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Portugal tiene “sospechas” de manipulación del mercado mayorista eléctrico que comparte con España

Antònio Costa y Pedro Sánchez, en una imagen de archivo.

Antonio M. Vélez

El regulador energético de Portugal (ERSE) tiene “sospechas” de manipulación de los precios del mercado mayorista de electricidad, la bolsa diaria (conocida como pool) que acaba determinando el coste de la energía en el recibo de la luz de los consumidores, y que el país vecino comparte con España desde hace años a través del denominado mercado ibérico de electricidad (MIBEL), implantado en 2007.

El regulador luso ya ha trasladado esas dudas sobre el funcionamiento del mercado a la Agencia Europea para la Cooperación de los Reguladores de Energía (ACER), a la que también pertenece el ‘superregulador’ español, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Tanto este organismo como el Gobierno español están informados de las dudas de ERSE.

Así se desprende de una reciente respuesta parlamentaria avanzada el viernes por el semanario Expresso, en la que el Gobierno luso explica que el pasado 30 de mayo, poco después de comenzar la escalada inflacionista del pool (en el que los generadores venden la energía a las comercializadoras), ERSE comunicó a la agencia europea de reguladores ACER “la existencia de sospechas de una potencial violación” del artículo 5 del Reglamento europeo 1227/2011 sobre la Integridad y la transparencia del mercado mayorista de la energía.

Ese artículo indica que “queda prohibida la manipulación o la tentativa de manipulación de los mercados mayoristas de la energía”.

En su respuesta a una pregunta de los comunistas del PCP sobre el “elevado precio de la electricidad negociada en el mercado mayorista”, el Ministerio de Economía portugués recuerda que en este tipo de procedimientos, ACER “puede determinar la participación de otras entidades reguladoras nacionales, teniendo en cuenta que pueden existir efectos que no se limitan a un único mercado nacional”. Y señala que sus pesquisas ya han sido puestas en conocimiento de las autoridades españolas. “El Gobierno está a la espera de las conclusiones de este proceso, en coordinación con el Gobierno de España”, concluye.

A preguntas sobre este asunto, fuentes de la CNMC confirman que, “dado que la supervisión del mercado ibérico se realiza de manera coordinada por ambos reguladores en el ámbito del MIBEL”, ERSE ha informado al regulador español “de la apertura de este procedimiento”. “Independientemente de la apertura de este caso por parte del regulador portugués, como es habitual, ambas autoridades seguimos supervisando la evolución del precio del mercado y analizando la existencia de posibles comportamientos anómalos”, añaden en la CNMC.

Fenómenos extraños

Expresso, que ya avanzó el mes pasado que ERSE investiga posibles comportamientos irregulares en el mercado mayorista, destaca que entre los “fenómenos” que están causando “extrañeza” entre los observadores del sector se encuentra un hecho que también se ha producido en las últimas semanas en España: las centrales hidroeléctricas “están marcando el precio de cierre de mercado diario en el MIBEL con ofertas incluso superiores a los de las centrales termoeléctricas” (gas y carbón), en virtud del funcionamiento de este mercado (marginalista), en el que la última central que permite casar la oferta y la demanda es la que marca el precio que cobran todas.

En julio, el presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, ya señaló en un acto junto al Secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, que en el organismo estaban “preocupados” por si la subida de precios del pool era “una situación coyuntural” o “si hay algo más”. Entonces, el megavatio mayorista costaba unos 60 euros y en las últimas semanas, ha superado holgadamente los 70. En el sector se atribuye la escalada a la cotización de los derechos de emisión de CO2 que compran las centrales por contaminar (se ha triplicado en un año), al encarecimiento de las materias primas y a la parada de reactores nucleares en España y Francia.

El pasado viernes, el Gobierno español aprobó un paquete de medidas urgentes para intentar abaratar el precio de la luz que incluye, entre otras medidas, la ampliación del bono social para los consumidores vulnerables, la derogación del denominado impuesto al sol y la suspensión de dos impuestos a la generación que, según la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, abaratarán la factura del consumidor en torno a un 4%.

Portugal, que ha desplegado una política proactiva de protección de los consumidores vulnerables y lucha contra la pobreza energética, ya ha anunciado que una de las medidas que va a implantar España, la suspensión del impuesto a la generación del 7%, va a llevar “a que todos los mecanismos del sistema eléctrico” luso “sean revisados en los próximos tiempos”.

Aunque la Península Ibérica es lo que se denomina isla energética con respecto a Francia (la interconexión es de apenas el 3%), los mercados eléctricos de España y Portugal funcionan en la práctica como uno solo y marcan los mismos precios (“acoplamiento”, en la jerga del sector) más del 90% de las horas.

Cuando España implantó a finales de 2012 ese impuesto a la generación, del que están exentos los generadores en Portugal, el país vecino puso en marcha un mecanismo denominado “clawback” (de reintegro) para evitar ganancias excesivas de las empresas. Ahora va a tener que revisarlo.

En agosto, los gobiernos de España y Portugal, que comparten una decidida apuesta por las renovables, anunciaron la creación de un grupo de trabajo para analizar la subida de precios en el Mibel y de cara a una reforma coordinada del sector que, según ha dicho la ministra Ribera, tendrá carácter “estructural”.

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