El de Comisiones Obreras iba a ser un congreso tranquilo que eligiera al sucesor de Ignacio Fernández Toxo, Unai Sordo, de forma unánime. Sin embargo, la composición de la nueva ejecutiva, que acompañará a Sordo en su mandato, ha tensado el congreso y enfrentado al sindicato. El motivo: el exsecretario de CCOO en Andalucía, Francisco Carbonero, que hace dos días fue imputado por la jueza en una causa que sale del caso de los ERE, formará parte de esa ejecutiva. El órgano de dirección estará compuesto por 16 personas, de las que seis ya estaban en el último equipo de Toxo.
Durante este viernes, Sordo y su equipo cerraban la lista de su ejecutiva. Si Carbonero iba a estar o no en ella era la comidilla de todo el Congreso. Varias uniones y federaciones, y el propio Carbonero, insistían en que el exdirigente tenía que entrar a formar parte de ella. No eran de la misma opinión muchas otras organizaciones y dirigentes, entre los que, aseguran varias personas, se encuentra el propio Unai Sordo. Aunque la mayoría defiende que la imputación de Carbonero es exagerada o bien defienden su inocencia, creen que el sindicato no puede permitirse una nueva mancha en su imagen.
Sin embargo, el delicado equilibrio de fuerzas ha hecho que, finalmente, Francisco Carbonero esté en la nueva ejecutiva confederal de CCOO. Uniones como Madrid y Andalucía y la Federación de Servicios están detrás de la imposición del sindicalista. Amenazaron, incluso, con presentar en el último momento una lista alternativa a la ejecutiva. Los estatutos del sindicato establecen que las ejecutivas tienen que integrar a todas las candidaturas en función de los votos que obtengan. Por tanto, la presentación de otra candidatura hubiera obligado a Sordo a rehacer a todo su equipo y hubiera dividido el voto del Congreso.
En la nueva ejecutiva, compuesta por 15 personas más el secretario general, habrá paridad absoluta: ocho mujeres y ocho hombres. Su composición revela, además, una transición tranquila respecto de su antecesor. De esas quince personas, seis ya formaban parte del último equipo de Toxo y repetirán, con matices en algunos casos, funciones: Fernando Lezcano, Carlos Bravo, Empar Pablo, Pedro Linares, María Cardeñosa y Cristina Faciabén.
Por primera vez, una sindicalista asumirá la cartera de Acción Sindical. Será Mercedes González, que procede del sector de la Industria y que hace solo unos meses le disputó la secretaría general de Madrid a Jaime Cedrún, que ganó por solo unos votos.
Ella es una de las caras nuevas en la ejecutiva confederal, junto a otros nombres, como el de María Dolores Santillana, que ha sido secretaría de Empleo de CCOO en Castilla-La Mancha, o Elena Blasco, que procede de Construcción y que asumirá el área de igualdad.