Los inspectores de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se han personado en los últimos días en las oficinas de Endesa y Naturgy en distintas regiones para recabar información interna de las eléctricas, y en concreto, de sus filiales de distribución, según ha avanzado El Confidencial y confirman fuentes del sector. No se descarta que la investigación afecte también a la otra gran eléctrica, Iberdrola.
“Estamos cooperando 100% con ellos y estamos esperando el desarrollo de la investigación”, dicen fuentes de Endesa, que confirman la existencia de esas inspecciones. La filial de Enel es la distribuidora dominante en Andalucía, Aragón, Catalunya, parte de Extremadura y los dos archipiélagos. Por su parte, Naturgy, que domina la distribución en Galicia, noroeste de Castilla y León y parte de Madrid y Castilla-La Mancha, ha declinado hacer comentarios sobre este asunto.
Las pesquisas de la CNMC están en una fase muy preliminar y todavía no se han traducido en la incoación de un expediente sancionador. Afectarían a la pata de negocio de las eléctricas que gestiona las redes de baja tensión en régimen de monopolio. “No podemos informar sobre inspecciones en curso”, indican desde Competencia.
Se desconoce el objetivo último de estos registros domiciliarios, que llegan mientras desde diversos frentes se ha acusado a las grandes compañías de obstaculizar el desarrollo del autoconsumo, en particular, el colectivo. Hace unos días, El Economista publicó que la CNMC también investiga a las eléctricas por supuestas trabas al despliegue de las infraestructuras de recarga del coche eléctrico. En este caso, tampoco consta la apertura de expediente sancionador.
Mientras el retraso en los puntos de recarga en España es un hecho (Anfac calcula que hace falta más que duplicar los puntos de recarga pública para alcanzar los objetivos establecidos por el Fit for 55 en 2023, que establecen para España 45.063 puntos de recarga de acceso público para finales de este año), el autoconsumo ha vivido en los últimos meses un boom sin precedentes, con un 2022 récord y una explosión de instalaciones que ya hace mella en la demanda eléctrica. El consumo está en mínimos de 20 años por el auge de esta solución energética y porque la electrificación no termina de despegar.
Y tampoco está despegando el autoconsumo colectivo, que, apuntan en el sector, tiene un desarrollo burocrático mucho más complejo que el individual. Aunque desde varios frentes se apunta también a las distribuidoras. En un acto organizado hace unos días por la patronal fotovoltaica Unef, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, hizo “un llamamiento a los distribuidores para que se tomen en serio esta función de servicio de conectar todos los autoconsumos, no únicamente cuando los promotores de estas instalaciones son sus empresas”.
La ministra para la Transición Ecológica dijo sentir “indignación” y “preocupación” ante esas trabas, a las que puso cifras este miércoles la Alianza por el Autoconsumo, formada por más de 50 empresas de renovables, sindicatos o cooperativas relacionadas con la energía limpia.
564 casos
Esta organización ha presentado un extenso informe en el que acusa a las grandes del sector de poner trabas al autoconsumo, y en particular, al colectivo. “Son las empresas distribuidoras de electricidad las que, sin ningún lugar a dudas, están suponiendo el mayor obstáculo para el desarrollo del autoconsumo en toda la geografía española. Las causas de los retrasos son múltiples, con los problemas de activación de las instalaciones de autoconsumo, dificultad en los procesos de acceso y conexión a la red, entre otros”, dice el informe, que recopila 564 casos de trabas a proyectos de autoconsumo individual y colectivo en toda la geografía española.
Según el informe, “las cifras indican que el 99% de las instalaciones que se están llevando a cabo son instalaciones de autoconsumo residencial individuales y autoconsumos industriales sin excedentes, es decir, sin inyección a la red, que no requieren de procesos de acceso y conexión. Esto quiere decir que aunque la normativa permite instalaciones con excedentes o colectivas, la realidad es muy diferente a lo que encontramos en el Boletín Oficial del Estado (BOE)”.
“La razón se encuentra en las dificultades por parte de las empresas distribuidoras para la activación de los autoconsumos colectivos y para el proceso de acceso y conexión a la red. Estas dos cuestiones son los principales frenos para el desarrollo del autoconsumo: barreras en los procesos de las distribuidoras. Esta situación está restringiendo el autoconsumo a una sola modalidad, individual sin excedentes, retrasando el desarrollo de autoconsumos colectivos y de autoconsumos industriales que inyectan energía a la red”.
La patronal aelec, a la que pertenecen Endesa o Iberdrola, pero no Naturgy, difundió hace unos días un análisis en el que señala que en lo que va de 2023 el sector “ha tenido tantas tramitaciones de autoconsumo en un mes como en todo 2020. A 31 de marzo del presente año, se ha alcanzado una potencia acumulada desde 2018 de unos 2,02 GW en tecnología de autoconsumo fotovoltaica, lo que supone un total acumulado de 298.555 clientes”.
aelec asegura que las distribuidoras “han dotado de recursos y han diseñado procesos para tener tiempos de activación razonables muy por debajo de lo establecido regulatoriamente”. “Para menos de 15 kW, por ejemplo, el promedio de puesta en marcha para el 73% de los contratos es de menos de 5 días y el 92% en menos de diez días”.
“Para el 93% de los contratos de potencias entre los 15 y los 100 kW el plazo está en 20 días; y en el caso de las potencias de más de 100kW, el 96% de los contratos se han activado por parte del distribuidor en menos de 20 días”. “Estos datos demuestran que en la inmensa mayoría de los casos los plazos de actividad que son responsabilidad del distribuidor se cumplen”.