Mar de fondo laboral en Inditex por las condiciones salariales de las dependientas
“Marta Ortega, con mi sueldo no se juega”. “No puede ser, trabajo en Inditex y no llego a fin de mes”. Varias decenas de empleados del grupo textil, convocados por el CGT, corearon el lunes estos cánticos a las puertas de tiendas de Zara y de Pull & Bear en Madrid junto a la calle Serrano. Reclaman una subida de sueldos que, critican, llevan diez años congelados. Es la segunda vez en lo que va de año que este sindicato convoca movilizaciones en Madrid. La primera, una jornada de huelga en los primeros compases de las rebajas de invierno en algunas de las tiendas de la multinacional en la capital.
Estas acciones no son un hecho aislado. Llegan después de que las dependientas de Inditex en A Coruña salieran a la calle en noviembre, convocadas por los sindicatos CIG y UGT. Unas protestas que se saldaron semanas después con un acuerdo para mejorar las condiciones salariales. ¿Qué ha pasado en Inditex en los últimos meses para que el clima laboral se haya caldeado?
Hasta este invierno, las movilizaciones laborales en Inditex –al menos, de puertas afuera– no eran excesivamente habituales. Sin embargo, las protestas en A Coruña y el acuerdo con el sindicato CIG han animado a otros sindicatos a moverse. “Han tenido un resultado exitoso y, una vez se ha conseguido, queremos que se aplique en el resto de territorios, porque hacemos el mismo trabajo”, recalca Aníbal Maestro, secretario de la sección estatal de CGT en Zara y Lefties. No es el único que ve un cambio de patrón después de A Coruña. “Ha cambiado el ambiente”, indica Álvaro Cajigal, responsable de Inditex en UGT.
La empresa dueña de Zara y Bershka no tiene un convenio colectivo estatal propio, sino que las condiciones en sus tiendas dependen de los convenios provinciales del comercio textil. Sobre estos, la compañía y los representantes sindicales pueden acordar mejoras, por ejemplo vía incentivos o pluses. Eso es, precisamente, lo que ocurrió en A Coruña, donde se pactó una subida de 322 euros mensuales, con efectos retroactivos desde noviembre. De ellos, 122 euros, a través del llamado “plus sede” y 200 euros en un plus de convenio específico. Se trata de un acuerdo provincial pero ha marcado el campo de juego.
Si actualmente hay 52 convenios ligados al comercio textil, “más o menos la mitad están bloqueados o han decaído”, apunta Ángeles Rodríguez Bonillo, coordinadora de Comercio de la Federación de Servicios de CCOO. Uno de ellos, el de Madrid, cuyas negociaciones tienen que echar a andar en las próximas semanas.
Un acuerdo con CCOO y UGT
En ese marco de convenios provinciales, con opciones de mejora vía pluses, los dos sindicatos con mayor representatividad estatal en Inditex, CCOO y UGT, firmaron un acuerdo con la multinacional en noviembre para “abrir una negociación” en la que establecer “en todas las marcas del grupo un sistema de incentivos y comisiones más transparente, universal y equitativo, además de tener en consideración la omnicanalidad de ventas física y online”, aseguraron entonces.
También pactaron recuperar un incentivo para las dependientas de todo el grupo, de 1.000 euros para aquellas que trabajen más de 24 horas semanales y de 600 euros si son menos horas. Un incentivo a abonar en la nómina de febrero 2023, que ahora estos sindicatos buscan que se prolonguen a más ejercicios.
Tras ese acuerdo de noviembre, el pasado 4 de enero, CCOO y UGT convocaron para este miércoles 25 una Mesa Estatal, en la que analizar medidas salariales para compensar el alza de la inflación. Una mesa en la que solo estarán, en principio, esos dos sindicatos pero hay otros que también llaman a la puerta. “Queremos estar en esas negociaciones, porque somos el sindicato mayoritario en Madrid en Zara y en Pull & Bear. No queremos figurar, lo que queremos es que se dé cabida a lo que las trabajadoras están pidiendo, que es una equiparación de las condiciones laborales en una empresa donde vemos ganancias, vemos beneficios”, argumenta Aníbal Maestro.
El representante de CGT apunta a elDiario.es que han solicitado a la empresa estar en esa reunión y que esta no ve problemas siempre que estén de acuerdo los dos sindicatos con mayor representatividad estatal. “Corresponde a los sindicatos decidir quién se sienta, no a nosotros”, afirman a este medio fuentes de Inditex.
Preguntados sobre la presencia de CGT en la reunión, Álvaro Cajigal, responsable de Inditex en UGT, indica que de los nueve representantes sindicales en la reunión, tres corresponden a este sindicato y otros seis a CCOO. “No vemos problemas a que estén, pero nosotros no vamos a renunciar a uno de nuestros puestos”, explica. Una opción, señala, podría pasar por ampliar la mesa. Por su parte, Ángeles Rodríguez Bonillo, de COOO, recalca que “la Ley dice que tienes que ser representativo para estar” y que estos dos sindicatos mayoritarios suman casi el 80% a escala estatal. “Si fuese una mesa de Pull & Bear en Madrid, yo no podría estar”, añade.
Las propuestas de los sindicatos
De cara a la mesa de diálogo del miércoles, CCOO asegura que los enfoca “como una negociación donde vamos a plantear incrementos a cuenta donde haya convenios bloqueados o decaídos. Vamos a pedir extender los pluses que se están firmando”, en referencia a lo sellado en A Coruña. “Queremos consolidar el plus de incentivos, que no sea solo este año, también en los próximos y que el sistema de comisiones sea transparente y negociado, que se recoja el comercio online”. Ángeles Rodríguez Bonillo también apunta que llevarán a la mesa “propuestas de mejoras sociales, ayudas por nacimiento, por familiares con discapacidad o ayudas por guardería”.
En el caso de UGT, Álvaro Cajigal no entra en los detalles concretos, que prefiere comunicar a la plantilla antes que a la prensa. Sin embargo, sí resume que estarán ligados a “medidas sociales y económicas”, porque en paralelo se negocia el plan de igualdad. Entre otros aspectos, cita el sistema de comisiones “para que sea más entendible y transparente, porque es difícil de calcular” y que “se incluya la venta online”. También, prolongar ese bonus de 1.000 euros a más ejercicios a partir de 2024. Y no descarta movilizaciones, pero después de dialogar. “Haremos lo que tengamos que hacer, pero no vamos a convocar movilizaciones antes de sentarnos”.
A la espera de ver si estará en la mesa, lo que no ve probable, CGT reclama que para los trabajadores de tiendas con jornadas de más de 15 horas, sin excepción, la subida salarial sea de 500 euros al mes. Si son menos de 15 horas, de 250 euros. Además, que se abonen los domingos en las mismas condiciones que los festivos y se equiparen las ayudas sociales con las de los centros logísticos, fábricas y centrales de Inditex.
“Un trabajador de logística o de central cobra por nacimiento o adopción de hijo una cantidad de 450 euros, mientras que las trabajadoras de tienda cobramos 42. Para material escolar nuestros compañeros cobran 200 euros y las trabajadoras de tienda, cero”, enumera CGT. Tras los paros y protestas de este mes, este sindicato no descarta más jornadas de huelga. “Pero ya en febrero porque, con la situación salarial en la que estamos, no podemos pedir a las dependientas que vuelvan a parar otro día”, indica Soledad, representante de CGT en el Comité de Empresa de Zara en Madrid, durante uno de las movilizaciones de este lunes.
Una nueva patronal que puede cambiar el diálogo
Al margen de toda esta mesa y de los convenios provinciales que quedan por pactar, en el horizonte sobrevuela una futura negociación estatal, que implique no solo a Inditex, sino también a otros grupos, como H&M, Primark, Uniqlo. Estas compañías han formado la Asociación Retail Textil España (ARTE), a la que también se ha sumado el grupo catalán Mango.
Entre sus fines está “ser instrumento y plataforma para intervenir y participar en el diálogo social con las organizaciones sindicales a fin de concertar políticas de interés recíproco a nivel sectorial y promover acuerdos en materia de negociación colectiva”, según figura en sus estatutos.
También podrá proponer “condiciones que garanticen la paz social y la mejora de las relaciones laborales en las empresas”, pero “respetando sus propias facultades de organización”. Algunas de las empresas que integran Arte, como Primark, sí tienen convenio propio. De momento, está por ver si ese diálogo estatal se materializa, pero los mimbres para cambiar el tablero ya están ahí.
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