El comercio vasco recela del 'efecto Mercadona'

La cadena de supermercados Mercadona acaba de anunciar su intención de llegar a Euskadi, la única comunidad donde no tiene presencia, a finales de 2014 o principios de 2015 con la implantación de 25 nuevas tiendas en seis años. Una buena noticia para muchos consumidores pero que es acogida con cautela por parte de los pequeños comerciantes vascos acostumbrados a que las grandes superficies estén más vigiladas por la Administración -en Euskadi no se abre ningún domingo ni festivo- que en el resto de España.

Bittor Lizarribar, presidente de Euskal Dendak, la Confederación de Comerciantes de Euskadi, asegura que “la llegada de Mercadona no es buena para el pequeño comercio” debido a la competencia que una gran superficie puede hacer frente a los negocios conocidos como de cercanía. No obstante, y conscientes de que la realidad se impondrá, abre una expectativa positiva en caso de que los pequeños empresarios sean capaces de generar actividad en torno a la ubicación de la poderosa marca valenciana. Para Lizarribar, la bondad de la llegada “depende de dónde se ubiquen, si es en el centro de las poblaciones podría hacer de elemento tractor, pero si van al extrarradio será perjudicial para nosotros y para los consumidores, que tendrán que desplazarse”.

Para protegerse de reticencias como ésta y ganar el beneplácito de los consumidores vascos, el presidente de Mercadona, Juan Roig, ha prometido una inversión de 50 millones de euros, 1000 puestos de trabajo fijos y un empujón a la economía vasca con la compra a productores agroalimentarios locales por valor de al menos 150 millones de euros, todo bondades.

Con el anuncio de su desembarco en Euskadi, la cadena valenciana acaba con el último reducto que le quedaba por conquistar después de llegar a Navarra este enero. Mucho se ha especulado sobre la reticencia de Mercadona de abrir su mercado al País Vasco: desde un acuerdo tácito con Eroski para no entrar en competencia, algo que la firma valenciana ha negado, hasta la presencia del terrorismo, algo que Juan Roig contribuyó a alimentar al asegurar que “si hubiera lío en el País Vasco, no hubiéramos ido allí”. De todas formas, no hay ninguna versión oficial que explique la ausencia en tierras vascas ya que desde la compañía apuntan a un plan estratégico basado en la “productividad, competitividad y criterios empresariales de eficiencia”.

Desde el Gobierno vasco se ha acogido la propuesta con cierta tibieza. El Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad, dirigido por Arantza Tapia, advierte que hay un Plan Territorial Sectorial del Comercio que cumplir que protege al comercio de cercanía, y que ya hay suficientes grandes superficies en el territorio. Además, la consejera Tapia ha pedido a la cadena valenciana que contribuya a dinamizar el comercio local y que elija zonas con alto nivel de desempleo.

Muchos consumidores vascos esperaban hace tiempo el desembarco del gigante levantino que acabará así con el peregrinar cada fin de semana de cientos de consumidores a los establecimientos más cercanos de Cantabria, La Rioja o Miranda de Ebro (Burgos).