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El Euríbor cae por debajo del 3% y rebaja 100 euros al mes las hipotecas que se revisen en octubre

Los precios de las viviendas no paran de subir y algunos expertos temen que las bajadas de tipos y del Euríbor los empujarán todavía más al alza.

Daniel Yebra

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Octubre será el será el sexto mes consecutivo de rebajas en las cuotas de las hipotecas a tipo de interés variable que se actualizan anualmente (una gran parte de las contratadas en nuestro país). Exactamente, la bajada del Euríbor supone un ahorro de 100 euros al mes para un préstamo medio de 150.000 euros a 25 años con una cuota calculada según el valor del índice de referencia más un diferencial de un punto porcentual.

En septiembre, el Euríbor ha descendido a un promedio 2,94%, un mínimo no visto desde noviembre de 2022 tras la segunda bajada de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). Y, según se observa en el gráfico de esta información, la evolución diaria del índice de las hipotecas sigue reduciéndose, ante las expectativas de la institución monetaria que preside Christine Lagarde siga recortando el 'precio' oficial del dinero en la eurozona en los próximos meses.



Desde el dato de agosto (3,166%), el retroceso es de un par de décimas. Pero desde septiembre de 2023, cuando el Euríbor cerró en un promedio del 4,149%, el descenso es muy acusado, de más de un punto porcentual de golpe. La caída también es importante para quienes revisan su hipoteca cada seis meses. En marzo de este año, el Euríbor se quedó en el 3,718%.

“Si la revisión es semestral, el ahorro será algo menor [que si es anual], porque el Euríbor no ha bajado tanto en los últimos seis meses, pero seguirá siendo considerable. Para el ejemplo tomado inicialmente [préstamos de 150.000 euros a 25 años], las mensualidades se reducirán de los 852 euros a los 787 euros de media, aproximadamente. Por lo tanto, el hipotecado pagará unos 65 euros menos al mes y cerca de 394 euros menos al semestre”, explican los expertos del comparador HelpMyCash.

En una entrevista con elDiario.es publicada este domingo, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, señaló que “sobre la base de una moderación progresiva de la inflación [en España se moderó al 1,5% en septiembre], todos los analistas esperan que continúen los recortes de tipos. El BCE ha empezado incluso antes que la propia Reserva Federal y hay que seguir avanzando teniendo en cuenta nuestra actividad económica y que Alemania y Francia [cuyo crecimiento económico está estancado] necesitan ese impulso”.

La institución monetaria empezó el principio del fin del ciclo de austeridad monetaria en junio. Desde entonces, ha recortado el 'precio' oficial del dinero dos veces, del 4% al 3,5%.

Por una parte, la bajada del Euríbor supone un alivio para muchas familias hipotecadas a tipos de interés de variable (tres de cada cuatro en nuestro país). Al mismo tiempo, en un contexto de escalada de los precios, muchos expertos advierte de que el abaratamiento de los préstamos empujará todavía más los precios de la viviendas al alza. La gran paradoja es que la austeridad monetario (con las subidas de tipos y el encarecimiento de la financiación) que el BCE empezó a aplicar desde julio de 2022 no ha supuesto una caída de los precios en el mercado inmobiliario.

La hoja de ruta del BCE

Con los nuevos recortes de los tipos en los próximos meses, el consejo de gobierno del BCE espera que la inflación general se haya estabilizado en el objetivo teórico del 2% dentro de un año y confía en que la eurozona evitará la recesión. Dentro de este “escenario central”, el principal órgano que decide sobre la política monetaria de los países de la 'moneda común' está dividido en dos respecto a los principales riesgos que existen actualmente. Una parte del consejo de gobierno está preocupada por la debilidad del crecimiento económico, sobre todo de Alemania. La otra, la más ortodoxa, por “la rigidez” de la inflación de los servicios.

El consejo de gobierno del BCE lo conforman los gobernadores de los bancos centrales de cada socio del euro y el comité ejecutivo de la institución europea, que preside Christine Lagarde y en el que es vicepresidente Luis de Guindos. El 12 de septiembre, el nuevo gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, se estrenó en la reunión ordinaria de este órgano, que se celebra cada seis semanas. La próxima reunión sobre política monetaria del BCE será el 17 de octubre, y la siguiente el 12 de diciembre.

“España es uno de los países donde más pesa la subida de tipos. Los hogares pagan un mayor coste por intereses debido a la prevalencia de hipotecas a tipo variable y tienen una menor retribución por intereses [de los depósitos]. En Alemania y Francia los hogares de hecho se benefician de la subida”, explicó Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economic, la semana pasada.

En cambio, la debilidad agregada de las economías de Alemania y de Francia es la mayor amenaza en estos momentos para una parte del consejo de gobierno del BCE. El riesgo es que la agresividad de las subidas de los tipos se haya pasado de frenada y que la inflación caiga por debajo del 2% dentro de un año o más adelante. En este escenario, el principal miedo pasaría a ser la deflación, un 'monstruo' que podría ser todavía más empobrecedor que la inflación porque iría ligado a una recesión y a la destrucción de empleo.

En definitiva, la estrategia del BCE de dañar la economía con los aumentos de los tipos de interés para luchar contra las subidas de precios siempre ha asumido esta posibilidad. De hecho, otra parte del consejo de gobierno de la institución monetaria sigue más pendiente de la resistencia a moderarse de la inflación de los servicios.

“La inflación de los servicios se ha mantenido obstinadamente alta en los últimos meses. Sin embargo, todavía se espera una bajada gradual, con una disminución del crecimiento de los salarios y de otros costes, mientras que el impacto rezagado del endurecimiento de la política monetaria anterior sigue transmitiéndose a los precios al consumidor”, detalló el último informe de proyecciones del propio BCE.

Según el análisis de la institución, esta previsión está puesta en cuestión por dos razones. La primera, por “la falta de mano de obra” en toda la eurozona en el sector terciario, que podría suponer “más alzas de los salarios”. La segunda, por los cambios en las tendencias del consumo de las familias hacia el ocio tras el shock de la pandemia. Una transformación que hace la demanda más resistente pese al daño del encarecimiento de las hipotecas y de los préstamos en general.

En estos momentos, con los tipos de interés oficiales en el 3,5%, las condiciones de financiación siguen siendo “restrictivas”, como las describe el propio BCE, lo que quiere decir que dañan la capacidad de compra de las familias y de invertir de las empresas.

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