El auge del empleo a tiempo parcial es una de las novedades de esta crisis: desde 2008, el porcentaje de población ocupada que trabaja con un contrato de este tipo ha pasado de representar un 11% del total a situarse en cifras que oscilan entre el 15% y el 16%. Sin embargo, los datos de la Encuesta de Población Activa muestran que la jornada a tiempo parcial, que ha sido alentada por diferentes medidas y bonificaciones en los últimos años y que, como es lógico, está peor remunerada, es una modalidad forzada por las circunstancias en España: el 63% de estos contratos son involuntarios, algo que afecta en mayor medida a las trabajadoras.
Actualmente hay 2.624.500 trabajadores a tiempo parcial, una cifra que ha crecido en unas 400.000 personas desde que comenzó la crisis. De ellos, el 63% expresa en la EPA que desean una jornada completa, pero que trabajan a tiempo parcial porque no tienen otra opción.
Se trata de un porcentaje que se ha multiplicado durante la crisis: en 2008, el 35,5% de los trabajadores parciales decían no querer esa jornada, un porcentaje que ya era del 59,7% en 2012 y que el año pasado superaba por primera vez el 60%. Este año es el primero en que las jornadas a tiempo parcial involuntarias rozan el 63%.
La gran mayoría de estos trabajadores, el 73%, son mujeres. No haber encontrado un trabajo a tiempo completo a pesar de haberlo buscado es la primera razón que esgrimen tanto hombres como mujeres para estar en un empleo parcial.
Sin embargo, la estadística muestra también que las tareas de cuidado lastran las carreras de mujeres, pero no así de los hombres. El segundo y tercer motivo que aducen las trabajadoras a tiempo parcial para estar en ese tipo de jornada es tener que encargarse de niños o dependientes o bien tener asignadas otras responsabilidades familiares.
En el caso de los hombres, sin embargo, el cuidado de niños o dependientes u otras obligaciones familiares son el quinto y sexto motivo, respectivamente, que explican su trabajo a tiempo parcial.
Expertos y organismos han advertido en varias ocasiones sobre el excesivo peso que ha cobrado el trabajo a tiempo parcial involuntario. “Ha pasado a ser un problema más apremiante para España a raíz de la crisis de 2008”, decía la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su último informe sobre España, en el que señalaba que se trata de un fenómeno que afecta especialmente a las mujeres.
La OIT ofrece, además, una comparación internacional que muestra que España es uno de los países de Europa con más trabajo a tiempo parcial no deseado. La cifra de España -el 63,6%- duplica con creces la media europea, donde el 29,6% de las personas con estos contratos no los quieren.