El precio de la electricidad encadena máximos anuales en pleno agosto
El precio medio de la electricidad negociada en el mercado mayorista eléctrico (el denominado pool) va a alcanzar este miércoles los 70,99 euros por megavatio hora (MWh), con lo que alcanzará otro máximo anual, el tercero que toca durante este mes de agosto, con media España de vacaciones. El de este miércoles va a ser el precio más alto desde el 7 de diciembre de 2017, cuando se situó en 71,07 euros, según datos del Operador del Mercado Ibérico de Electricidad, Omie.
El pool, en dos palabras, está desbocado, y ha superado los 70 euros por primera vez este año. No es una buena noticia para los consumidores porque esta bolsa tiene un reflejo directo en el precio regulado de la luz (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor o PVPC), la tarifa doméstica que más recomiendan los expertos. De forma indirecta, también acaba plasmándose en los precios de las ofertas del denominado mercado libre, que en los últimos años ha ganado peso entre los usuarios pese a ser más caras y más rentables para las eléctricas.
En esta ocasión, no hay que echarle la culpa de la evolución del pool a la ausencia de lluvias, dado que 2018 ha sido un buen año hidrológico. La escalada se explica fundamentalmente por dos factores: por un lado, la denominada gripe nuclear que lleva experimentando Francia todo este mes de agosto, que no remite (actualmente, casi la mitad de su parque nuclear del país vecino está parado) y que incide en las exportaciones de electricidad a ese país y, por ende, los precios en España; por otro lado, la imparable escalada de la cotización del CO2 en el mercado europeo de derechos de emisión.
Este martes, Francia tenía fuera de servicio 25.400 megavatios (MW) de potencia de 25 de sus 54 reactores nucleares por diferentes razones técnicas, según datos del operador francés del sistema eléctrico, RTE. Aunque se espera que esta situación remita parcialmente en los próximos días con la entrada progresiva en el sistema galo de cerca de 10.000 MW de aquí al domingo, a la indisponibilidad de esa enorme bolsa de generación atómica en el país vecino se suma la escalada de la cotización del CO2, que está en su nivel más alto desde octubre de 2008.
En el último año, la cotización del CO2 se ha más que triplicado y, tras superar el viernes por primera vez en diez años la barrera de los 20 euros por tonelada, el lunes alcanzó los 21,26 euros, un 174% más que en enero pasado. El comportamiento del CO2 en el mercado de emisiones tiene una incidencia directa en los precios del gas y del carbón, que es la tecnología que junto con la hidroeléctrica ha fijado este miércoles los precios en el pool, un sistema marginalista en el que todas las fuentes de energía cobran el precio que marca la última central que permite casar la oferta y la demanda.
Factura récord
La escalada del pool va a tener reflejo directo en la factura de los usuarios, que han visto como el gasto anual de los hogares (datos del INE) crece un 55% en una década (el triple que la inflación), hasta los 745 euros de 2017. El consultor energético Francisco Valverde estima que este año España se encamina hacia la factura doméstica anual más cara de su historia: 796 euros al año, por encima del récord de 793 euros registrado en 2012.
Según los cálculos de este experto, el pico de precios se va a alcanzar en noviembre y diciembre, cuando el recibo medio superará los 72 euros mensuales. Esto tendrá su incidencia en el IPC y, por ende, puede influir en la revalorización de las pensiones, en el caso de que el Gobierno decida utilizar este indicador para actualizar esas prestaciones.
Según las estimaciones de Valverde, un consumidor tipo con 4,4 kilovatios (kW) de potencia contratada y un consumo anual de 3.500 kilovatios hora (kWh) va a pagar este mes una media de 68 euros, un 2,4% más que en julio y un 8,4% más que la media del trienio 2014-2017 para el mes de agosto.
El Ejecutivo ya ha dejado patente su “preocupación” por la escalada que el pool ha experimentado desde marzo y ha recordado que su supervisión corresponde en cualquier caso a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
En un artículo publicado hace unos días en El Mundo, el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, apostaba por trabajar con el Gobierno portugués (que tiene su mercado eléctrico integrado con el español) para “determinar medidas que conduzcan a la actualización de las normas de funcionamiento del mercado y su adaptación a una realidad cambiante, en la que elementos como las energías renovables, la generación distribuida o el autoconsumo tienen un papel de gran importancia en el sistema eléctrico”.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya avanzó en julio su intención de revisar el funcionamiento del pool, que se implantó hace más de 20 años. Entonces, España no utilizaba energías renovables ni centrales de gas, que han tenido un despliegue masivo en este siglo y están llamadas a tener un papel preponderante en el sistema eléctrico del futuro. Un mercado marginalista único “probablemente no encaje y necesite ajustes”, ha señalado Ribera.