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Bruselas niega que haya basa sus análisis sólo en un estudio cuestionado
La Comisión Europea (CE) dijo hoy que sería “ridículo” y “estúpido” pensar que ha basado su estrategia macroeconómica y sus análisis de los últimos años solamente en un estudio académico sobre la relación entre los niveles de deuda y el crecimiento que ha sido cuestionado ahora por otros expertos.
La CE admitió que ha recurrido al análisis de 2010 de los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, que argumentaron que los niveles de deuda pública por encima del 90 % del PIB tienen un impacto negativo en el crecimiento, pero recalcó que “no es el único”.
El más reciente ejemplo del uso que hizo la CE de este argumento, es la carta que envió el 13 de febrero el vicepresidente del Ejecutivo comunitario y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, a los ministros europeos de Economía.
Rehn aprovechó la misiva para reflexionar sobre el debate creado entre austeridad y crecimiento y la posible flexibilización de calendarios de déficit y para responder públicamente al FMI, que reconoció recientemente que algunos de sus pronósticos subestimaron los efectos de las medidas de austeridad en el desempleo y el crecimiento del PIB, el llamado efecto multiplicador.
El mismo argumento figura en varios estudios de la CE, que ha mencionado el análisis de Reinhart y Rogoff también en sus previsiones macroeconómicas completas de primavera y otoño.
Un nuevo análisis, publicado el pasado día 15 de abril por Thomas Herndon, Michael Ash y Robert Pollin en la Universidad de Massachusetts Amherst, replica ahora esta tesis.
Afirman que el trabajo de los otros dos economistas contiene “errores de codificado”, una “exclusión selectiva de datos disponibles”, y una “ponderación no convencional de estadísticas sumarias”, que llevaron a “graves errores que representan de manera imprecisa la relación entre la deuda pública y el crecimiento del PIB en 20 economías avanzadas en el periodo postguerra”.
En Bruselas ha surgido la pregunta de si la premisa académica de la austeridad en la eurozona está derrumbándose y si la estrategia de la CE se basó en un trabajo con errores en una hoja de cálculo.
Pero el Ejecutivo comunitario niega ese extremo.
“Sería simplemente ridículo pretender que la CE base todos sus análisis sobre deuda y déficit excesivos en los diferentes Estados miembros en un artículo escrito por dos académicos. Eso sería simplemente estúpido y no representaría la realidad”, señaló hoy el portavoz comunitario Olivier Bailly.
“Tenemos muchas otras fuentes, otros muchos datos y cálculos y al final llegamos a nuestras propias conclusiones”, señaló.
Además, agregó, la CE trabaja “sobre el terreno” con los países miembros para analizar los datos macroeconómicos y actualiza sus previsiones macroeconómicas al menos tres veces al año.
Bailly remarcó que la CE “sigue pensando que Europa debe seguir persiguiendo la doble estrategia de reducir el peso que supone la deuda y el déficit sobre el crecimiento y al mismo tiempo acometer reformas estructurales para impulsar el potencial económico”.
Herndon, Ash y Pollin afirman en su análisis, que, cuando se calcula correctamente, la tasa media de crecimiento del PIB para países con un nivel de deuda superior al 90 % es realmente del 2,2 % durante el periodo analizado y no del -0,1 % como dicen Reinhart y Rogoff.
Indican, además, que éstos no han incluido algunos años de Australia, Canadá y Nueva Zelanda, cuando tenían deudas elevadas y crecimientos importantes, y de haber cometido un error en una fórmula de Excel que ha dejado completamente fuera del análisis a cinco países: Australia, Austria, Bélgica, Canadá y Dinamarca.
Reinhart y Rogoff ya han respondido en el Financial Times, admitiendo el error de Excel, pero rechazan la acusación de la “exclusión selectiva de datos”, al asegurar que entonces había lagunas en los datos públicos disponibles.
Además, defienden el “mensaje central” de su análisis y que los tres otros economistas también encontraron un “crecimiento más débil asociado con periodos en los que la deuda supera el 90 %” del PIB.
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