El Gobierno italiano aprobó hoy un decreto ley que incluye los primeros detalles del mecanismo acordado con la Comisión Europea (CE) que pondrá en marcha para aliviar al sector bancario de los créditos morosos que acumula, informó en un comunicado.
Además, este decreto incluye también medidas urgentes destinadas a reformar el sector de la banca de crédito cooperativo y también otras disposiciones urgentes para el sector crediticio, tal y como explicó el Ejecutivo en la nota remitida a los medios.
El decreto contiene en primer lugar algunos de los puntos del acuerdo alcanzado con la CE el pasado 26 de enero para poner en marcha un “esquema de garantías”, una especie de banco malo que ayude a la banca italiana a deshacerse de los créditos morosos.
El Ejecutivo italiano remarcó que, en línea con la normativa europea, este nuevo mecanismo no incluye “elementos de ayuda” estatal, tal como ha podido constatar la CE.
El objetivo de este sistema es “favorecer el desarrollo del mercado italiano y de los créditos morosos, facilitando el acceso de inversores con un horizonte a medio y largo plazo y contribuyendo a reducir la brecha en el precio de quien vende y quien compra créditos deteriorados”, que representa “el principal obstáculo” en este sector.
Este mecanismo contempla una garantía del estado que “puede ser concedida solo para los tramos sénior” de los activos titulizados y siempre y cuando hayan obtenido previamente una calificación alta por parte de una agencia reconocida por el Banco Central Europeo (BCE).
Esta garantía, además, se hará eficaz cuando el banco haya vendido más del 50 % de los títulos de clase júnior.
El precio de esta garantía será establecido en referencia a los precios de los CDS (“credit default swap”) o permutas de impago de créditos de sociedades italianas que hayan obtenido una calificación correspondiente a la de los títulos de alto nivel que estén garantizados.
El decreto aprobado por el Gobierno también incluye un paquete de medidas destinadas a reformar el sector de la banca de crédito cooperativo (BCC).
Entre las cláusulas que incluye está la de facilitar la venta de inmuebles a partir de una reducción neta del impuesto de registro, que será ahora de 200 euros y no del 9 % del valor de asignación, como se hacía anteriormente.
Esta opción podrá ser utilizada solo a condición de que el inmueble sea revendido en los dos años siguientes.
Además, cada BCC tendrá la obligación de adherirse a un grupo bancario cooperativo que tenga como empresa matriz una sociedad por acciones con un patrimonio no inferior a 1.000 millones de euros.
“Esta adhesión a un grupo bancario es la condición para que el Banco de Italia pueda otorgar la autorización para que el banco desarrolle su actividad como banco de crédito cooperativo”, apuntó el Ejecutivo de Matteo Renzi.
Si este banco no tiene intención de unirse a un grupo bancario, podrá hacerlo siempre y cuando disponga de reservas de al menos 200 millones de euros y pague un impuesto extraordinario del 20 % de esas reservas.
En este caso, no podrá seguir operando como un banco de crédito cooperativo y deberá aprobar su transformación en una sociedad por acciones (spa).
El Gobierno italiano informó de que, con el fin de promover la capitalización de las BCC individuales, también se aumentará el límite máximo de inversión en acciones de un banco de crédito cooperativo y el número mínimo de socios, aunque no detalló las cifras.
El decreto, según explicó el Gobierno, tiene como objetivo reforzar el sistema bancario, hacerlo más resistente a las posibles situaciones de riesgo y situarlo en una posición adecuada para financiar la economía real e impulsar así el crecimiento y el empleo en el país.