Las exportaciones chinas se redujeron un 1,1 por ciento interanual en noviembre respecto al mismo mes del año anterior, lo que refleja el impacto de la guerra comercial con Estados Unidos en el comercio exterior del país, según los datos publicados hoy por la Administración General de Aduanas.
Las importaciones del gigante asiático crecieron, sin embargo, por primera vez desde el pasado abril, en un 0,3 por ciento respecto al año anterior.
El superávit del comercio exterior chino descendió a 38.730 millones de dólares (35.022 millones de euros) en noviembre frente a los 42.911 millones de dólares (38.802 millones de euros) registrados en octubre.
Los analistas no esperaban una caída de las exportaciones en noviembre y la mayoría pronosticaban un crecimiento del 0,8 por ciento, debido especialmente al presumible efecto estacional positivo de la cercanía de las fiestas navideñas en las ventas chinas en el exterior.
Tampoco se esperaba la caída del superávit comercial, que los analistas situaban en 44.300 millones de dólares (40.058 millones de euros).
La caída de las exportaciones es la cuarta en el año mientras que el crecimiento de las importaciones se produce por segunda vez en 2019.
El director de estadística de la Administración General de Aduanas china, Li Kuiwen, señaló que “el crecimiento económico y comercial internacional se ha ralentizado este año” pero aseguró que “la economía china se mantiene estable”.
El superávit comercial de China con Estados Unidos cayó igualmente en noviembre hasta los 24.600 millones de dólares (22.244 millones de euros) desde los 26.450 millones de dólares (23.917 millones de euros) que había marcado en octubre.
En los once primeros meses de 2019 el comercio total de China con EEUU se redujo en un 15,2 por ciento, con un descenso del 12,5 por ciento en las exportaciones y el 23,3 por ciento en las importaciones.
Pekín y Washington continúan negociando la primera fase de un acuerdo que ponga fin a la guerra comercial que mantienen desde hace casi año y medio pero las diferencias políticas entre ambos están complicando una eventual solución.
La aprobación de sendas leyes de apoyo a las protestas en Hong Kong por parte de EEUU y la puesta en marcha por el Congreso estadounidense de otro proyecto de ley que critica la represión de la minoría uigur en la región autónoma china de Xinjiang han enturbiado las relaciones en las últimas semanas.