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Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Una nueva traducción del Corán al español reivindica una lectura desde su parte poética

Córdoba —

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Álvaro Vega

Córdoba, 11 ago (EFE).- Una nueva traducción del Corán, realizada por el profesor de la Universidad de Málaga Antonio de Diego González, reivindica una lectura de su parte poética, que “es algo que la mayoría de las traducciones del Corán habían obviado un poco”.

En una entrevista con EFE, Antonio de Diego (Málaga, 1986) ha asegurado que se planteó con esta nueva traducción del árabe al español, editada por Almuzara, “hacer una versión que fuese fiel pero poética, que permitiese pensar a las personas”.

“La parte poética lo aporta prácticamente todo porque el Corán es un texto en árabe que es poético. Está pensado para ser memorizado, para ser recitado. Tiene una fuerte oralidad y se usa la rima, elementos líricos, elementos de imágenes, de símbolos que se van manifestando una y otra vez”, ha subrayado el profesor malagueño.

Para el autor, doctor en Filosofía por la Universidad de Sevilla y profesor de Historia de la Filosofía en la Universidad de Málaga, esa parte poética “normalmente se elimina en las traducciones (del Corán) para intentar una comprensión más profunda del texto, pero esto suele ser ”un poco erróneo o tramposo porque realmente pasa como todas las obras clásicas, como la Ilíada o la Odisea“.

De hecho, para hacer esta traducción se inspiró mucho en la traducción de la Ilíada de Agustín García Calvo, cuando planteó una Ilíada que sonase como la de los griegos y eso es lo que ha intentando en su obra.

Reivindicación del español a través del lenguaje morisco

De Diego también formula con esta traducción “la reivindicación de un español que conecta a través del lenguaje morisco y de las formas moriscas con el propio árabe, una de las cosas que ha intentado mantener”.

Así, se muestra orgulloso de “hacer una cosa que los sabios, por ejemplo, de India o de África, suelen hacer y es traducir a sus idiomas, pero mantener las palabras clave” y ha destacado que muchas de las palabras claves del Corán las tenemos en nuestra propia lengua.

En esta línea, ha indicado que “solamente había que ir al diccionario de la Real Academia Española, a la parte olvidada y traer esas palabras, por ejemplo, como axarquía o algarvía, que a todo el mundo les sonará por la Axarquía malagueña o por el Algarve portugués, pero que son parte de nuestra propia herencia”.

El docente ha invertido tres años en lo que ha sido “un desafío considerable” y al que han contribuido sus estudios y lecturas, de forma que se ha servido de todo lo que había leído sobre religiones, sobre el Islam, y lo que había estudiado, tanto con maestros tradicionales como en sus estudios académicos y en su trabajo en la Universidad.

De todas maneras, para Antonio de Diego es un desafío “cualquier traducción, cualquier interpretación de un texto y, además, de un texto de este tipo de magnitud”.

Un trabajo lo más honesto posible

Ha enfatizado que es un libro que le ha marcado especialmente y al que le tiene un respeto máximo “como creyente musulmán” y en cuyo sentido ha intentado “hacer un trabajo lo más honesto posible”.

Más allá de su creencia en el islam, el trabajo le ha reportado alguna aportación como profesor porque es una forma de poder indagar sobre la historia que hay detrás del Corán, sobre el cosmopolitismo que se plantea, y de hecho, ha apuntado que muy poca gente sabe que aparece Alejandro Magno como uno de los personajes coránicos, o que aparecen referencias a la antigüedad tardía.

Más allá, a juicio de De Diego, “supone un gran reto hermenéutico y de interpretación porque es cómo traer una obra atemporal, antigua, a un mundo contemporáneo y cómo hacer que la gente pueda disfrutar de la sabiduría que hay dentro”.

Por ello, la mayor aportación que esta traducción del Corán hace Antonio de Diego profesor es, precisamente, la de la “humildad intelectual, la del esfuerzo por intentar brindar todo esto y, además, intentar conectarlo con diferentes registros”.

Antonio de Diego ha publicado también con Almuzara 'Sufismo Negro' (2019), en el que afronta la historia del sufismo en África Occidental, y 'Populismo Islámico. Cómo se ha secuestrado la espiritualidad musulmana' (2020), en el que trató, según dijo entonces a EFE, la manera en la que el populismo también se había hecho del islam y lo había desviado hacia una 'musulmania' que jamás había existido.