forma duradera durante el resto del horizonte de proyección”.
El BCE, además, “considera que se han realizado progresos en la inflación subyacente consistentes con la estabilización de la inflación en el 2% en el mediano plazo”.
Inflación y cuellos de botella
¿Qué impacto va a tener la guerra? “Es difícil, es demasiado pronto”, reconoce el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni: “La incertidumbre ha aumentado, pero va a tener un impacto negativo”. No obstante, Gentiloni espera que “tendrá un peso significativo en la esperado expansión económica en la UE, pero sin descarrilarla, sólo que se debilite”.
Eso sí, el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha anunciado que Bruselas analizará en primavera si sigue con los planes de aplicar el Pacto de Estabilidad en 2023 o prorroga otro año su congelación: “Nuestras proyecciones actuales indican que la cláusula de escape general se desactivará a partir de 2023. Pero, en vista de la incertidumbre, volveremos a evaluar esto en la primavera”.
“La invasión de Ucrania por Rusia ha socavado la seguridad y la estabilidad europeas y mundiales”, afirma la Comisión Europea: “La UE se enfrenta a algunos desafíos inmediatos, como los flujos de refugiados, la seguridad y las posibles respuestas de Rusia. Esta crisis corre el riesgo de impactar negativamente en el crecimiento, incluso a través de las repercusiones en los mercados financieros, mayores presiones sobre los precios de la energía, cuellos de botella persistentes en la cadena de suministro y efectos en la confianza”.
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