Laura tiene 23 años y no sabe mucho sobre inversión, pero unos amigos le han recomendado una aplicación en la que solo por unirse le regalan una acción en una empresa y, además, por cada amigo que se haga una cuenta con su código a ella le llegarán entre 10 y 50 euros como recompensa. “Decidí hacerme una cuenta en la app aprovechando las promociones, y es verdad que se supone que vendes tus datos, pero sinceramente me da igual. Ya los vendo cuando acepto las cookies de páginas web sin querer y también con las redes sociales, y si encima puedo ganar algo de dinero, pues mejor”.
Es el mismo caso que Pilar, que tiene la misma edad y las mismas nociones sobre el mundo de la inversión. En este momento no está trabajando y se dedica a estudiar, y conseguir algo de dinero para su día a día le viene muy bien: “Decidí unirme porque un amigo de la universidad me dijo que se había hecho usuario y que era una app que te daba dinero gratis y... ¿Quién no quiere dinero gratis? Entonces me decidí a hacerlo después de investigar un poco y comprobar que no era algo fraudulento ni que pudiese perjudicarme”.
Este es el caso de muchos de los jóvenes que acceden a aplicaciones de inversión sin un asesoramiento o una experiencia previa, atraídos por la recompensa que les da la empresa por el hecho de hacerse una cuenta y convencer a sus amigos de que se unan también. Concretamente, Laura y Pilar son usuarias de Trade Republic, una empresa alemana de inversión que lleva funcionando desde el año 2015, supervisada por el BaFin, la autoridad de regulación financiera de Alemania, y a su vez por el Bundesbank alemán.
En España su Country Manager es Kintxo Cortés. Además de estar inscrita en el registro mercantil alemán del Tribunal del Distrito de Düsseldorf, y en el registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), las competencias de supervisión de las entidades que operan en libre prestación de servicios (LPS) en España recaen en el supervisor del país de origen, es decir, Alemania.
Esta app se ha dado a conocer en España mayoritariamente por medio del “boca a boca” entre los usuarios, que invitan a sus allegados en grupos de WhatsApp o incluso por medio de historias de Instagram a que usen su código para que ambos obtengan una ganancia económica fácilmente y de manera casi instantánea, pero no es la primera empresa en hacerlo. Hace varios años, Verse, otro banco online, se dio a conocer por el mismo método. “Obviamente pregunté a todo el mundo si se quería unir, incluso a mi madre. No es que quiera vender su alma al diablo pero no pasa nada, y si tienes la opción de conseguir 10 euros pues eso que te llevas”, afirma Laura.
A primera vista, puede que no se encuentren peligros que vayan más allá de la cesión de datos personales a una empresa: tanto tu DNI escaneado, como tu edad, tu domicilio, tu experiencia bursátil y un selfie para comprobar tu identidad. Pero recibir un premio económico inmediatamente después de unirte a una plataforma bancaria puede entrañar algunos peligros a largo plazo, tanto en materia de economía personal como psicológicamente.
La estrategia 'members get members'
Jordi Torrents, que es Socio-Director de la agencia de marketing estratégico Collaborabrands y co-director del máster de Estrategia y Gestión Creativa de la Marca de la UPF-Barcelona School of Management, cuenta que se trata de una estrategia muy antigua llamada 'members get members' o ‘mgm’. Se usa en sectores muy diversos, tales como los gimnasios o los clubes, pero tiene la particularidad de que solo es efectiva si la marca que hay detrás ha generado una confianza en el usuario: “Entrar en una app y obtener una recompensa económica es atractivo, pero solo si acceder a esa aplicación ya me parecía atractivo previamente; si no la conozco de nada, a no ser que me la haya aconsejado un amigo en el que confío ciegamente, la eficacia de este tipo de promociones baja muchísimo”.
Pero en este caso, se trata de aplicaciones que no tienen una trayectoria muy amplia a nivel español y que los nuevos usuarios no conocen anteriormente en todos los casos, por lo que se hace un “trasvase de confianza”. Trade Republic regala una acción gratis de hasta 200 euros, inmediatamente después de hacerte usuario, de empresas exitosas como Amazon, Netflix o Apple, que la ciudadanía conoce aunque no esté inmersa en el mundo de las inversiones. Torrents opina que se trata de un movimiento astuto más que inteligente: “Están usando la confianza que genera la marca de la acción que te regalan para crear confianza en ellos mismos”.
Según este experto, el caldo de cultivo para que proliferen estos “métodos alternativos” de acercamiento al mundo de la inversión, con muchos más riesgos y potenciados por vídeos en TikTok e Instagram de jóvenes influencers que aseguran haber ganado fortunas con la inversión, tiene que ver con la desconfianza que siente la gente sobre los bancos a partir de la crisis financiera del 2008.
“Como las entidades bancarias crearon un precedente negativo hace unos años, los clientes consideran que el hecho de que un banco se lleve un 0,6% de la gestión de tu cartera, o algunos un 2 o 3%, es algo completamente abusivo”.
“Invertir en una criptomoneda que apenas conocen porque un asesor financiero o un influencer dice que es la moneda del futuro, y que él perdió mucho dinero al principio pero que en el último año ha ganado 2 millones de euros, hace que se metan de lleno por la desconfianza en los bancos”, añade.
La psicología del gambling y la inversión
Tanto Pilar como Laura tienen claro que las casas de apuestas son peligrosas, y establecen una distancia importante entre el juego y el mundo de la inversión: “Me parecen horribles las casas de apuestas. Para mí es muy diferente esto a apostar. No es lo mismo invertir en Bolsa, que es cierto que es un poco como el azar, pero lo estudias y no inviertes tu dinero de necesidad, inviertes lo que sabes que puedes permitirte perder”, afirma Laura.
Ubaldo Cuesta, catedrático de Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid y director de NeuroLabCenter, comenta que aunque no hay evidencias empíricas, pues se trata de un fenómeno bastante novedoso, este tipo de herramientas de inversión en manos de unos usuarios inexpertos podrían considerarse cercanas al 'gambling': “O eres un experto o lo que estás haciendo al tradear es una apuesta”. Cuesta afirma que en estos procesos hay mucho más azar de lo que parece.
En el caso de los jóvenes se puede afirmar que su impulsividad supone un riesgo añadido, pues uno de los motivos por los que este sector de la población puede desarrollar problemas con el juego se debe a que las estructuras neurológicas de control de la impulsividad, que se sitúan en los lóbulos prefrontales del neocórtex cerebral, no terminan de madurar hasta los 30 años aproximadamente.
Ubaldo Cuesta apunta que si los jóvenes tienen acceso a esta aplicación, o estas aplicaciones, que tienen una apariencia de “control de la contingencia del precio” y les dan dinero por unirse, van a relacionarlo psicológicamente con el “mundo del regalo”: “El usuario razona como si hubiera hecho una apuesta y le hubiera tocado algo gratis, no es el mundo del esfuerzo. Si juntas todo eso en una coctelera y lo agitas, puedes estar poniendo las bases para que un porcentaje de los jóvenes termine siendo un poco adicto a estar 'tradeando', comprando y vendiendo. Y con probabilidad de salir perdiendo, claro”.
De esta forma, aunque estas aplicaciones y prácticas económicas no estén relacionadas directamente con el azar y las casas de apuestas, un uso inexperto, sin asesoramiento, podría tener resultados parecidos a nivel psicológico.
Sin embargo, el responsable en España de Trade Republic considera que el acceso a la inversión sin asesoramiento financiero no tiene un riesgo real puesto que más del 50% de los clientes de la empresa alemana no tienen una experiencia en el mundo de la inversión. “Hoy en día, muchas personas saben exactamente lo que quieren a la hora de invertir. Entran informados cuando acceden al mercado gracias a la gran cantidad de contenido de calidad disponible en Internet y los muchos y diferentes formatos de contenidos existentes”, añade Cortés.
Cuando elDiario.es ha preguntado al Ministerio de Consumo por esta temática han expresado que para que tengan competencias en esta materia “tiene que existir juego, es decir, que tiene que tener precio, azar y premio y en el caso que planteas, por ejemplo, solo hay premio. O sea, que aunque esto pudiera crear adicción, en lo que no entramos, no es objeto de regulación por parte de la Dirección General de Ordenación del Juego”.
Por otro lado, Cortés afirma que en su empresa no se contemplan “escenarios hipotéticos”: “En la actualidad, el cliente medio de Trade Republic a nivel global es un primer inversor, con un plan de ahorro ampliamente diversificado. En 2021, más de la mitad de nuestros clientes han logrado una rentabilidad superior al 7%, a pesar de que el entorno de los mercados de capitales es uno de los más difíciles. La percepción de que muchos jóvenes pierden su dinero a ciegas es errónea y no está respaldada por los datos”, asegura.