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La Policía prohibirá los escraches cerca de los domicilios de los políticos

EFE

Madrid —

El Ministerio del Interior dará instrucciones “claras” a la Policía Nacional para que, como norma general, prohíba la celebración de escraches a menos de 300 metros de los domicilios de políticos.

En declaraciones a los medios tras inaugurar la primera convención de mandos de la Policía, el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha asegurado que se está trabajando con “el mismo criterio” que ha adoptado la Ertzaintza recientemente y que fija en concreto ese límite.

Posteriormente, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha matizado esas órdenes, aunque sin desmentir por completo a su segundo. En primer lugar, ha negado que trate de una instrucción general a todas las Fuerzas de Seguridad, lo que, según el PSOE, sería ilegal. Pero sí ha dicho que se establecerán distancias de seguridad, cuya longitud dependerá de cada caso. Se tendrán en cuenta varios factores, empezando por el más obvio, la extensión de la calle.

“La instrucción que se ha dado es adoptar las medidas operativas adecuadas para garantizar la inviolabilidad del domicilio y la intimidad personal y familiar –ha dicho Fernández Díaz– y se deja a los mandos que sepan interpretar, con la flexibilidad y proporcionalidad adecuadas, cada caso”.

El ministro no niega que en algún momento la distancia de exclusión sea de 300 metros, pero también podría ser menor. Sería “absurdo” poner la distancia en 300 con carácter general porque depende de la calle y las circunstancias. Por eso, la separación puede ser “de 300 metros, de 30 o lo que sea”.

Según la peculiar interpretación legal que hace Fernández Díaz, la gente sólo puede manifestarse si lo comunica previamente a las autoridades: “Y ninguno de esos acosos se han comunicado, y por tanto en todos esos llamados escraches, que son acosos, coacciones o intimidaciones, se están violando de manera flagrante la ley de derecho de reunión y manifestación”.

El apoyo de Felipe

El Partido Popular ha encontrado un inesperado aliado en la polémica de los escraches: Felipe González. “¿Por qué un niño va a tener que aguantar una presión en la puerta de su casa?”, ha comentado el expresidente. “En eso se tiene que reflexionar seriamente. Es una importación que hemos hecho de Argentina, pero por cosas distintas. No es la mejor importación que hemos hecho”.