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El feminismo marca el Primero de Mayo: “Todavía hay mucha desigualdad en los trabajos”

Las mujeres y el feminismo han hecho historia este año y los sindicatos lo han reconocido en el Día del Trabajo. Este Primero de Mayo el típico “que viva la lucha de la clase obrera” ha competido con un intenso y repetido “no es abuso, es violación”. Miles de personas han marchado por las calles de Madrid en la manifestación principal del Primero de Mayo convocada por CCOO y UGT. La cabecera, con el lema, 'Tiempo de ganar: igualdad, mejor empleo, mayores salarios y pensiones dignas' y en la que están los secretarios generales de ambas centrales, Unai Sordo y Pepe Álvarez, ha avanzado repleta de pancartas moradas con lemas feministas como 'No es no' y 'Vivas, libres, unidas'. En Barcelona , Valencia, Sevilla y Santa Cruz de Tenerife, entre otras decenas capitales de provincia, también han discurrido manifestaciones, en las están los lemas contra la sentencia a 'la manada' conviven con las exigencias de subidas salariales o la lucha contra la precariedad.

Las referencias al feminismo y la igualdad llegaban desde primera hora de la mañana. La puesta en escena de este Primero de Mayo se teñía de morado: los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez, acudían a la rueda de prensa previa a la manifestación ataviados con pañuelos del color de la lucha feminista. Además, los secretarios generales de ambas organizaciones en Madrid anunciaban que iban a dar paso en el discurso final a las secretarias de igualdad de UGT y CCOO en Madrid.

Y, aunque en los discursos iniciales de los dos líderes sindicales la igualdad se diluía entre el conjunto de reivindicaciones por la recuperación de derechos laborales, había una idea presente: la celebración del pasado 8 de Marzo y su huelga feminista como hechos“históricos”. Más tarde, en los discursos en la Puerta del Sol, Unai Sordo sostenía contundente “ya nada será como antes” y aludía a la necesidad de que “los hombres aprendamos de las mujeres”, que por fin “van a ocupar el lugar que deben ocupar”. Pepe Álvarez calificaba de “lila, morado” este Primero de Mayo, en el que urgía a gritar “basta” contra la desigualdad en el seno de las empresas. “Ni un acoso más”.

Las sindicalistas en las áreas de igualdad en la Comunidad de Madrid, Pilar Morales (CCOO) y Ada Sánchez (UGT), dieron paso a los secretarios generales. Morales ha recordado “a todas esas mujeres que no pueden manfiestarse porque las han asesinado” y Sánchez ha exigido “más mujeres en puestos de responsabilidad”.

La cabecera de la marcha en la capital había avanzado casi tan roja como morada. Cerca de la pancarta de apertura en Madrid marchaba Mercedes (60 años), su hija Yuma (29) y una amiga. Son fijas en esta marcha, “es obligatoria”, dicen, y hoy portan carteles con lemas feministas. “El 8 de marzo demostramos qué podemos hacer las mujeres si nos unimos. Todavía hay mucha desigualdad en los trabajos”. Su hija explica que la dirección de su lugar de trabajo está copada por hombres, aunque en la coordinación ya hay más mujeres. “Muchos compañeros te hablan como si supieran más que tú”, critica sobre los comportamientos machistas habituales dentro de las empresas.

Aurora, delegada sindical de Comisiones Obrera en el sector de la industria, remitía a la “vergonzosa sentencia de 'la manada” –que sacó esta semana a miles de mujeres en marchas convocadas por el movimiento feminista– como un impulso para las reivindicaciones de igualdad entre hombres y mujeres en esta manifestación centrada en los derechos laborales. A lo largo de la marcha, los que aguantaban pancartas sobre pensiones, precariedad juvenil y otras luchas particulares coincidían en corear en algún momento el “no es no, lo demás es violación”.

Las pensiones, ejemplo del poder de la calle

Los pensionistas han sido los segundos grandes protagonistas de este Primero de Mayo. Los manifestaciones masivas de jubilados en los últimos meses y el cambio de postura del Gobierno respecto a las subidas de las pensiones han servido para que CCOO y UGT subrayen el poder efectivo de la movilización para cambiar las políticas. Unai Sordo ha recordado las advertencias del Ejecutivo que “nos vigilaba Europa y no era posible subir las pensiones por encima del 0,25%. Pues menos mal que no era posible”, ironizaba sobre el acuerdo de Rajoy con el PNV para que las prestaciones se revaloricen un 1,6%.  

Pepe Álvarez destacaba la “manera ejemplar” de movilización de los pensionistas y advertía que para los sindicatos no es suficientes el acuerdo con los nacionalistas vascos, que solo pospone la aplicación de la reforma de las pensiones de 2013: “Queremos que se derogue, que se la coma Rajoy”.

CCOO y UGT han animado a los trabajadores y trabajadoras a tomar ese relevo de lucha en la calle y que este Primero de Mayo sea “un punto de inflexión” para la reivindicación activa de sus derechos. “Este país ha dejado atrás la resignación, ve que ahora se puede, que hay dinero”, ha argumentado Pepe Álvarez. Sordo ha insistido en que este 2018, “después de cuatro años de recuperación macroeconómica, la mayoría social sale de la psicosis de la crisis”.

La precariedad, diana en las 80 manifestaciones

Este Primero de Mayo los sindicatos han convocado cerca de 80 manifestaciones en todo el país, en las que uno de los enemigos comunes era la precariedad laboral. El lema de las marchas, 'Tiempo de ganar: igualdad, mejor empleo, mayores salarios y pensiones dignas', pone el acento sobre los derechos no reconquistados tras la crisis. En los salarios cuasicongelados este 2017 pese al fuerte crecimiento de la economía, el aumento de la desigualdad y la pobreza respecto a 2008, la inestabilidad laboral en forma de contratos temporales y la externalización de servicios, que desploma a golpe de subcontratación los derechos de los trabajadores.

Samuel, de 26 años, ha acudido a la manifestación este martes junto a Daniel (21) y Cristina (39). Destaca la precariedad que afronta la gente más joven cuando se incorpora al mercado laboral. Es ingeniero y tiene trabajo, pero su salario no le permite independizarse en la capital, explica. Tiene un contrato temporal, que le han ido prorrogando. A su lado, Daniel está empleado a jornada partida en la hostelería, “pero aunque fuera a tiempo completo, cobraría unos 800 euros, tampoco podría independizarme”, cuenta el veinteañero.

Los líderes de UGT y CCOO han despedido los actos por el Día del Trabajo con advertencias al Gobierno y la patronal. “O hay acuerdo, o hay reparto de la riqueza, o habrá conflicto social garantizado”, ha sostenido Unai Sordo. Pepe Álvarez ha defendido también la fuerza del sindicalismo a pesar de “las campañas” en su contra, en un mensaje velado a las críticas a las centrales sindicales por la participación en las manifestaciones de apoyo a presos independentistas.