Las 15 entidades españolas que se han sometido al examen de solvencia del Banco Central Europeo (BCE) cuyos resultados se han publicado hoy superarían el escenario más adverso de los tests de estrés con un superávit de capital mínimo de 55.781 millones de euros, equivalente al 5,5% del producto interior bruto (PIB) de España.
Pese a que esas pruebas han revelado que las entidades tienen un margen “holgado”, en palabras del gobernador del Banco de España, Luis María Linde, su suficiencia de capital “no es el único motivo” que influye en la concesión de créditos, ha dicho el máximo responsable del organismo supervisor, que ha recalcado que la banca española es la que menor ajuste ha necesitado en sus balances, por debajo de un 0,2% de sus activos ponderados por riesgo, por lo que puede afirmarse que es la que “mejor nota ha sacado” de toda Europa.
En rueda de prensa para presentar los resultados de las pruebas de estrés, Linde ha confiado en que, tras la publicación de las pruebas, la banca española esté “en mejor posición” que antes para conceder “más crédito”, si bien ha matizado que dependerá de otras condiciones como la evolución macroeconómica: “A día de hoy el capital no es la razón que restringe el crédito”; “hay otros factores”, como la situación económica, el comercio exterior y la política fiscal.
El subgobernador, Fernando Restoy, ha subrayado que, en un entorno de bajos tipos de interés, “la única forma de ampliar resultados es ampliar el negocio” y ha incidido en que “no es correcto hacer esa relación de causalidad” entre mayor solvencia y más crédito. “A futuro, los primeros interesados en incrementar el activo son las propias entidades”, ha dicho Restoy, para quien “la presión sobre sus resultados podría incrementarse si no reciben demanda de crédito solvente”.
Linde ha asegurado que los resultados de las pruebas de estrés demuestran que la reforma del sistema financiero en España “ha dado sus frutos”, con unas entidades que “afrontan su futuro con balances saneados y una sólida posición de solvencia”, aunque ha advertido de que el hecho de que las entidades españolas “hayan obtenido un resultado holgado no quiere decir que esté todo resuelto para el futuro”.
Las pruebas, en las que han participado 800 expertos españoles (a escala europea han sido unos 6.000), han analizado las tripas de 15 entidades que representan el 90% del sistema bancario nacional y cuyo coste, sólo en España, Linde ha cifrado en 32 millones que se repercutirán “íntegramente” a las entidades analizadas.
De esos más de 55.000 millones de colchón de capital para la banca española, incluso en el peor de los escenarios, la mayor parte en términos absolutos correspondería a Banco Santander, con 19.442 millones, seguido de BBVA (13.223 millones), Caixabank (6.571 millones), BFA-Bankia (4.763 millones), Kutxabank (2.279 millones), Sabadell (2.265 millones), Popular (1.756 millones), Bankinter (1.299 millones) y Unicaja (1.140 millones).
Por su parte, NGC Banco (Abanca) tendría un superávit de 814 millones; Ibercaja, de 640 millones; Cajamar, de 592 millones; Catalunya Bank, de 444 millones y Liberbank, de 22 millones de euros.