Los hogares españoles sufrieron la mayor subida del gas de toda la UE en 2019, el año previo a la crisis del coronavirus y a la reciente sentencia del Tribunal Supremo que ha obligado al Estado a devolver a Santander, CaixaBank y Bankia los 1.350 millones que adelantaron estas entidades para indemnizar a la constructora ACS por el cierre del fallido almacén de gas Castor, una decisión que puede volver a meter presión sobre el recibo del gas.
Según un reciente informe de la Agencia Europea de Cooperación de Reguladores Energéticos (ACER), el supervisor europeo de la energía, España lideró el año pasado las subidas de las facturas del gas para un consumidor doméstico tipo, con un alza interanual del 14,1%.
Los hogares españoles pasaron así a pagar la tercera factura más cara de toda la UE, solo por detrás de suecos y holandeses. Un año antes, y siempre según los datos de ACER, España ocupaba la sexta posición, justo por detrás de Portugal.
Hace un año ACER señaló a España como el país con la mayor subida de la factura eléctrica de los hogares en la década transcurrida entre 2008 y 2018, con un aumento acumulado del 66,8%. Un dudoso honor que ahora ha pasado a ostentar en el caso del gas. Según el último informe de la agencia y tras la fuerte subida de 2019, los hogares españoles han pasado a ser con una amplia diferencia los que soportan el mayor aumento de precios del gas en el periodo 2009-2019: de un 53,3%.
Se trata de una subida muy superior a las registradas en los siguientes países en el ránking, que son Francia (39,2%), Italia (31,9%) y Suecia (29,5%). En ese periodo, el incremento medio para los hogares europeos fue muy inferior, del 17,2%.
ACER ha realizado sus estimaciones a partir de los datos de Eurostat para un consumidor con una demanda de entre 20 y 200 gigajulios anuales. Los últimos datos de la agencia estadística europea, correspondientes a junio de 2020, ofrecen una fotografía diferente a la del último informe de la agencia europea de reguladores. Eurostat sitúa a España como el séptimo país con la tarifa de gas más cara para un consumidor doméstico a junio de 2020.
Tras los desplomes de la cotización de las materias primas que provocó la gran reclusión, que llevaron a los precios del petróleo a cotizar puntualmente en negativo, y el hundimiento de la demanda (que en el caso de España fue del 20,1% en el segundo trimestre, hasta 76,6 teravatios hora), España fue uno de los 20 países europeos en los que el recibo de los hogares se abarató con respecto a un año antes en el primer semestre, aunque, siempre según la oficina estadística europea, la caída fue superior a la media europea (-2,1%), pero de las más moderadas: solo un 2,5%.
Antes del recorte de la CNMC
La subida de 2019 que recoge la Agencia Europea de Reguladores de la Energía para los domésticos españoles es previa al recorte del 9,6% de la retribución de las distribuidoras de gas que aprobó recientemente el regulador español, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), para el periodo 2021-26. El organismo justificó ese recorte aprobado el pasado abril, nada más estallar la crisis del coronavirus, por la “sobrerretribución” de las empresas de este mercado regulado que está dominado por Naturgy. En junio, la antigua Gas Natural controlaba a través de su filial Nedgia el 68% de los puntos de suministro de gas natural en España, con un total de 5,39 millones, según los últimos datos de la CNMC.
Ese recorte a la distribución, que va a entrar en vigor a partir de enero, es inferior al hachazo del 17,8% que llegó a proponer el organismo en una primera propuesta de circular que retiró hace un año, tras las quejas de las empresas, que llegaron a augurar una huida de la inversión extranjera en deuda española por el “ruido” generado por los recortes propuestos.
El ahorro estimado en su momento por la CNMC (con una retribución media que caería de los 1.420 millones de la metodología actual a unos 1.283 millones de euros) puede quedar en riesgo tras la reciente sentencia del Supremo sobre el fallido almacén submarino que construyó ACS. Como ya ha reconocido la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, la sentencia del Alto Tribunal va a poner al Gobierno ante la difícil tesitura de cargar ese dinero en el recibo del gas o en los Presupuestos Generales del Estado, en un momento de grave crisis económica por la pandemia.
En cuanto a los precios de la electricidad, el informe de ACER recoge que estos se incrementaron “ligeramente” en 2019, con un aumento medio del 3,7% de la factura de la luz para los hogares de la UE, hasta 21,6 céntimos de euro por kilovatio hora, mientras que para los industriales la subida fue del 7,8%, hasta 11 céntimos/kWh. España se mantuvo como el quinto país con el kilovatio más caro de la UE para los domésticos, según ACER (24 céntimos/kWh), tras registrar un descenso del 1,3% en el ejercicio. En el periodo comprendido entre 2009 y 2019, 14 estados miembros experimentaron subidas de la luz superiores al 30% y solo hubo descensos en tres países: Luxemburgo (-4,4%), Malta (-19,4%) y Hungría (-29,5%). En España, la subida fue del 47,1%, la sexta mayor de la UE.