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No son los jóvenes los que emigran, sino los extranjeros

La mayoría de emigrantes son de origen extranjero. EFE

Ana Requena Aguilar

Madrid —

Lejos de la idea de que son las personas jóvenes las que están dejando España para buscar oportunidades laborales en el extranjero, el perfil del nuevo emigrante que traza un estudio de la Fundación Primero de Mayo de CCOO es bien diferente: se marchan, sobre todo, los extranjeros y, entre los españoles, los mayores de 30 años con algún tipo de experiencia laboral, especialmente “de tipo precario”.

Entre el 1 de enero de 2009 y la misma fecha de 2013, el número de españoles que residen fuera ha aumentado en casi medio millón de personas (459.557). Sin embargo, en ese periodo de número de españoles de nacimiento que residen fuera ha crecico solo en 39.912 personas. El informe explica que la mayoría de personas que emigran de España son de origen extranjero, aunque muchos obtuvieron la nacionalidad española.

“Los inmigrantes asentados en España durante la etapa previa a la crisis configuran el colectivo que más se está marchando al extranjero. Una parte de ellos ha obtenido la nacionalidad española, pero el fuerte desempleo, provocado por la gran recesión, les empuja al retorno a su país de origen o a emprender una nueva emigración a un tercer y nuevo destino”, explica el informe. El colectivo inmigrante ha sido uno de los más fuertemente castigados por la crisis y el paro: el alto índice de temporalidad de sus puestos de trabajo ha hecho que sus empleos se destruyeran rápidamente y con facilidad. Su tasa de paro es del 39,2%, catorce puntos superior a la media. “Se han convertido en un colectivo vulernable, entre el que la tasa de riesgo de pobreza y las dificultades para llegar a fin de mes se han disparado”, subraya el texto.

Los datos del estudio de la Fundación revelan, por tanto, que la mayoría de la emigración es la de los inmigrantes extranjeros que retornan a sus países de destino o a terceros países en busca de empleo. El informe señala tres factores que influyen en que los extranjeros emigren en mayor medida que los españoles: que solo una pequeña parte de ellos ha cotizado el tiempo suficiente para tener derecho a una prestación de desempleo, que su red de relaciones sociales -un colchón fundamental en tiempos de crisis- no es especialmente extensa, y el fuerte impacto del desempleo sobre la población inmigrante.

Entre los españoles nativos, el perfil del emigrante es el de una persona mayor de 30 años y con alguna experiencia “precaria” en el mercado laboral. El perfil del nuevo trabajador emigrante es muy diferente al de hace unas décadas, la mayoría son personas formadas y con idiomas. La mano de obra que se reclama desde el extranjero es diversa en cuanto a la cualificación que se requiere. “Se incrementa la demanda de técnicos y profesionales frente a la de trabajadores de muy baja o nula cualificación”, afirma el estudio.

Francia y Reino Unido son los países que más población española reciben, justo por delante de Alemania. No obstante, el informe advierte de que no se trata de una tendencia consolidada. Fuera de la Unión Europea, ha aumentado la emigración a EEUU y también a Brasil, Colombia y Ecuador, “aunque es difícil discernir hasta qué punto la emigración que allí se dirige es de nativos españoles, inmigrantes nacionalizados o simplemente inmigrantes que abandonan España para retornar”.

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