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El Gobierno lleva el caos a empresas y autónomos con cambios regulatorios improvisados

En pocas semanas, autónomos y empresas han visto cómo tenían que adaptarse a varios cambios de calado que afectan directamente a sus nóminas e impuestos. La obligación de presentar el IVA por internet, de cotizar por las retribuciones en especie o la subida de bases de cotización de los autónomos ha generado un caos administrativo por la falta de información y de programas informáticos adecuados.

El jueves terminaba el plazo para que los autónomos presentaran la declaración anual del IVA de 2013: por primera vez era obligatorio que estas declaraciones, que antes se entregaban personalmente en Hacienda o a través del banco, se presentaran necesariamente a través de internet.

“Las cartas informativas llegaron a lo largo de diciembre, no ha habido tiempo de que la gente se enterase bien y sepa cómo hacerlo”, dice el presidente de la asociación de autónomos UPTA, Sebastián Reyna. Ha habido, además, problemas informáticos, “más de los que reconoce Hacienda”. “El programa para enviar el formulario no funcionaba y había que descargar otro para el que hacía falta desconectar los antivirus”, relata Reyna, que habla también de un colapso de los servidores.

Según cálculos de UPTA, de los dos millones de autónomos que son personas físicas, el cambio afectaba a unos 250.000 que hasta ahora seguían presentando sus declaraciones presencialmente. De ellos estiman que unos 25.000 no han llegado a tiempo para presentar su declaración. “Esto debería haberse hecho con más tiempo y dando un plazo para acogerse, primero voluntariamente, y luego ya de forma obligatoria. Hecho así, con tanta prisa, parece estar pensado para recaudar con las sanciones por no presentarla en tiempo”, afirma Lola Ortega, portavoz de la Asociación española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios.

El presidente de UPTA señala que detrás de estos problemas subyace otro: “Según varias encuestas, la mitad de los autónomos aún no utilizan internet para su actividad profesional. Y los programas que fomentaban, por ejemplo, la firma electrónica, están parados”.

El cambio en la presentación del IVA se ha sumado a otros, como la obligación de cotizar por las retribuciones en especie, el aumento en la base de cotización de autónomos y los cambios para los autónomos societarios o con al menos diez empleados. “La gente pensaba que aún no iban a notar la subida de las bases de cotización y muchas personas nos han llamado para preguntar, no entienden qué ha pasado. Hoy era casi imposible hablar con la Tesorería General de la Seguridad Social, el teléfono estaba colapsado”, dicen desde la asesoría Cyme.

En el Real Decreto que enmendaba otro anterior publicado el sábado 25 de enero en el BOE, se aplazaba hasta febrero la subida de la cuota de los autónomos con más de diez empleados, pero no a los societarios, que es a quienes ha llegado la nueva cuota, ya pasada en enero. También desde el Gobierno han tenido que alargar hasta mayo la entrada en vigor de la cotización de las retribuciones en especie, ya que no había advertido de este cambio a las empresas, que ni siquiera tienen las casillas correspondientes en su sistema de gestión de nóminas para poder cotizar por estas retribuciones.

La portavoz de la Asociación española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios señala que este tipo de medidas implican cambios en los programas informáticos y un margen de adaptación. “Las propias asesorías tienen que hacer ajustes que tardan un tiempo, no es cuestión de un par de días. Se ha hecho todo tan rápido que no ha dado tiempo a adaptarse bien, y eso provoca inseguridad en la gente”.

A esto se suma que muchos desempleados se han encontrado con que, al pedir la capitalización de su paro para pagar la cuota de la Seguridad Social, en el INEM no se contempla pagar la nueva cuota bonificada de 50 euros, por lo que no se está ajustando el pago por este concepto.