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El ministro holandés de Finanzas no excluye los recortes tras la crisis del coronavirus: “No podemos descartarlo”

El ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra, y la vicepresidenta económica de España, Nadia Calviño.

Andrés Gil

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“Es imposible descartarlo”. Así ha respondido Wopke Hoekstra, ministro de Finanzas holandés, a la pregunta de si está considerando medidas de austeridad y recortes el próximo año. “Pero ahora no está en la agenda”, ha dicho en la cadena RTL Z, “estamos haciendo exactamente lo contrario”.

Países Bajos está defendiendo desde el principio la condicionalidad macroeconómica en el acceso a los préstamos del fondo de rescates de la UE –MEDE, que pondrá a disposición de los países 240.000 millones a partir del 1 de junio–; y el cumplimiento de las reglas fiscales comunitarias, en cuanto a la deuda y el déficit, una vez pase la crisis del coronavirus. También, en el ámbito europeo, Holanda se está oponiendo a que el fondo de recuperación consista en ayudas directas en lugar de préstamos.

De momento, el Gobierno holandés está ayudando con dinero público a las empresas –4.000 millones para KLM, por ejemplo–. Pero, ¿hasta cuándo será así? No es seguro. El ministro de Finanzas, Wopke Hoekstra, no ha descartado este martes la necesidad de recortesSegún la cadena RTL Z, el gasto público en Holanda está aumentando en unos 92.000 millones de euros, casi el 12% del PIB.

Ese dinero es prestado a una tasa de interés muy favorable. A pesar de ello, la corriente económica dominante en el Ejecutivo holandés aboga por una disciplina fiscal que lleve a los gobiernos a hacer todo lo posible por reducir la deuda pública. Y sólo hay dos caminos: subiendo impuestos o recortando gastos.

Otros economistas, más herederos del keynesianismo, lo ven de manera diferente. Debido a las bajas tasas de interés, la deuda pública no es tan pesada, y defienden que los gobiernos inviertan en lugar de recortar.

Hoekstra es el mismo ministro de Finanzas de Países Bajos que hace unas semanas que pidió a la Comisión Europea una investigación sobre la situación fiscal de los países del sur en las discusiones sobre la respuesta europea a la pandemia, actitud calificada de “repugnante” por Portugal.

Hace unos días, el primer ministro portugués, António Costa, había calificado de “repugnante” la actitud holandesa, y no ocultó su irritación ante declaraciones “repulsivas”, “sin sentido” y “totalmente inaceptables” con respecto a la crisis de coronavirus hechas por Hoekstra. “Esa mezquindad recurrente amenaza el futuro de la UE”, dijo Costa. Hoekstra, en el Ecofin, pidió a la Comisión que “investigue” por qué algunos Estados miembros no tenían margen fiscal para afrontar la crisis del coronavirus.

En una entrevista con la agencia Lusa hace unos días,  añadía Costa: “Más que una cuestión económica o financiera, es una cuestión política la que está encima de la mesa. Necesitamos saber si podemos seguir a 27 en la Unión Europea o a 19 [en la zona euro], o si hay alguien que quiere quedarse fuera”. “Me refiero a los Países Bajos ”, subrayó Costa, quien afirma: “Este es el momento de la clarificación política en Europa”.

Pero no sólo ha respondido el gobierno portugués al de Países Bajos. También lo ha hecho el italiano. En una entrevista publicada por el Süddeutsche Zeitung, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, expresa la desconfianza de los italianos con la Unión Europea: “Surge en el momento en que nos sentimos abandonados precisamente por los países que se benefician de esta Unión”.

Conte recuerda, así, cómo Alemania prohibió las exportaciones de material médico: máscaras respiratorias, guantes y trajes protectores de manera generalizada. 

“Mire el ejemplo de Holanda, cuyo dumping fiscal atrae a miles de multinacionales, que trasladan allí sus sedes, y obtienen un flujo de ingresos fiscales sustraídos de otros socios de la Unión Europea: 9.000 millones de euros cada año, según un análisis de Tax Justice Network”.

En la reunión de los líderes de la UE del pasado 23 de abril, volvió a evidenciarse que el bloqueo holandés y de los países del norte impide concretar un fondo de recuperación ambicioso basado en transferencias: concluyó la cuarta cumbre de jefes de Estado sin más acuerdo que pedir a la Comisión Europea que prepare un plan para el 6 de mayo con la división en torno al tamaño del fondo y a la dicotomía entre transferencias y préstamos.

El primer ministro holandés, Mark Rutte, dudaba tras la cumbre de la necesidad de ese “fondo robusto” que dice Von der Leyen: “Esto [los 750.000 millones del BCE y los 540.000 acordados por el Eurogrupo] ya es muchísimo dinero, me sorprendería muchísimo que nos gastáramos todo esto en lo que queda de año. Para mí, es difícil entender por qué necesitamos más dinero en los próximos meses. Por eso, necesitamos esperar a la CE, que nos podrá dar más detalles sobre todo esto”.

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