Sanción de 50.000 euros al Teatro Real y otros tantos a la empresa Intermezzo por la cesión ilegal de los trabajadores del Coro titular del organismo, institución por excelencia de la ópera en Madrid. La Dirección General de Trabajo de la Comunidad de Madrid ha confirmado el acta de infracción que impuso la Inspección a las dos entidades por esta falta laboral tipificada como “muy grave” tras analizar sus alegaciones en contra, según ha podido confirmar eldiario.es. Fuentes del Teatro Real responden a este medio que el organismo ha recurrido la sanción.
Los 51 coristas y dos pianistas que forman parte del Coro titular del Teatro Real no están contratados directamente por la institución, que tiene el régimen jurídico de Fundación del Sector Público. Los miembros del Coro dependen de la empresa Intermezzo, que es la adjudicataria del servicio desde el año 2010 y cuyo contrato público sigue vigente en la actualidad.
Con anterioridad, prestó el servicio de Coro al teatro la Orquesta Sinfónica de Madrid, pero finalmente no se renovó su contrato, los coristas fueron despedidos en 2009, tras una década de trabajo, y se formó un coro nuevo con esta nueva contrata.
Un mero traspase de trabajadores
La Inspección de Trabajo concluyó, tras denuncias presentadas por el sindicato CGT (presente en el comité de empresa del Coro), que el Teatro Real e Intermezzo han incurrido en una falta laboral muy grave de cesión ilegal de trabajadores.
El Estatuto de los Trabajadores desarrolla en su artículo 43 en qué consiste la cesión ilegal. Se produce cuando el contrato de servicios entre dos empresas tiene por objetivo la mera puesta a disposición de los empleados de una compañía a otra; es decir, una persona está contratada por la empresa A, pero solo para que trabaje en realidad en la empresa B.
También tiene lugar cuando la empresa que cede al trabajador carece de “una actividad o de una organización propia y estable”, no cuenta “con los medios necesarios para el desarrollo de su actividad” o no ejerce “las funciones inherentes a su condición de empresario”.
La investigación de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Madrid determinó que Intermezzo únicamente aporta la mano de obra de los miembros del Coro, que pone a disposición de la Fundación del Teatro Real sin que la empresa contratista se encargue realmente de su organización y ni aporte medios propios para la actividad.
El Teatro Real y la empresa tuvieron la oportunidad de presentar alegaciones contra el acta de la autoridad laboral, que fueron estudiadas por la Dirección General de Trabajo de la Comunidad de Madrid. El resultado ha sido la confirmación del acta y la imposición de una sanción de 50.000 euros a las dos partes por esta infracción “muy grave” considerada en su grado medio en función de varios factores, como el número de trabajadores afectados y el perjuicio a la plantilla.
Desde CGT celebran que Trabajo haya avalado las conclusiones de la Inspección y destacan que los trabajadores del Coro carecen de derechos y de condiciones laborales más ventajosas que ofrece el Teatro Real a los empleados directamente contratados por la fundación pública, como más días de descanso cuandose realizan siete días de trabajo continuado, mejores condiciones salariales y otros derechos recogidos en el convenio colectivo de los trabajadores de la fundación pública, explica Natalia Pérez, presidenta del comité de empresa.
El Teatro Real insiste en su modelo de Coro
Fuentes del Teatro Real defienden su modelo de “contratación externa, que cumple con la Ley de Contratos del Sector Público” en conversación con eldiario.es, por lo que han recurrido la resolución de Trabajo. En el teatro destacan que el proceso aún está en “vía administrativa”. “Nuestro modelo no está en cuestión”, subrayan en la fundación pública pese a lo dictaminado por la Inspección y la Dirección General de Trabajo madrileña.
eldiario.es ha intentado contactar con Intermezzo para la realización de este artículo, pero no ha obtenido respuesta de la empresa. La compañía se promociona como “pionera en la creación y gestión de coros 'a la carta”. Como explica su fundador y director general, Jon Plazaola, la idea de crear Intermezzo surgió cuando estaba trabajando en el Teatro Comunale de Bologna.
“En un determinado momento de uno de los ensayos, mientras yo cantaba el final de la gran escena de Don Ramiro, vi que los coristas empezaban a despedirse y se iban marchando, hasta que se fueron todos”, cuenta Plazaola en esta entrevista de Platea Magazine. Entonces, añade, le explicaron lo que sucedía: “Había dado la hora en punto en la que terminaba la jornada y los sindicatos eran muy estrictos con esa cuestión. Por dos minutos, no pude terminar mi ensayo en condiciones. Me pareció algo muy poco profesional y tuve claro que había que cambiarlo de alguna manera”.