El 'think tank' de Hacienda olvida su rol técnico y carga con dureza contra la herencia socialista
“Ya hemos comenzado el camino de la recuperación: está a la vuelta de la esquina un nuevo escenario de crecimiento que posibilitará que España sea uno de los países líderes de la escena internacional. Nuestro país estará pronto entre las siete u ocho grandes potencias económicas del mundo. España ha vuelto y esta vez para quedarse”.
Este párrafo no está sacado de una intervención del presidente del Gobierno o del ministro de Economía ante un foro de empresarios o un grupo de potenciales inversores a los que hay que ‘vender’ optimismo para convencerles de que invertir en España es un buen negocio. No. El extracto puede encontrarse en uno de los últimos trabajos publicados por el Instituto de Estudios Fiscales, un organismo autónomo del Estado de carácter eminentemente académico, que funciona a modo de think tank del Ministerio de Hacienda y que tiene como principal misión surtir de análisis e informes técnicos en materia fiscal y presupuestaria al Gobierno para facilitar su toma de decisiones en estos campos.
El trabajo en cuestión se titula La eficacia de la política fiscal y presupuestaria en la consolidación del crecimiento económico, está firmado por el director del Instituto, José Antonio Martínez Álvarez, y se ha llevado por delante la larga tradición de “investigación con independencia de criterio científico”, de la que presumía el propio director del organismo en su última memoria, para deslizarse de un modo inédito por la pendiente del partidismo.
Más que aportar cifras y evidencias sobre la eficacia de la política fiscal y presupuestaria para impulsar el crecimiento económico, como ha venido haciendo el Instituto desde su creación en 1961, lo que hace el informe es condenar la llevada a cabo por el Gobierno socialista y ensalzar la llevada a cabo desde la llegada al poder del PP.
La herencia envenenada
La herencia envenenadaAl Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero le atribuye, por ejemplo, el haber más que duplicado el nivel de endeudamiento público del país, poniendo para dicho cálculo como punto de inicio el año 2007, cuando la deuda pública era del 36,3% del PIB, y como fecha de referencia final… el año 2013, en que cerró en el 93,7%.
Los datos dicen que cuando los socialistas dejaron el poder en 2011 la deuda pública estaba en el 69,3% del PIB, aunque para el profesor Martínez Álvarez la evolución seguida por el endeudamiento de las administraciones públicas españolas durante la crisis “es el fiel reflejo de los errores que hasta 2011 se cometieron en cuanto a la política fiscal se refiere”.
Los datos dicen también que entre el cierre de 2011 y el final de 2012 el endeudamiento público experimentó un incremento sin precedentes –desde el 69,3% al 84,2% al PIB- al calor de medidas como el rescate bancario, el fondo para dotar de liquidez a las comunidades autónomas y el plan de pago a proveedores. El autor se muestra más comprensivo en este caso. “Teniendo en cuenta que, desde nuestra inmersión en la moneda única no podemos emitir moneda para financiarnos, los únicos ingresos extra que nuestro gobierno puede percibir provienen de la emisión de deuda pública”.
Y, de hecho, resalta que “las reformas llevadas a cabo durante los últimos dos años y la imagen de disciplina fiscal y presupuestaria que la política económica de nuestro país está mostrando, han supuesto una importante reducción del coste de financiación extraordinaria para España”. Y es cierto que ha bajado la prima de riesgo y el interés que le piden al Tesoro para colocar sus títulos, pero también lo es que el coste presupuestario de atender la deuda pública en circulación no ha parado de crecer, que se mueve en máximos históricos y que se come una tercera parte del presupuesto.
El informe también atribuye en buena medida a “la peligrosa pasividad del Ejecutivo (socialista) ante lo que consideraba un simple retroceso del crecimiento económico” el hecho de que “la crisis se ensañara con nuestro país” y trajera consigo el desplome del PIB, “el empeoramiento de todas las variables económicas” y el “aumento desorbitado de las cifras de desempleo”, “el mayor problema al que se enfrenta ahora España”, remacha.
Y no se olvida del Plan E y los estímulos puestos en marcha en la primera fase de la crisis. “Además, el Ejecutivo decidió articular un plan de estímulo económico que ascendió a 42.000 millones de euros entre 2008 y 2009, lo que nos llevó a incrementar el déficit público hasta niveles desconocidos en nuestra historia reciente”, que, además, recuerda, llevó a que Europa nos abriera un expediente.
También hay un recuerdo para la reforma de la financiación autonómica que “no ha solucionado ninguno de los problemas y ha creado un sistema muy confuso y poco práctico”.
“España ha vuelto”
“España ha vuelto”El tono del informe cambia radicalmente cuando pasamos a 2012 y se promulga la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, “absolutamente necesaria para tomar las riendas de la situación”. El director del IEF recalca que ya no es solo que la estabilidad presupuestaria y el proceso de consolidación fiscal llevado a cabo en estos dos últimos años hayan actuado “como un ancla, impidiendo que la corriente nos arrastrase a las profundidades”, sino que “las medidas implementadas desde el Gobierno y el ministro Montoro (sic) han creado las condiciones necesarias para iniciar la senda de crecimiento”.
Uno podría rebuscar en los cientos de informes técnicos y documentos de trabajo publicados por el Instituto de Estudios Fiscales desde su creación en 1961 y tendría serias dificultades para encontrar un elogio tan directo y evidente a una política gubernamental.
Y por mucho que lo intentara también tendría difícil encontrar una conclusión tan pintoresca como ésta en un informe del IEF: “Lo primero que debemos tener claro es que nuestra situación es claramente mejor que la que existía hace dos años”.