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El precio de la luz bate este martes su récord histórico por segundo día consecutivo

La escalada de la luz sigue sin tocar techo. El precio medio de la electricidad en el mercado mayorista, que determina una parte de la factura, alcanzará este martes, 10 de agosto, su récord histórico al situarse en 111,88 euros el megavatio hora (MWh). Es el segundo máximo histórico consecutivo y pulveriza el récord de 106,74 euros/MWh alcanzado este lunes, 9 de agosto.

De acuerdo con los datos del Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE), el precio fijado para este martes casi triplica el del segundo martes de agosto de 2020 (38,88 euros el MWh). Llega con la cotización del gas natural para el mercado Mibgas (la referencia en la Península Ibérica) ya en los 44 euros por MWh, un nivel desconocido hasta ahora.

El precio de este martes, un 4,8% superior al del lunes, llega en vísperas de una ola de calor que llegará a mediados de esta semana. Es el tercer récord histórico que se alcanza en el último mes, desde que el pasado 21 de julio el denominado pool se situó en 106,57 euros el MWh, superando el anterior máximo de enero de 2002.

En los diez primeros días de agosto, el precio medio del pool se ha situado en 95,9 euros/MWh, frente a los 35,6 euros del mismo periodo de 2020 y los 92,41 euros de julio, hasta ahora el mes más caro de la historia. La espiral del mes pasado ya convirtió a 2021 en el año con el pool más caro hasta ahora. Las previsiones apuntan a precios altos para lo que queda de año.

El precio del pool tiene un peso que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) cifraba recientemente en torno al 24% en la factura de la luz de los más de 10 millones de consumidores acogidos a la tarifa regulada o Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC), aunque ese porcentaje se ha incrementado con las subidas de las últimas semanas.

Los alrededor de 17 millones de consumidores que están en el mercado libre, que pagan por el kilovatio hora los precios ofertados por las compañías con las que contratan el suministro, no se ven afectados directamente por las oscilaciones al alza, pero tampoco se benefician cuando se producen a la baja, como ocurrió el año pasado. Todos los expertos y la propia CNMC recomiendan a los clientes domésticos quedarse en el PVPC, porque a la larga es menos caro que las ofertas que promocionan las eléctricas. Recientemente, las dos principales empresas del sector, Iberdrola y Endesa, reclamaban cambios en la tarifa semirregulada para, según Endesa, “proteger” al consumidor de las fluctuaciones del pool.

Pese a las medidas aprobadas por el Gobierno para frenar esta escalada del precio de la luz -rebaja del IVA del 21% al 10% en la factura eléctrica y suspensión temporal en el tercer trimestre del impuesto a la generación eléctrica (7 %)-, el precio de la electricidad en el mercado mayorista sigue en niveles insólitamente altos para estas fechas y el Ejecutivo ha planteado a la Comisión Europea una reforma del mercado marginalista, que retribuye todas las tecnologías al precio de la más cara, para rebajar el impacto en el bolsillo de los consumidores.

“Es necesario revisar el funcionamiento de un mercado con reglas elaboradas cuando la diferencia entre tecnologías no era tan grande”, señaló la semana pasada la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en una entrevista en Financial Times. “Necesito un precio que cubra los costes pero que sea razonable para el consumidor [pero] la Comisión Europea considera que esto no es compatible con un mercado con un alto nivel de competencia interna, en el que la regla fundamental en cuanto al precio es el coste marginal del último megavatio”. 

Detrás del aumento de precios, además del diseño del mercado marginalista, se encuentran los altos precios del gas en los mercados internacionales y de los derechos de emisión de CO2, que durante 2021 vienen marcando mes a mes máximos históricos.

Este lunes, la asociación de consumidores Facua reclamaba al Gobierno de coalición que “emprenda de una vez nuevas medidas para poner freno a la especulación en la fijación de las tarifas eléctricas” con un decálogo de peticiones, entre ellas un cambio en las reglas de la subasta del mercado mayorista, la bajada del IVA de forma permanente, el control de “ofertas fraudulentas” de las eléctricas y la aprobación de un nuevo modelo de bono social que represente al menos un 50% de descuento en la factura y del que se puedan beneficiar las familias que cobren no más de 2 salarios mínimos, que aumentarían hasta 3 en función del número y características de los miembros.

La asociación también exige una recuperación para el Estado de las concesiones de centrales hidroeléctricas que caduquen “para integrarlas en una empresa pública de energía, de manera que con ella puedan fijarse precios justos que contribuyan a reducir la factura de la luz”.