La nueva adquisición de la familia del comisario Arias Cañete: tecnología para grandes empresas y márgenes del 15%

Los grupos de automoción Volkswagen, Renault, Ford y Antolín; los colosos del sector aéreo Airbus y Air France; las petroleras Repsol y BP; las grandes eléctricas o los gigantes del comercio y el consumo Amazon, El Corte Inglés, Coca-Cola, Inditex y McDonald's. Son algunos nombres de la amplia cartera de clientes de la empresa madrileña Logiscenter, proveedor de tecnología cuyo control acaba de tomar la familia del todavía comisario europeo de Energía y Clima, Miguel Arias Cañete.

Los Arias-Domecq se han convertido en socios mayoritarios de esta empresa a través de Asta Capital, firma de inversión que dirigen Miguel Arias Domecq, hijo del veterano político del PP y de la aristócrata y terrateniente Micaela Domecq Solís-Beaumont, y un sobrino de estos, Lorenzo Dávila Domecq.

Asta fue “constituida con el objetivo de adquirir una participación mayoritaria en una única compañía en España”, tal y como explica en su web. Su objetivo era una compañía con una cifra de negocio de entre 4 y 20 millones de euros y márgenes “altos y estables” que buscase cambiar de manos y gestores. La elegida es Logiscenter. La compra se cerró el pasado julio.

Con un margen de explotación (diferencia entre ingresos y beneficio de explotación) cercano al 15%, una elevada diversificación geográfica internacional y orientación hacia productos de nicho, esta pyme contaba en 2018 con unos 20 empleados, activos de 5 millones, una facturación de 11,3 millones (un 26,5% más) y beneficios de 1,33 millones (el doble que en 2017), según sus últimas cuentas anuales, accesibles a través de la plataforma Insight View.

El pasado viernes fue el último día del fundador de Logiscenter, Juan Luis Manaute, como máximo responsable de la empresa, en la que va a permanecer como consejero y accionista minoritario, ya desvinculado del día a día. En conversación telefónica con eldiario.es, Manaute define así la actividad de la compañía que creó y acaba de vender por un importe que declina precisar: abarca “todo lo que tiene que ver con la identificación automática y la captura de datos” y ofrece “soluciones en torno al mundo del código de barras”.

Presencia comercial en más de 90 países

La empresa se fundó en 2008 y ha tenido un crecimiento vertiginoso. “Empezamos dos personas y ahora es la líder en España de este tipo de soluciones tecnológicas y está entre las tres primeras de Europa y posiblemente las cinco del mundo”, resume Manaute. Logiscenter tiene presencia comercial en más de 90 países, tres sedes (en Madrid, Barcelona y Miami) y unos 15.000 clientes.

“Entre los 100 primeros no llegan al 5% de la facturación”, asegura su fundador, que preguntado por su relación con empresas cuyo negociado depende de las responsabilidades que ha tenido Cañete en el último lustro en Bruselas, señala que cada cliente aporta una facturación “irrisoria” en relación con el total.

Para Manaute, el fondo de los Cañete era el socio ideal: quieren “invertir más para desarrollar la compañía, crecer en Europa y sobre todo en Estados Unidos y triplicar la facturación en tres o cuatro años”; y le permiten capitalizar su esfuerzo de los últimos años. Miguel Arias, nuevo presidente de Logiscenter, “es un tipo joven súper brillante y muy bien formado” y es “algo absolutamente anecdótico que sea hijo de quien es. De hecho, me enteré a posteriori”, asegura.

Con esta adquisición, los Cañete-Domecq diversifican hacia el mundo de la tecnología su amplio abanico de intereses empresariales, que abarcan ámbitos tan diversos como el agrícola, el inmobiliario, el del suministro de carburantes o los helados artesanales a través de la firma holandesa Havorad BV (calificada de “sociedad pantalla” por la Agencia Tributaria), que tiene activos de más de 33 millones.

Recientemente, la familia vendió a Cepsa el 33% de la filial de suministro de combustible a barcos (bunkering) de la petrolera en Panamá. Por su parte, el veterano exministro prevé dar carpetazo el próximo 31 de octubre a una trayectoria de 38 años en política con el fin de su mandato en la Comisión Europea.