La canadiense Barrick Gold, el mayor productor de oro del mundo, que en 2011 contrató como asesor al expresidente del Gobierno José María Aznar, atraviesa uno de sus momentos más delicados en bolsa como consecuencia de la depreciación de esa materia prima, que está golpeando a las empresas de ese sector.
La cotización del oro, que en el último trimestre ha bajado un 8%, se despeñó el año pasado un 28% y acumula una caída interanual del 11%. Un desplome que se está dejando notar, y mucho, en la evolución bursátil de Barrick Gold, que ha perdido cerca de un 63% de su valor en bolsa desde que, en septiembre de 2011, se conoció el fichaje del ex presidente español como miembro de su consejo asesor internacional.
Este jueves, los títulos de Barrick en la bolsa de Toronto marcaban su nivel más bajo desde 1992 tras presentar el miércoles unos resultados trimestrales que arrojaron un beneficio de 125 millones de dólares, una caída del 27%, menor de lo esperado por los analistas.
El miércoles, antes de presentar resultados, sus acciones cayeron casi un 5% por la mala coyuntura del mercado y el fin del programa de estímulos de la Reserva Federal estadounidense y el jueves, en el último tramo de la sesión, el retroceso rondaba el 2%.
Aznar forma parte del grupo de consultores extranjeros de la compañía, que concentra sus operaciones en Estados Unidos, Australia, Perú, Argentina, Chile, Canadá, República Dominicana, Papúa Nueva Guinea, Arabia Saudí y Zambia.
El expresidente, que no forma parte del consejo de administración y no tiene responsabilidad en la gestión, comparte asiento en el consejo asesor internacional de la compañía con, entre otros, los expolíticos Brian Mulroney, ex primer ministro conservador de Canadá (1984-1993), presidente de ese órgano consultivo y también miembro del consejo de administración; William S. Cohen, secretario de Defensa de EEUU con Bill Clinton (1997-2001); el barón Karl-Theodor zu Guttenberg, ex ministro alemán de Economía y de Defensa, cargo del que dimitió en 2011 tras admitir que había plagiado su tesis doctoral; y Jeb Bush, hermano del expresidente George Bush (aliado de Aznar en la Guerra de Irak) y que en febrero de 2003, como gobernador de Florida, agradeció al “presidente de la República de España” (sic) su apoyo a EEUU, que, dijo, “dará beneficios que no se pueden imaginar ahora”.
Aznar, cuyos emolumentos como asesor de Barrick Gold no son públicos, compatibiliza esa tarea con su intensa labor de conferenciante, presidente de la FAES (el laboratorio de ideas del PP) y la asesoría a otras empresas privadas. Esta misma semana, eldiario.es ha revelado la faceta de comisionista del expresidente, que en septiembre de 2010 firmó un contrato con la multinacional sevillana Abengoa para interceder con el Gobierno de su “amigo” Muamar el Gadafi y conseguir la adjudicación de cuatro nuevas desaladoras en Libia.
Un negocio para el que se valió de recursos públicos (su intermediario en la operación era el vocal asesor asignado a su oficina de expresidente) y por el que Aznar podría haber llegado a cobrar 6 millones en comisiones, pero que se frustró tras la ejecución de Gadafi en octubre de 2011, pese a lo cual se embolsó un adelanto de 100.000 euros.
El entorno de Aznar ha argumentado que no incurrió “en incompatibilidad alguna” en ese negocio porque “lleva 11 años fuera del servicio público” y que cobró “una remuneración, no una comisión”, que fue “perfectamente transparente, declarada y tributada”.
Una remuneración que pudo cobrar de forma directa o a través de una sociedad, ya que el contrato con Abengoa establecía la posibilidad de “designar a otra persona jurídica que se subrogue” para la prestación de ese servicio. Por ejemplo, Famaztella, la sociedad familiar del expresidente y su esposa, la todavía alcaldesa de Madrid Ana Botella, que en su último ejercicio disponible (2012) declaró un beneficio de 148.822 euros y acumulaba un patrimonio de 2,2 millones desde su creación en 2004.
El mayor bufete de abogados del mundo
Barrick Gold no es la única empresa que tiene en nómina a Aznar sin que se conozca su remuneración. El expresidente, licenciado en Derecho e inspector de Hacienda, es desde mayo del año pasado asesor senior de DLA Piper, el mayor bufete de abogados del mundo, y en 2011 fichó por Endesa, la empresa que contribuyó a privatizar durante su etapa en la Moncloa, como asesor para Latinoamérica. Un cargo, este último, que ni siquiera figura en el currículum oficial de Aznar y cuya continuidad está en entredicho tras el vaciado de activos del antiguo monopolio eléctrico español, por el que su propietaria, la italiana Enel, ha reducido el territorio de actividad de Endesa a la Península Ibérica.
El presidente de honor del PP pertenece al consejo de administración de News Corporation, el emporio mediático del magnate Rupert Murdoch, desde el año 2006. Desde junio de 2013, Aznar, además de consejero, es presidente del Comité de Nombramientos y Gobierno Corporativo de la compañía, que en el último ejercicio (cerrado en junio pasado) le pagó 235.000 dólares (entre sueldo y acciones) por sus servicios. Es su única remuneración pública en el sector privado.