El embarazo había llegado a término. Sheila Castilla y Carmen Soto esperaban con ilusión la cuenta atrás para el nacimiento de Vera, su primera hija. Se habían casado para realizar el llamado 'método ROPA': Sheila ponía el óvulo y Carmen gestaba al bebé, de manera que ambas eran madres de la niña “con los mismos derechos”, explican. Pero pasada la semana 40 de embarazo, Vera dejó de moverse. “Ahí empezó el calvario”, cuenta Sheila. En el hospital les informaron de que la niña había fallecido. La pareja se enfrentaba al dolor de la pérdida, pero también a la de burocracia que rodea a las muertes perinatales y que desconocían. Las madres han iniciado una batalla contra uno de estos trámites: la negativa de la Seguridad Social de otorgar el permiso de maternidad a una de ellas.
Cuando un bebé fallece en la recta final del embarazo, antes del parto y pasados los seis meses de gestación, la Seguridad Social reconoce el permiso por nacimiento –antes llamado de maternidad y de paternidad– solo a “la madre biológica”, pero no al otro progenitor.
Así se lo notificó el organismo público a Sheila al denegarle el permiso por el nacimiento de Vera. A Carmen, que dio a luz a la bebé ya fallecida el pasado 2 de febrero, sí le han reconocido este derecho. “Es muy injusto. Las dos somos sus madres, ¿por qué yo tengo ese derecho y ella no? Nuestra hija ha nacido tras la semana 40, solo que ha nacido sin vida”, sostiene Carmen junto a su pareja, a la que animó a denunciar a la Seguridad Social como han hecho otras familias con éxito. La última, con sentencia favorable para un padre conocida el pasado febrero.
La batalla legal de varias familias en su misma situación para que la Seguridad Social reconozca el permiso a los dos progenitores les llegó a través de la asociación Matrioskas, de ayuda al duelo perinatal y afincada en Andalucía. “Hay mucho desconocimiento sobre este tema, ellas nos informaron y acogieron con grupos de madres que han pasado por esto”, explica Sheila.
“Esto es un proceso en el que estás en shock. Acababa de ver a mi hija, solo había pasado diez minutos fuera de su madre y ya me estaban pidiendo rellenar papeles, etc. No sabíamos nada, ni nos esperábamos esto porque el embarazo había ido sin ningún problema, ni un sangrado ni nada”, añade Sheila.
Igualdad y varios tribunales respaldan a las familias
El criterio de la Seguridad Social al excluir a estos progenitores del permiso por nacimiento es polémico, sobre todo a raíz del cambio legal de 2019 para equiparar los permisos por nacimiento entre los dos progenitores a las 16 semanas. El Ministerio de Igualdad, que dirige Irene Montero, discrepa de la actuación de la Seguridad Social y defiende que la modificación legal afectó a este supuesto de fallecimiento del bebé.
“El Estatuto de los Trabajadores incluyó en 2019, con la ampliación de los permisos de paternidad, que en el caso de que falleciese el bebé, el otro progenitor tenía derecho a disfrutar de ese permiso”, explicaron en Igualdad a elDiario.es el pasado agosto.
La situación quedó recogida expresamente en el artículo 48.4 del Estatuto de los Trabajadores: “En el supuesto de fallecimiento del hijo o hija, el periodo de suspensión no se verá reducido, salvo que, una vez finalizadas las seis semanas de descanso obligatorio, se solicite la reincorporación al puesto de trabajo”. En la anterior redacción, el Estatuto contemplaba esta situación solo a propósito del permiso por maternidad (que estaba separado del de paternidad) y mencionaba específicamente en la frase a “la madre”.
Pese a este cambio, la Seguridad Social sigue argumentando las negativas del permiso a estos progenitores por un decreto de 2009, que desarrolla el reglamento de las prestaciones de maternidad y paternidad. Este recoge que “no podrá reconocerse el subsidio por paternidad si el hijo o el menor acogido fallecen antes del inicio de la suspensión o permiso. Sin embargo, una vez reconocido el subsidio, éste no se extinguirá aunque fallezca el hijo o menor acogido”.
La lógica de la negativa radica en que el permiso en estos casos tiene como función la recuperación de la madre gestante y que, al no vivir el bebé, el otro progenitor no tiene derecho al permiso, que ciñe al cuidado del menor. “Sin perjuicio de que pueda modificarse en el futuro esta regulación, la normativa vigente aplicable a la prestación, que es la normativa de la Seguridad Social, expresamente impide su reconocimiento en caso de fallecimiento del hijo o hija antes del nacimiento, por lo que la Entidad Gestora debe ajustarse a esta regulación”, responden desde el Ministerio que dirige José Luis Escrivá.
El TSJ de Cantabria desmonta este argumento en una reciente sentencia, en la que reconoce el permiso a un padre cuyo bebé falleció en la semana 39 de gestación. La magistrada recuerda que el Estatuto de los Trabajadores tiene mayor rango jerárquico que un real decreto, por lo que debe aplicarse este, que reconoce de manera indiferenciada el derecho para ambos progenitores. La sentencia prima el espíritu igualitario de los permisos “en la asunción de las responsabilidades y obligaciones familiares”.
Pero, incluso antes de los cambios legales de 2019, varios Tribunales Superiores de Justicia (TSJ) de Comunidades Autónomas reconocieron el derecho a padres denunciantes: el TSJ de Asturias, en 2018; el de Euskadi, también en 2018; y el de Castilla-La Mancha, en 2019. Los magistrados consideraron entonces el permiso por nacimiento más allá de una medida de cuidado del menor y también recordaban que es un elemento en favor de la igualdad y la conciliación en la familia.
A la espera del Tribunal Supremo
Sheila, de la mano de su pareja, ha emprendido el mismo camino que estas familias para exigir el derecho al permiso a través de los tribunales. “Lo que menos te apetece es estar reclamando y denunciar. Psicológicamente estás muy mal. He tenido que ir muchas veces a la Seguridad Social para la reclamación y cada vez que vas tienes que explicar lo que ha pasado... Se pasa muy mal”, cuenta Sheila. “Pero lo hago para que las cosas se hagan mejor, por mi hija y por los niños y las niñas que vengan, para luchar por ellos y que se les reconozca como hijos”, añade.
La pareja mira también con atención el caso judicial de Miguel Ángel Gorbe, abogado de profesión y padre de una niña que falleció en la recta final del embarazo. Es el único en el que un TSJ –el de Aragón– ha rechazado la petición del permiso. Gorbe ha presentado un recurso que va a ser analizado por el Tribunal Supremo.
Tanto Gorbe como Carmen y Sheila están pendientes del Alto Tribunal y de un posible fallo a favor del permiso para ambos progenitores. Esa decisión provocaría finalmente un cambio en el criterio de la Seguridad Social para que las familias no tengan que atravesar este proceso de reclamaciones y denuncias individuales.
Fuentes de la Seguridad Social responden a elDiario.es que “se entiende que se ha creado jurisprudencia cuando hay dos sentencias del Tribunal Supremo en el mismo sentido”. Por ello, “ese sería el momento para plantearse un cambio de criterio”, aunque cuando falle el alto tribunal, la sentencia “será estudiada con detenimiento”, añaden.
“Dijeron que la equiparación de los permisos iba a garantizar la igualdad en las familias. ¿Dónde está la igualdad aquí? No es verdad. Si en la práctica no se lleva a cabo, cambias la ley, pero la igualdad se queda solo en el nombre”, lamenta Carmen.