El fin del roaming dentro de la UE se acerca: preguntas y respuestas
¿Qué significa el fin del roaming?
El roaming es el sobrecoste que actualmente te cobra tu compañía cuando utilizas el teléfono móvil en el extranjero, ya sea por hacer una llamada, enviar un SMS o por consumir datos al navegar por internet. A partir del próximo 15 de junio, este sobrecoste desaparecerá cuando viajes a un país de la UE.
¿Cómo me va a afectar como consumidor?
Cuando utilices el teléfono móvil, no notarás que has cruzado una frontera. Podrás llamar, enviar mensajes y navegar por internet al mismo precio que has contratado en España y el consumo se irá descontando de forma habitual.
¿Por qué la UE ha decidido acabar con el roaming?
Hace diez años que la Comisión Europea aprobó las primeras medidas para que las compañías cobraran menos dinero a sus clientes por utilizar el teléfono en el extranjero, dentro de la UE, con el fin de favorecer a los ciudadanos europeos y fomentar el mercado único. Tras una década en que tanto países como empresas han batallado para mantener el roaming, ahora se terminará finalmente con él.
¿Cuánto tengo que pagar ahora?
Depende de tu compañía. Desde el 30 de abril del año pasado, el máximo coste adicional que te puede cobrar por hacer una llamada es de 5 céntimos el minuto, de 2 céntimos por enviar un SMS y de 5 céntimos por MB. A partir del 15 de junio, pagarás lo mismo que en casa.
¿Por qué hasta ahora tengo que pagar?
Las operadoras se cobran entre sí cada vez que un cliente extranjero utiliza su infraestructura. Actualmente, ese coste lo acaban transfiriendo a la factura, pero cuando el fin del roaming entre en vigor, ya no podrán hacerlo.
¿Qué van a hacer las compañías para no perder dinero?
El Consejo Europeo (los gobiernos) y el Parlamento Europeo han alcanzado un acuerdo esta semana para fijar el precio mayorista que las operadoras se cobrarán entre sí a partir del 15 de junio. La negociación no ha sido fácil, porque había que llegar a un equilibrio entre lo que querían países como España, Italia o Grecia (receptores de turistas) y los países del norte y el este de Europa.
¿Qué postura mantenía cada país?
Los países mediterráneos querían evitar precios excesivamente bajos, ante el temor de que las compañías no pudieran sufragar los gastos de la infraestructura ante un exceso de usuarios y acabaran trasladando los costes al conjunto de sus clientes, aumentando las tarifas. En cambio, los países del norte y el este querían evitar precios excesivamente altos. El precio pactado es inferior a lo que quería España, pero superior a lo que querían Finlandia, Austria o Suecia. Si una compañía demuestra que no es capaz de sufragar los gastos, podrá excluirse temporalmente del sistema.
¿Cómo se va a controlar que las empresas no acaben repercutiendo la rebaja en sus tarifas?
La Comisión Europea revisará el modelo dentro de dos años, para ver si, como algunos temen, las compañías terminan aumentando sus tarifas. De momento, Bruselas no ha adelantado lo que hará de darse ese escenario.
