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Bruselas abre una investigación a proveedores chinos de turbinas para parques eólicos en España y otros cuatro países de la UE

Estrechar el cerco sobre la entrada abusiva de China en el mercado europeo se ha convertido en una de las obsesiones de la UE y, especialmente, de la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, que ha anunciado una investigación a proveedores chinos de turbinas en parques eólicos de varios países europeos, entre ellos España, aunque no ha revelado los nombres de las empresas afectadas.

“Iniciamos una nueva investigación sobre los proveedores chinos de turbinas eólicas. Estamos investigando las condiciones para el desarrollo de parques eólicos en España, Grecia, Francia, Rumanía y Bulgaria”, ha afirmado durante una conferencia en la Universidad de Princeton con motivo de su viaje a Estados Unidos, donde la UE tiene un competidor pero pretende encontrar una cierta alianza frente al gigante asiático.

Vestager no ha ocultado el temor a que el mercado de la energía eólica termine copado como el de la solar. “Hemos visto cómo China ha llegado a dominar la industria de los paneles solares”, ha explicado la comisaria, que se ha referido a la atracción de inversión extranjera a su mercado nacional y a la adquisición de tecnología “no siempre de forma transparente”. También ha mencionado la concesión de “subvenciones masivas a los proveedores nacionales al tiempo que se cierra progresivamente el mercado nacional a las empresas extranjeras” así como a la exportación de su exceso de capacidad “al resto de mundo a precios bajos”.

Todo ello ha llevado, según Vestager, a que menos del 3% de los paneles solares instalados en la UE sean producidos en Europa. Y es una situación que se repite en otros mercados, como el de las materias primas o los semiconductores, que han llevado a la UE a intentar incrementar su capacidad estratégica para evitar crisis de suministros, por ejemplo.

En ese sentido, la Comisión Europea inició en octubre una investigación sobre las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China después de que se produjera un incremento descomunal que hizo sonar las alarmas. Ahora ha ido un paso más allá al iniciar un registro de importaciones al detectar que seguían en aumento.

“Si determinamos que esos coches eléctricos han sido subvencionados ilegalmente, impondremos soluciones”, ha avisado la comisaria danesa, que también ha recordado que se ha puesto en marcha un mecanismo para supervisar las subvenciones extranjeras cuando se sospecha que se ven “indebidamente favorecidas en concursos públicos”. Así ocurrió en un concurso ferroviario en Bulgaria, donde la empresa estatal china finalmente retiró su oferta o con la investigación iniciada la semana pasada precisamente en otro concurso para paneles solares en Rumanía.

“Nuestras economías no pueden absorber esto. No sólo es peligroso para nuestra competitividad. También pone en peligro nuestra seguridad económica”, ha advertido Vestager, que también ha aprovechado su presencia en Estados Unidos para sacar pecho de la legislación europea en materia de plataformas digitales, que ha llevado a Bruselas a poner bajo la lupa a las 'big tech', o a la pionera normativa para regular la Inteligencia Artificial.