Las empresas de consumo auguran una bajada del precio de los alimentos: “Nos han culpabilizado en los últimos años”
Las empresas de gran consumo se reúnen esta semana en Madrid en un Congreso donde dibujan cómo va el sector y qué se puede esperar en los próximos meses. Y la idea general es que vamos bien, también en los precios, aunque hay nubarrones; y la presión de las normas que está por venir se les hace insoportable. “El consumo está apenas en niveles prepandemia, crece un 1,3%. Es verdad y hay que ser optimistas en que está creciendo ligeramente por encima del PIB y en el acumulado del año será un 2,5%”, ha asegurado Ignacio González, presidente de la asociación Aecoc, en su congreso anual.
En la asociación Aecoc están integradas cerca de 33.000 empresas, ligadas a la alimentación, la distribución y el consumo. Es decir, desde fabricantes a supermercados. Y este año el lema del congreso es 'Escuchar y ser escuchados'.
En ese avance del consumo, la inflación sigue dando pasos atrás. “El dato del 1,5% de ayer es el más bajo de los últimos 42 meses. Lo peor ha pasado”, ha reconocido. Y los precios pueden bajar. “Vamos a ver una alimentación por debajo del nivel general en dos meses y muy próxima a cero o negativa”, en un futuro cercano, aunque sin determinar. “La inflación de los alimentos en niveles normales es del 1,2%”, ha reconocido. “Nos han culpabilizado en los últimos tres años”.
Posteriormente, en rueda de prensa, González ha puntuado que la baja de precios, si se produce, sería en la recta final de año. En octubre podría estar cerca del cero y “se daría la vuelta”, es decir, bajaría, en la recta final del año. “Las bajadas de precios son más fuertes que la subida del IVA”, ha indicado González.
Como derivada de que la inflación baje, esta asociación empresarial destaca que este año “los salarios van a crecer por encima de la inflación, porque muchos convenios ya están cerrados. Va a subir el coste salarial de las empresas, pero eso es otro asunto”. Sin embargo, también ha reconocido que el IPC de la hostelería repunta un 4,7% “por el peso de los salarios en el costes de nuestros bares y restaurantes que es más alto que el retail [los súper e hipermercados] o la industria”.
El sector asegura que es “optimista”, pero al mismo tiempo critica el peso de la carga legislativa que tiene por delante. “El entorno legislativo es insoportable”, ha recalcado González, que ha enumerado los cambios legales que afectarían de uno u otro modo a las empresas de gran consumo, como el decreto de envases, de desperdicio, la regulación por el cambio climático, deforestación, información no financiera, morosidad, reglamento de inteligencia artificial, etiquetado o movilidad sostenible, entre otros.
En total, asegura, 683 normas, que si se pusieran en papel, equivaldrían a “127 metros” o a la altura de “la Sagrada Familia o la planta 40 de la Torre Picasso”. Unos cambios legales que “tienen un impacto en el empleo” y que conviven con una “fiscalidad que es un 36% superior a la media de la UE”.
El empleo va bien; pero el absentismo, no
En esa dualidad de realidades que van bien, pero con asteriscos, el gran consumo también señala al empleo. “Si hacemos zoom en el consumo y vemos el mercado laboral, hay 350.000 afiliados más a la Seguridad Social, el paro ha bajado al 11,3%”, ha reconocido Ignacio González, con el pero del desempleo juvenil y que tenemos las cifras más altas de Europa. “Nuestro sector es un creador neto de empleo, con 62.000 puestos de trabajo creados y somos una oportunidad para atacar el 27% del paro juvenil”.
En cambio, “seguimos teniendo el lastre de la productividad y no hacemos nada para mejorarlo. Estamos muy por debajo de la eurozona y por debajo de España en 1995. Hemos perdido 30 años. ¿Cómo se arregla?”, se ha preguntado. Con formación en FP y universidades, que tengan mejor encaje en lo que demandan las empresas, con digitalización y luchando con el absentismo, ha enumerado.
“Cada día hay 1,3 millones de personas que fallan y no van a trabajar; es la población de Galicia”, ha comparado. “Y los lunes, 1,5 millones”. Unos datos que, ha afirmado, “es el 7,2% de la población activa”, “Este asunto es un enorme problema, necesita una reflexión de país”, ha concluido.
Sobre la reducción de la jornada laboral, el responsable de Aecoc ha reconocido que no tienen un cálculo, si supondría un gasto. “No tenemos un cálculo, no sabemos en qué va a quedar, si va a ir para alalente o no la norma”. “Un problema complejo no se puede atajar cogiendo una parte del problema, haciendo la conciliación un debate de Estado. Hay otros problemas, como las vacantes sin cubrir o que no tenemos suficiente inversión en tecnología”, ha apuntado. “Queremos colaborar en el debate, pero no extraer trozos para convertirlo en un debate de país”.
“Una medida aislada”, como esta, empeoraría “aún más la productividad, que es mala en todos los sentidos”. “¿Por qué no hablamos de productividad y conciliación a la vez?”, se ha preguntado Ignacio González.
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