La catástrofe de Génova golpea a Atlantia en pleno proceso para controlar la mayor concesionaria de autopistas de España

El desplome del viaducto de Génova, que ha causado hasta ahora 39 muertos, va camino de tener un importante efecto empresarial. Su propietaria, Autostrade per l'Italia, filial de la multinacional Atlantia, se enfrenta ahora a la posible retirada de todas sus concesiones y de una multa que puede alcanzar los 150 millones. Con un problema que puede ir a más por su posible responsabildiad en la catástrofe, el gigante italiano de infraestructuras afronta, con una pérdida del 22% de su valor en Bolsa, la fase final para adquirir la mayor gestora de autopistas de España, Abertis.

La compañía acordó con Hotchieff, filial alemana de ACS, la constructora presidida por Florentino Pérez, la compra conjunta de Abertis, una operación valorada en más de 14.000 millones que todavía no se ha rematado. Tras evitar una batalla de opas entre ambas multinacionales, las empresas acordaron una operación en varias fases. La primera, la pasada primavera, fue que Hotchief, la filial alemana de ACS, lanzara una opa por el 100% del capital de Abertis. Esta oferta logró un respaldo de más del 70% de las acciones. Con compras posteriores, la empresa terminó por adquirir ya prácticamente todos los títulos y retirar a la empresa de Bolsa.

La siguiente fase se producirá “en los próximos meses”, según informó Atlantia en la presentación de resultados del primer semestre, en julio. Se creará una nueva sociedad, que se hará con Abertis, en la que la compañía italiana tomará el 50% del capital más una acción y, según se anunció entonces, ACS tendrá un 30% y Hotchief un 20% menos una acción. La empresa transalpina, que ya cuenta con los acuerdos de financiación para la operación, tendrá el cargo de consejero delegado.

El acuerdo incluye, además, la entrada de Altantia en el capital de Hotchief, donde contará con cerca de una cuarta parte, mientras que ACS mantendrá una posición de control. La compañía, que cotiza en Alemania, también se vio afectada por el castigo en Bolsa y cayó este jueves un 4%. La constructora española, por su lado, cerró la sesión con una caída del 2%, aunque al arranque de la jornada se llegó a dejar más del 5%.

Abertis tiene 14 carreteras gestionadas en España que acumulan 1.560 kilómetros y, hasta que se lanzó la opa de ACS y Atlantia, cotizaba en el Ibex 35. Tal era su importancia estratégica que, en un primer momento, el Gobierno criticó la operación y los ministerios de Fomento y Energía acabaron solicitando a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que retirase la aprobación a la opa de Atlantia. Finalmente, el ejecutivo acabó aceptando este proceso.

Su papel como gran concesionaria de autopistas le sitúa en España en el centro de la decisión que tome finalmente el Ministerio de Fomento sobre las concesiones que vencen durante esta legislatura y sobre el futuro del modelo de peajes. La empresa además tiene presencia en 15 países de Europa, Asia y América, con más de 8.000 kilómetros, siendo uno de los principales operadores de autopistas del mundo, lo que ofrece un importante crecimiento a sus nuevos propietarios.

Sobre el futuro del acuerdo, fuentes de Abertis remiten a los nuevos accionistas. Este medio ha intentado contactar con ACS y Atlantia sin éxito. La compañía italiana sí ha emitido un comunicado en respuesta al anuncio del inicio del procedimiento para la retirada de la concesión de la autopista A10, donde se produjo el derrumbe. El grupo ha asegurado que esta decisión “se ha efectuado sin argumentación” y avanzó que esta retirada tendría efecto en sus accionistas, en sus bonistas, y en las posibles indemnizaciones, si finalmente tuvieran que abordarse.

Un gigante italiano

Atlantia es una de las mayores empresas italianas por valoración bursátil. Durante la primera mitad del año, la compañía facturó 2.900 millones de euros y un beneficio de 531 millones de euros. Gestiona más de 3.000 kilómetros de autopistas en Italia y Auttostrade pel l'Italia, la filial inmersa en esta catástrofe, supone el 88% de su negocio de carreteras. Es además el propietario de los aeropuertos de Roma.

Su primer accionista es la familia Benetton a través de su holding Edizione. Esta sociedad tiene otras compañías como la marca de ropa que lleva el nombre de la familia, United Colors of Benetton, o la cadena de restaurantes de carretera Auto Grill. El conjunto de sus participaciones empresariales tiene una valoración conjunta de 12.000 millones de euros, según la compañía, siendo Atlantia su principal activo.

Los Benetton también están en el Ibex 35. La familia italiana es la primera accionista de Cellnex. Esta empresa de infraestructura de telecomunicaciones era una filial de Abertis que la compañía decidió sacar a Bolsa para desinvertir. Edizione se hizo con la participación que le quedaba en esta empresa durante el proceso de la opa lanzada sobre la matriz.

La familia centra ahora buena parte de los titulares de la prensa italiana, puesto que el Gobierno ha dirigido hacia ellos sus críticas y ha convertido la empresa en arma política. “A mí Benetton no me pagaba las campañas”, ha llegado a señalar Luigi Di Maio, viceprimer ministro y líder del Movimiento 5 Estrellas, señalando al Partido Democrático, previamente en el Gobierno. El dirigente ha asegurado que por ello, “no les pagaremos por la retirada de las concesiones”, ha añadido. El Gobierno también contempla una importante sanción de 150 millones de euros para la compañía.