Los trabajadores en España cobraron de media 17,5 euros brutos por hora trabajada en 2022. Para ganar lo mismo que en Bélgica (33,4 euros) habría que trabajar dos horas en nuestro país, el doble. Frente a Alemania (30,3 euros por hora), los sueldos son un 42% más bajos. Y respecto al conjunto de la eurozona, un 31%, según los datos publicados esta semana por Eurostat.
La precariedad laboral en España no es una novedad. La distancia salarial con Europa “es secular”, lamenta Íñigo Macías, coordinador de investigaciones de Oxfam Intermon. Pero sí es relevante que, además, la diferencia se está agravando en los últimos años por las menores subidas, sobre todo desde la pandemia y en la actual crisis de inflación.
Con Alemania, la brecha era del 34% en 2008, ocho puntos porcentuales menor que la de ahora, según la misma estadística. Y con la eurozona en conjunto, del 23%, otros ocho puntos inferior.
Mayor pérdida de poder adquisitivo en España
Cada ejercicio, la distancia en los salarios se ha ido agrandando, con especial perjuicio para los trabajadores españoles en 2022, en plena crisis de subidas de precios. Con una inflación media del 8,3% durante el año pasado, de nuevo según Eurostat, los sueldos por hora crecieron un 3% en nuestro país. Es decir, la evolución real muestra una pérdida de poder adquisitivo de 5,3 puntos.
En Alemania se sufrió una inflación a lo largo de 2022 del 8,7%, y la remuneración por hora ascendió un 4,1%. En la eurozona, los precios se incrementaron en general un 8,4% y los salarios un 4%. O lo que es lo mismo, el daño tampoco se amortiguó completamente, pero sí cerca un punto más que en España.
Igual en 2021, cuando la inflación rondó el 3% en todos las economías del Viejo Continente, y los sueldos se estancaron en nuestro país, mientras que aumentaron casi un 2% en Alemania.
España está siempre a la cola de la UE en subidas salariales en promedio. En 2022, el 3% solo se quedó por delante de Suecia (−1,6%), Dinamarca (2,2%), Malta (2,3%), Finlandia (2,3%) e Italia (2,3%).
Más paro y menos poder de negociación
Recientemente, el Banco Central Europeo (BCE) justificó el menor incremento de las remuneraciones de los trabajadores en nuestro país en la tasa de paro más elevada respecto a la mayoría de socios europeos. “En los países con mayor desempleo, el crecimiento de los salarios ha sido el más moderado durante todo el período posterior a la pandemia”, explican Katalin Bodnár y Julien Le Roux, economistas de la institución en un informe.
Un menor paro permite mayor poder de negociación a los trabajadores, que parten de situaciones de más estabilidad económica y certidumbre. Y, así, en Alemania o Francia, que sufren tasas de desempleo menos elevadas, el crecimiento de los salarios supera o está en el promedio de la eurozona. Una cifra que incluso mejoran otros países que afrontan contextos comparables, y en los que la escalada de precios está presionando más las remuneraciones en los últimos meses, como Bélgica o Austria.
Otras razones que explican la mayor precariedad son las distintas estructuras productivas. Por un lado, el peso de las empresas medianas y pequeñas empresas en el empleo es más importante en España que en las grandes economías del euro. En este tipo de empresas las condiciones de trabajo son, en general, más dífíciles de mejorar, en parte porque tiende a ser menor, la sindicación.
Por otro lado, la actividad en nuestro país está volcada hacia el sector servicios, y concretamente tiene una gran importancia el turismo, que está muy marcado por la temporalidad, un bajo valor añadido y poca especialización en general.
Subidas de salarios
De hecho, mientras los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, han conseguido aumentos de sueldos por encima de la media en la Administración Pública, y también en empresas concretas de la industria junto a otros sindicatos regionales como el ELA o el LAB (en Euskadi), la CIG (en Galicia), o la CGT (en Catalunya), se resiste el acuerdo a nivel nacional.
Este jueves, las propias organizaciones CCOO y UGT avisaron a la patronal de que, o presenta ya una propuesta para un pacto estatal de subida de salarios y avanza en la negociación antes del Primero de Mayo, o harán estallar movilizaciones a partir de la segunda mitad de año. Existen notables excepciones, como la victoria sindical en Inditex.
Según la estadística de Eurostat, que se conoció ese mismo jueves y que recoge la remuneración bruta por hora, el sueldo medio en España alcanza los 2.800 euros (en 12 pagos al año). Hay que tener en cuenta que este salario es fruto de la gran desigualdad entre los más altos y los más bajos y por tanto muy superior al más frecuente. Según los últimos datos del INE, de 2020, el sueldo que mayor número de trabajadores cobraba era de 1.540 euros brutos al mes (también en 12 nóminas).
Crisis de inflación y subida de los tipos de interés
La crisis de precios y el daño a las rentas reales a las familias solo la está aliviando la moderación de la inflación en los últimos meses gracias a las medidas de choque (tope al gas, bajadas de impuestos, descuentos en el transporte...) y las compensaciones diseñadas por el Gobierno (como el aumento del IMV, del SMI, de las pensiones, los cheques, la limitación en la renovación de los alquileres...).
Pero, al mismo tiempo, el golpe al poder adquisitivo lo agrava la decisión del BCE de subir los tipos de interés oficiales. La institución busca encarecer los préstamos y los hipotecas, ahogar la demanda y la inversión de hogares y empresas y luchar de esta manera contra las subidas de precios. Una estrategia que asume el riesgo de una recesión económica y de romper el dique de contención que está siendo hasta ahora el mercado de trabajo. Incluso en España, gracias a la reforma laboral, pese al problema de paro estructural.
A estas alturas, ya todas las instituciones admiten que, el último factor que está actuando en esta crisis de inflación es la mejora de los márgenes de beneficios de las empresas. Es decir, su capacidad de trasladar el aumento de los costes a los precios de venta por la falta de competencia en ciertos mercados y por la fortaleza de la demanda. “El incremento de los ganancias de las empresas ha jugado un papel importante en la inflación”, confirmó este miércoles Isabel Schnabel, economista alemana del comité ejecutivo del BCE.
En 2022, según los datos de la Contabilidad Nacional publicados por el INE (Instituto Nacional de Estadística) que recoge Funcas, los márgenes de las empresas crecieron un 18,8%. En 2023, el equipo de analistas de este 'think tank' estima que la comparación con los salarios seguirá siendo muy dispar. Un 7,5% de aumento para los márgenes y un 3,4% para las remuneraciones de los trabajadores.
Este reparto desigual del golpe de la crisis de inflación entre las empresas y los salarios será un factor negativo para el crecimiento económico “si no viene acompañado de un crecimiento de la inversión”, advirtió el lunes Raymond Torres, director de coyuntura y estadística de Funcas.
El Observatorio de Márgenes
Este experto añade que “un desacoplamiento prolongado en el tiempo dañaría la economía”. Aunque recuerda que el crecimiento de los márgenes es muy distinto entre sectores. “En la hostelería se están recuperando del shock de la pandemia. En otros hay presiones de la demanda de los consumidores, que se irá debilitando por la normalización del ahorro extraordinario de las familias y el propio golpe de las subidas de precios”, detalla Torres.
Además, diferencia entre industrias expuestas a la competencia internacional, que tienen menos poder para fijar precios, frente a las que “han podido trasladar los costes a los precios de venta, sobre todo en algunos servicios”. Y también en la energía.
Ante esta situación, la semana pasada, la vicepresidenta primera y ministra de Economía del Gobierno de España, Nadia Calviño, anunció la próxima creación del Observatorio de Márgenes Empresariales, que le servirá al Gobierno para tomar medidas “efectivas” de política económica. Según recalcó, es “muy importante mantener la competencia efectiva en los mercados de bienes servicios y una distribución adecuada de las rentas”.
“Para ello vamos a reforzar el seguimiento” con la creación del observatorio, que servirá para “lograr una mayor transparencia y calidad de la información en un ámbito que es fundamental para la toma adecuada de decisiones de política económica”, explicó Calviño. Todavía no han transcendido más detalles.