Algunos de los fondos soberanos más importantes del mundo se congregan en Madrid desde el domingo a puerta cerrada. Concretamente, en el Eurostars Madrid Torre, uno de los gigantes del final de la Castellana. Allí, Cofides, una sociedad público-privada adscrita a la secretaria de Estado de Comercio (del Ministerio de Industria), es la anfitriona de la cumbre anual del IFSWF (el Foro internacional de fondos estatales, por sus siglas en inglés), que termina este miércoles, con una visita turística a Toledo y que este lunes incluyó una visita al estadio de fútbol Santiago Bernabéu.
Los gestores del dinero de Abu Dabi, Singapur, Kuwait o Catar y de otros fondos soberanos, la mayoría de dictaduras enriquecidas por la venta de petróleo y de otras materias primas, están discutiendo sus decisiones de inversión en la torre de la Castellana, con la transición energética y digital como las principales inclinaciones para los 5 billones de euros que controlan en total (casi 4 veces toda la economía de España).
En el IFSWF no están incorporados tres de los fondos estatales más grandes: ni el de Noruega, presente en media docena de empresas del Ibex; ni el de Arabia Saudí, que recientemente entró en el capital de Telefónica con la compra de un 9,9% (el límite para evitar un veto legal del Gobierno); ni el de Argelia, que posee un 4% de Naturgy y el 51% del gaseoducto Medgaz.
En la jornada de este lunes de la cumbre, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en funciones, Teresa Ribera, participó en una mesa dedicada a “encontrar y crear oportunidades en la transición energética”, junto a un representante de Mubadala, uno de los fondos de inversión de Emiratos Árabes Unidos (que ya es el principal accionista de la petrolera Cepsa), a otro del fondo de jubilación de Nueva Zelanda, o dos analistas de las gestoras privadas Jefferies y Neuberger Berman, y al responsable de relaciones con inversores de Iberdrola, Ignacio Cuenca, cuyo principal accionista es el Qatar Investment Authority, con casi un 9% del capital.
El despliegue de las energías renovables es uno de los principales atractivos de España para los fondos de inversión. Una predilección que, según ha podido saber elDiario.es, quedará reflejado en el Informe de fondos soberanos 2023 que el ICEX (el organismo público España exportación e inversiones) presentará este mismo jueves, 28 de septiembre.
“Efectivamente, la inversión en energía renovable es uno de los capítulos del estudio”, dice Javier Capapé, director del programa de investigación en fondos soberanos de IE University, que participa en la elaboración del informe, que recopilará los datos de las inversiones en 2022. “Lo mejor que pueden hacer los inversores es invertir en un modelo energético limpio y eficiente”, resaltó la propia Ribera según las declaraciones recogidas por la agencia Reuters.
Las cifras de 2021 apuntaron a que “España captó 2.800 millones a través de inversiones [de fondos soberanos] en 12 empresas”, una cifra solo superada en 2011 y en 2019, cuando la emiratí Mubadala se hizo con el control de Cepsa. El desembolso este 2023 de Arabia Saudí para comprar las acciones de Telefónica es de 1.200 millones de euros (aquí se recogen con detalle las inversiones de los petroestados en España).
“Hay unos cuantos fondos soberanos que quieren invertir en España. Y algunos ya lo han hecho”, admiten fuentes del Ministerio de Transición Energética. “La inversión en energías limpias ha aumentado de forma constante durante la última década, superando a los combustibles fósiles por primera vez en 2019”, apunta el documento que recoge las líneas maestras de la cumbre. El sector de la salud es otro de los que más interesan a los fondos estatales, junto a un clásico, el inmobiliario, “pese a las subidas de los tipos de interés de los bancos centrales”, añade.
Calviño sustituye a Sánchez y defiende el despliegue del Plan de Recuperación
Ribera no fue la única alta representante del Gobierno de coalición en funciones que acudió este lunes a la cumbre de los fondos soberanos. Inicialmente, estaba previsto que interviniera el presidente Pedro Sánchez, que declinó la invitación para preparar el debate de investidura del líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, de este martes. La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, sustituyó a Sánchez y basó su discurso “en la fortaleza de la economía española y en el impulso para la inversión que suponen los fondos europeos del Plan de Recuperación”, según fuentes presentes en la cumbre, de la que apenas ha transcendido más información.
Justo antes de participar en la cumbre de los fondos soberanos, Calviño defendió en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que “el 80% de los fondos que hemos recibido (30.000 millones de 37.000) ya han sido adjudicados en convocatorias y licitaciones”.
Además, en su discurso, la vicepresidenta económica destacó que “la política económica que hemos venido desarrollando desde 2018 ha reforzado la confianza de los inversores internacionales. Una política fundamentada en los principios de responsabilidad fiscal, justicia social y reformas estructurales mirando al futuro”. También incidió en “la competitividad de las empresas españolas, en parte por el progreso en la transición verde y digital y la reducción de los costes energéticos”.
El documento que sirve de presentación de la cumbre explica que “los fondos soberanos se enfrentan a los retos de un entorno de inversión complejo. La forma en que evolucionarán los bloques económicos, las sanciones internacionales y los controles de las exportaciones reviste una importancia capital para los inversores a largo plazo”.
“Muchos gobiernos, no sólo las economías tradicionalmente dirigidas por el Estados, como China, siguen hoy un planeamiento de política industrial. Financian grandes proyectos. Este enfoque puede ser un arma de doble filo para los fondos soberanos. Este impulso industrial necesita capital privado y paciente a largo plazo, lo que ofrece nuevas oportunidades de inversión. Sin embargo, las consideraciones de seguridad están llevando a más gobiernos de todo el mundo a endurecer los criterios de controlo de las fusiones y de revisión de las inversiones extranjeras”, aborda el documento.