¿Están seguros mis ahorros? ¿A quién voy a tener que pagar mi hipoteca? ¿Tengo que sacar el dinero del banco? El miedo y la intranquilidad se adueñaron el jueves de muchos de los 600.000 clientes españoles de Barclays, al conocer la noticia de que el banco ha decidido liquidar su negocio en España.
La banca minorista de este país no reporta los beneficios esperados a la entidad financiera británica, ni lo hará durante los próximos años, según sus cálculos. Por eso, la va a incluir junto con la de Italia, Francia y Portugal (y otros negocios de escasa o nula rentabilidad) en una nueva división que se llamará Barclays No-Core (es decir, aquellos que ya no le interesan y que considera fuera de su negocio central) cuyo objetivo es la venta o liquidación a medio y largo plazo.
Fuentes del banco aseguran que “cualquier potencial salida de nuestros negocios se gestionaría de manera considerada y responsable en el tiempo, tratando con cuidado y respeto a las personas afectadas, todo ello en línea con nuestros valores”. Además, aseguran que, dado que la puesta en marcha de Barclays No-Core –lo que popularmente se conoce como un banco malo– será tediosa, los procesos de venta de esas unidades de negocio no se llevarán a cabo a corto plazo.
En cualquier caso, esta decisión que es transcendente para la entidad, no debería implicar ningún cambio para los clientes. “Sea quien sea el comprador, deberá asumir todos los derechos y deberes que ahora tiene Barclays España”, explica el abogado experto en derecho financiero Fernando Zunzunegui. La operación no debería ser muy distinta a lo que ya ha ocurrido en numerosas ocasiones durante los últimos años en España en los numerosos procesos de compra que han implicado la reestructuración del sector financiero.
Como ocurrió en esos casos, un cambio en la titularidad en la propiedad de Barclays España no tendría más implicación que algunos cambios administrativos de escasa relevancia como el cambio de denominación del membrete de las comunicaciones, etc. Sí que habría que estar atentos al cambio de IBAN, el número que identifica con dígitos el país en el que está la cuenta y la identidad del banco. “Si Barclays cambia de dueño, el IBAN cambiará y afectará a los pagos domiciliados. En teoría, debe ser el banco quien notifique esos cambios, pero si no lo hace es el cliente el que está obligado a cambiar las domiciliaciones para evitar problemas de impagos”, explica Estefanía González, responsable de Finanzas de Kelisto.es.
Depósitos e hipotecas, asegurados
Depósitos e hipotecas, aseguradosLa seguridad de los depósitos es, tal vez, la mayor preocupación de los clientes de Barclays. En la actualidad, están cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos español (FDG) hasta 100.000 euros por entidad y titular. Esa seguridad no se perderá en ningún caso. Lo que podría cambiar es la titularidad de la entidad que cubre esos 100.000 euros. Si el comprador es un banco español, todo seguirá igual bajo la tutela del FGD.
En el caso de que el comprador fuera una entidad internacional, fuentes del Banco de España aseguran que los depósitos estarían cubiertos por el fondo de garantía del país europeo correspondiente. Si no es europeo, se aplicaría la cobertura legal más favorable al cliente. Es decir, que si lo compra un banco estadounidense, australiano o chino y el fondo de garantía de aquel país es inferior al español, el comprador está obligado a mantener las condiciones del español.
Sí, aquí no hay liberación posible. Lo que debe a Barclays se lo seguirá debiendo al futuro propietario del banco. Para bien o para mal, las condiciones de la hipoteca suscrita con el banco azul (o con cualquier otro) no pueden ser modificadas ante un cambio de titularidad de la entidad financiera. La obligación de pagar la hipoteca se extiende hasta el caso más extremo. Es decir, si el banco quebrara, también los administradores concursales le exigirían que continuara devolviendo lo que el banco le prestó.
Comisiones
ComisionesLa política de respetar todos los derechos y deberes asumidos por el banco también rige para el resto de productos financieros. Planes de Pensiones, fondos de inversión, seguros, valores financieros... Todo debe permanecer sin cambios.
En el caso de las comisiones actuales, todo dependerá de la política del banco comprador. La ley le permite modificarlas, como a cualquier otra entidad, siempre que avise con al menos un mes de adelanto a los usuarios. Como ya ha ocurrido en la mayoría de las entidades financieras españolas, esto se hace sin necesidad de poner excusas. La única forma de escapar a la subida de comisiones es cambiando a otro banco más barato.
En cuanto al personal del banco, el anuncio realizado desde Londres de que se recortarán 14.000 empleos ha puesto los pelos como escarpias a más de uno. Todavía está reciente el despido de 860 trabajadores tras el ERE que presentó la entidad en España en 2013. Fuentes de Barclays España no creen que haya una nueva reestructuración de personal. “Sería un proceso muy dañino para la imagen de la marca y para la organización interna, que no beneficiaría de cara a la venta. Lo más plausible será que la división se oferte al mercado tal y como está ahora”, aseguran. Es decir, con 2.800 empleados, 2.200 trabajando en banca minorista; 271 oficinas y alrededor de 600.000 clientes.