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Retrato de la precariedad que se mantiene en España: 20 contratos firmados en un año y sin derecho al paro

Aldo Mas

Javier firmó 20 contratos en los últimos doce meses. Podría parecer que ha trabajado suficiente como para cobrar el subsidio de desempleo. Cobrando el paro, Javier podría replantearse cómo salir de la dinámica de contratos precarios en la que entró hace unos años, cuando decidió dejar la hostelería en Londres para volver a Madrid, su ciudad. Pero no ha podido. Pese a los 20 contratos, no ha cotizado lo suficiente para tener derecho al paro.

“Como llevo casi todo el año trabajando, hace unos días me dije: Voy a ir a la Oficina de Empleo para ver si puedo pedir el subsidio de desempleo”, cuenta Javier a eldiario.es. “Le puse los contratos encima de la mesa a la persona que me atendió. Ella miró, y me faltan 10 días para poder cobrar el paro. Yo no me lo creía cuando me lo dijo. La persona que me atendía tampoco se lo creía”, añade este hombre con experiencia profesional internacional en el sector servicios. Es licenciado en una carrera de humanidades, tiene un máster y un certificado de profesionalidad en diseño y desarrollo web. Habla inglés y alemán.

De momento, su formación no le ha ayudado a encontrar mejores empleos. “Se dice eso de que para la gente con formación es más fácil encontrar trabajo. Yo no me lo creo”, afirma. Javier habla por experiencia. “El miércoles fui a una entrevista de trabajo para ser webmaster y gestionar contenidos en una página de Internet. En la entrevista, tuve enfrente, no a un responsable de recursos humanos, sino a la persona a la que iba a sustituir. Por sus reacciones mientras hablábamos, me dio la impresión de que yo sabía más que aquel muchacho”, abunda.

El día que Javier fue a ver si podía pedir el paro no fue la primera ocasión en la que pisaba la Oficina de Empleo. De hecho, desde allí le llegaron a animar a que hiciera varios currículum obviando a propósito parte de su dilatada experiencia. “Me dijeron en una ocasión: Haz cinco ó seis currículum dependiendo del puesto al que vayas a optar. Se referían a quitar experiencia”, cuenta.

En este contexto, Javier, cuando firma contratos, lo hace casi siempre por día que trabaja. “Aunque hay otros meses en los que me dicen: Vas a trabajar diez días. Ahí se hace un contrato por cada día pero agrupados en uno solo contrato”, precisa. “Por eso, si los desgloso, tendría un total de cincuenta contratos en los últimos doce meses”, abunda. Esos contratos, sin embargo, no totalizan los seis meses cotizados necesarios para que él pueda pedir una ayuda de desempleo.

Alerta de la OCDE

Sea como fuere, su situación es un caso típico de precariedad laboral, un problema del que vienen alertando en España sindicatos y otros actores sociales. Hasta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con sede en París, recomendaba a España el año pasado esforzarse para reducir la precariedad laboral, identificada por esa institución como una fuente generadora de pobreza. “La pobreza también ha aumentado, esencialmente por la falta de un empleo de calidad que ofrezca suficiente cantidad de horas de trabajo remunerado y sueldos correctos”, señalaba a España la OCDE en uno de sus informes publicado en marzo de 2017.

Más recientemente, en la OCDE han visto en España al segundo país con más pobres en edad de trabajar, por detrás de Grecia, entre los 36 integrantes de esta organización internacional. También, según datos de la OCDE, España es el segundo país europeo por detrás de Grecia donde se experimenta una mayor “intensidad de la pobreza”. Éste es otro indicador que sirve para “dar idea de la pobreza de un país”, según aclaran en la organización con sede en París.

En Madrid, Javier evita caer precisamente en la pobreza con trabajos en los que, según reconoce, cobra en negro. “El año pasado trabajé en una empresa, sustituyendo a un trabajador que era baja por un problema de salud. El jefe me dijo: 'yo te cojo este mes pero no te doy de alta'”, cuenta Javier. Él no podía renunciar a los 1.200 euros en negro que le ofrecía el empresario en cuestión. “Yo me haría autónomo. Pero es que hay meses en los que podría cobrar sólo 400 euros”, asegura. Ese montante apenas le llegaría para pagar la cuota de autónomos.

Anteriormente, Javier estuvo declarado como autónomo y ya se ha servido de la tarifa plana de 50 euros de la cuota. Cobrar en negro, cuando trabaja en esas condiciones, “está bien para pagar la comida y el alquiler”, dice preocupado por el futuro. “El otro día estaba escuchando las noticias sobre las pensiones en la televisión, eché cuentas y resulta que tengo que trabajar desde hoy hasta los 67 años, todos los días sin parar, para cobrar una pensión. Con lo que estoy cotizando no voy a cobrar una pensión”, se lamenta.

La reforma laboral, responsable de la precariedad

La situación de Javier está lejos de ser una excepción. En las grandes centrales sindicales, UGT y CC.OO, conocen de sobra esta realidad. De hecho, vienen denunciándola desde hace tiempo como una consecuencia de la reforma laboral implementada por el Gobierno del PP liderado por Mariano Rajoy. “Se ha generado una legislación, a partir de la reforma laboral de 2012, que ha dado lugar a la mayor precariedad laboral que se ha conocido en los últimos tiempos en nuestro país”, dice a eldiario.es Gonzalo Pino, secretario de política sindical de UGT.

Con él coincide Lola Santillana, la responsable del área de empleo en CC.OO. “Con la reforma laboral de 2012 del Gobierno del PP, se dio más libertad para despedir y, con la excusa de que había crisis, se facilitó la contratación con estos contratos de muy corta duración”, apunta Santillana a eldiario.es. “Lo que han hecho las empresas ha sido precarizar aún más las condiciones laborales, yendo además a la baja en los salarios”, abunda.

Al oír el caso de Javier, el madrileño de los 20 contratos en un año, Pino reflexiona y recuerda: “El año pasado se hicieron 20 millones de contratos en España”. “Para que haya esa cantidad de contratos, es preciso que haya trabajadores que no es que hagan 20 contratos en un año, es que pueden hacer 40 ó 60”, agrega.

“Esos contratos, en su gran mayoría, tienen una duración que no superan los siete días”, abunda Pino, que ve en muchos aspectos de la reforma laboral de 2012 la clave “para explicar la precarización laboral en nuestro país”. “Tenemos un gran colectivo de trabajadores pobres en España, gente que, trabajando, no es que no tenga derecho a un subsidio de desempleo, sino que no llega ni a subsistir”, según Pino.

1,6 millones de trabajadores pobres en España

En UGT estiman que en España hay 1,6 millones de trabajadores pobres. “Hay un 26% de pobreza en nuestro país. Parece mentira que un país anclado en Europa como el nuestro se haya convertido en los últimos diez años en uno de los miembros con más trabajadores pobres”, se insurge este sindicalista.

Frente a la precarización que ha experimentado el mercado laboral en los últimos años, Santillana, la responsable de empleo de CC.OO, manifiesta que en los sindicatos preocupan las “consecuencias de salud pública y de desprotección” en que están las personas como Javier, obligadas a acumular contratos para obtener derechos. Tanto Santillana como Pino se manifiestan esperanzados en el cambio político registrado tras tener éxito la moción de censura contra Mariano Rajoy.

“Un gobierno de izquierdas es mejor que un gobierno de derechas como el que hemos tenido. Ahora se ha abierto una gran mesa diálogo social que dentro de poco comenzarán aportar frutos”, afirma Santillana, aludiendo a los pasos dados por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Pino señala que “lo más importante sería la aprobación de los presupuestos generales”, aludiendo al recientemente firmado pacto entre PSOE y Podemos. “Así se podrían tener las partidas previstas para ayudar a resolver grandes problemas del país, como la pobreza”, asegura el sindicalista de UGT.

Javier, por su parte, mira con escepticismo los movimientos de la política española. “Sí, han firmado un acuerdo de presupuestos”, dice, aludiendo al pacto PSOE-Podemos. “Pero yo no veo que eso vaya a ningún lado, no tienen votos para sacarlo en el Congreso de los Diputados. Yo creo que están en campaña electoral”, concluye.