Ocho años después de que estallara la crisis y la burbuja del ladrillo, los excesos en las hipotecas están pasando factura a los bancos. La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la retroactividad de las cláusulas suelo ha puesto sobre la mesa la situación de los afectados por estas cláusulas consideradas en muchos casos abusivas por no haberse explicado con la transparencia necesaria a los consumidores. Según algunas estimaciones, puede haber alrededor de un millón y medio de afectados por estas.
No son los únicos problemas que tiene la banca relacionados con estos préstamos, que se han convertido en un auténtico buscaminas para los hipotecados. Las multidivisas, el IRPH, quién tiene que pagar los gastos de las hipotecas u otras cláusulas consideradas abusivas por los tribunales han puesto sobre la mesa los excesos que cometió la banca en un momento en el que fluía el crédito a raudales y los clientes confiaban en los consejos del director de su sucursal.
Los frentes y las sentencias se acumulan y pasan factura en las cuentas de las entidades y también en su reputación, ya dañada por casos como el de las preferentes o la salida a Bolsa de Bankia.
La sentencia de las cláusulas suelo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea a finales de diciembre reconoció que los afectados tienen derecho a recuperar todo el dinero cobrado de más, y no solo desde la sentencia del Tribunal Supremo de 2013, como este tribunal defendía. La jurisprudencia europea ha marcado el camino para que se fallen decenas de sentencias a favor de los afectados.
“Europa nos ha dado una colleja”, dice Patricia Suárez, presidenta de la asociación de usuarios financieros Asufin, sobre la sentencia de las cláusulas suelo. Asegura que a muchos afectados les “da miedo” reclamar a la banca. “La gente teme al banco y a sus consecuencias”, señala.
No todas las cláusulas suelo tienen que ser ilegales, solo las que fueran comercializadas sin transparencia, esto es, sin que el cliente las aceptara de forma consciente. Aquí te explicamos cómo buscar una en tu contrato hipotecario para poder reclamar.
En este contexto, el Gobierno ultima un mecanismo extrajudicial para tratar de evitar la avalancha en los juzgados. El objetivo es que en un plazo de tres meses los afectados puedan cobrar su dinero. El roto en las cuentas de los bancos puede ascender hasta los 4.000 millones, según las estimaciones del Banco de España. La cifra se reparte de forma desigual entre aquellas entidades que incluyeron este tipo de cláusulas en las hipotecas de sus clientes.
Otra de las batallas que se ha reavivado en las últimas semanas es sobre quién tiene que pagar los gastos que conlleva una hipoteca. Una sentencia del Tribunal Supremo de diciembre de 2015 fallaba en contra de que los bancos impusieran a sus clientes el pago de todos los gastos de formalización y constitución de hipotecas (notaría y registro) cuando al menos en parte deberían ser asumidos por las entidades, así como el pago de tributos.
Una sentencia de un juzgado de Granollers conocida a principios de este año volvía a poner en el foco este modo de proceder. Se sumaba así a otros fallos de juzgados de primera instancia y alguna Audiencia Provincial, que daban la razón a los consumidores.
La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, ha lanzado una campaña para recuperar estas cantidades. Como ejemplo, la asociación calcula que el impuesto sobre actos jurídicos documentados ascendería a 2.550 euros para una hipoteca de 150.000 euros, con una responsabilidad hipotecaria de 255.000 euros y un tipo impositivo del 1% (este oscila entre el 0,5% y el 1,5% dependiendo de la comunidad autónoma).
A esta cifra había que añadir, según la organización de consumidores, unos 425 euros de gastos de notario y otros 125 euros del registrador de la propiedad. Por lo que en total podrían ascender a unos 3.100 euros.
La fórmula de las hipotecas multidivisas fue la que utilizaron algunas entidades para vender a sus clientes unos préstamos hipotecarios que en teoría serían más favorables para ellos en un momento en el que el euríbor estaba en máximos. Entre 2007 y 2008, varias entidades ofrecieron a sus clientes hipotecas referenciadas en yenes o francos suizos. Meses después las divisas comenzaron a apreciarse frente al euro y los consumidores empezaron a ver cómo sus letras mensuales se inflaban.
La batalla judicial de los afectados por estas hipotecas tuvo un punto de inflexión el 30 de junio de 2015 cuando el Tribunal Supremo emitió un fallo en el que consideraba que los riesgos de este producto “exceden a los propios de los préstamos hipotecarios a interés variable solicitados en euros”. El fallo consideró que la hipoteca multidivisa es un “instrumento financiero” y que es necesario informar de los riesgos que conlleva.
En 2008, cuando el euríbor estaba en máximos históricos, la banca comenzó a comercializar hipotecas indexadas a un índice diferente: el IRPH. En aquel momento era más barato ligar los préstamos para comprar viviendas a este indicador, que mide el precio al que se prestan los bancos españoles entre sí mientras que el euríbor lo que hace es estimar el precio de los préstamos interbancarios de la Zona del Euro.
Los afectados comenzaron a movilizarse a partir de 2009 cuando la UE pidió a España la supresión de este índice por ser susceptible de manipulación. Existían cuatro índices de este tipo: IRPH Cajas, IRPH Bancos, IRPH CECA e IRPH Entidades. En 2013, el Gobierno aprobó la desaparición de los tres primeros y mantuvo el de todas las entidades. Varias sentencias de primera instancia y de algunas audiencias provinciales han ido fallando a favor de los hipotecados considerando nulo el índice de referencia por no haberse informado de forma transparente a los afectados de las implicaciones de este indicador y la sustitución por el euríbor como referencia.
Además de los grandes temas bajo los cuáles se agrupan varios casos, se están conociendo sentencias que declaran abusivas algunas de las cláusulas que utilizan los bancos tanto en sus hipotecas como en otros productos. Así, la Audiencia Provincial de Vitoria ha condenado a Kutxabank por aplicar una cláusula que aplica una comisión a cargo del cliente por reclamación de números rojos.
Algunas hipotecas inversas (un préstamos que da el banco mensualmente a cambio de quedarse con la propiedad de la vivienda) también han sido objeto de sentencias judiciales como es el caso de un juzgado madrileño que declaró nula en diciembre una hipoteca de este tipo firmada con un hombre enfermo de cáncer. Las Hipotecas Tranquilidad, nombre con el que comercializaba Banesto un tipo de préstamo hipotecario, también han sido objeto de juicio. Un juzgado de Oviedo determinó nulas algunas de las cláusulas de estas hipotecas porque consideraba que eran abusivas o poco claras.