Madrid, 23 may (EFE).- El Consejo General de Economistas (CGE) ha elevado tres décimas, hasta el 1,8 %, su previsión de crecimiento de la economía española para 2023 -por lo que “se aleja el escenario de recesión”-, mientras que sitúa la inflación media del ejercicio entre el 4 % y el 4,3 % y la tasa de paro en el 12,7 %.
Estos son algunos de los datos incluidos en el estudio titulado “Observatorio Financiero y Claves Económicas”, correspondiente al primer cuatrimestre de 2023 y en el que se prevé que el déficit público para el año en curso se sitúe en el 4,4 % y la deuda pública en el 113 %.
El presidente de la Comisión Financiera, Antonio Pedraza, ha hecho un resumen “optimista” del informe y ha reconocido que este año 2023 despierta “muy bien” y con datos “muy positivos” si se comparan con el entorno más cercano.
A su juicio, se espera que “este crecimiento robusto” siga en el primer semestre del año por los efectos del turismo y de las exportaciones, algo “muy positivo” teniendo en cuenta que muchos organismos nacionales e internacionales “esperaban un crecimiento negativo” en los dos primeros trimestres y la situación “se ha revertido”.
No obstante, se espera un segundo semestre de “más inquietudes” y con “muchas incógnitas”, entre ellas la reducción de la bolsa de ahorro de las familias, la caída de la demanda interna, el posible freno del turismo, las consecuencias de la sequía o el incremento del precio del dinero, algo que incide de manera directa en el sector inmobiliario y de la construcción.
Pedraza se ha referido al acuerdo alcanzado por los agentes sociales como un “hito importante” que va a ayudar a que no haya efectos de segunda vuelta, aunque también influye en ello “el carácter deflactor que están teniendo carburantes y energía”.
Sobre los fondos europeos, ha insistido en que son una “oportunidad increíble” y tienen que ayudar al crecimiento de la economía “de manera considerable”.
También ha intervenido en el acto el presidente del CGE, Valentín Pich, quien ha insistido en que la española “sigue siendo la única de las cuatro grandes economías de la eurozona que no ha recuperado los niveles previos a marzo de 2020”, aunque a su juicio “el dato de crecimiento del segundo trimestre probablemente colocará ya el nivel de PIB por encima del anterior a la pandemia”.
Por su parte, el director del Servicio de Estudios del CGE, Salvador Marín, ha apuntado que los índices adelantados de la economía “nos dan una de cal y otra de arena”, ya que hay un “buen comportamiento” en el ámbito energético y de la inversión española hacia el exterior, pero el PMI manufactutero “no termina de arrancar” y no se resuelve “de forma completa el precio de los fletes”.
Ha reconocido que algunos índices macroeconómicos se encuentran “en mejor situación dentro del contexto europeo a corto plazo”, aunque ha puesto el foco en incertidumbres “clásicas” como la deuda pública, el déficit y el desempleo, indicadores que en su opinión “están presionando en sentido negativo de cara al medio y largo plazo”.
A esto se une “la confianza de los consumidores”, que “tampoco está ayudando a despejar de forma rotunda las posibles dudas a futuro”, ha señalado.
Una de las coordinadoras del Observatorio, Montserrat Casanova, se ha referido al “comportamiento alcista” de las bolsas, debido a que 2022 fue un año “pésimo” para los mercados financieros y también porque la evolución de la economía ha sido “mejor de lo esperado”.
En cuanto a los tipos de interés, ha dicho que es posible que sigan subiendo mientras no se consiga doblegar la inflación, que en abril repuntó en la eurozona hasta el 7 %, aunque aprecia una “mayor prudencia por parte de los bancos centrales” que se ha materializado “en subidas más lentas de los tipos para no amenazar la estabilidad financiera”.