La derrota que se convirtió en victoria: la lucha de la trabajadora que llevó al Constitucional el despido por baja médica
El fin del despido objetivo por bajas médicas se fraguó con un “bueno, vamos a intentarlo”. Era noviembre de 2016 y Montse Sánchez, teleoperadora en la cincuentena con una hernia discal, había sido despedida días antes por sus bajas médicas. Nueve días en un periodo de dos meses. Su abogada, Roser Gonell, asociada a CGT, le advertía de que, si quería recurrir ante los tribunales, debía tener algo claro: por muy injusto que le pareciera, el despido objetivo por ausencias justificadas estaba recogido en el Estatuto de los Trabajadores. No estaba garantizada una victoria frente a la empresa. “Bueno, vamos a intentarlo”, le contestó la afectada.
La respuesta de Montse Sánchez fue el primer paso de una batalla judicial que llegó ante el Tribunal Constitucional y se saldó con una sentencia del pasado octubre que puso patas arriba el mundo laboral: el Constitucional avaló el despido por bajas médicas. Unos meses después y como una de las primeras medidas del Gobierno de coalición, el Ejecutivo derogó este despido objetivo como inicio del desmontaje de la reforma laboral del PP. “Cuando estamos enfermas hemos de preocuparnos solamente de una cosa: de curarnos”, sostuvo la ministra Yolanda Díaz el día que tumbó esta modalidad de despido.
En su casa, Montse Sánchez fue entonces consciente de que su despido, para ella una derrota personal en los tribunales, había logrado algo muy importante para el conjunto de los trabajadores en España. “Sentí alegría. Podían usar ese despido otra vez contra mí, que vuelvo a estar de baja por la hernia en otro trabajo, pero también supongo que como yo habrá mucha más gente que se habrá beneficiado. Me alegro si he ayudado en algo”, reconoce la mujer.
La mujer está de nuevo de baja. “Tengo unos dolores muy fuertes, llevo una faja ortopédica. No puedo operarme, porque no toca el nervio”, explica. “Tengo además artrosis, con dolores generalizados. Siempre he tenido problemas de salud. Me operaron de cáncer de endometrio cuando era muy joven. Como te quitan los ovarios y demás, te quitan hormonas y tu cuerpo experimenta como una vejez prematura. Siempre estaba un poquito mal de las lumbares, pero todo se va acelerando”.
Con la sentencia del Constitucional su caso adquirió una gran relevancia mediática, pero su identidad permanecía en el anonimato. Tampoco se siguió en la prensa qué consecuencias tuvo para la trabajadora ese fallo judicial. La teleoperadora estaba cómoda así. “No me he creído nunca el ombliguito. Tiendo siempre a pensar colectivamente”, afirma.
“No era ni medio normal ese despido”
Ahora que eldiario.es se ha puesto en contacto con ella, Montse Sánchez cuenta cómo se produjo su despido y todo el proceso judicial que acarreó. Esa es la parte negativa. La positiva llegó el pasado día 18, con la derogación del despido objetivo por bajas médicas por el que había sido expulsada de su empresa. “Me parece estupendo que lo derogaran. Evidentemente, no era ni medio normal”, sostiene la mujer, que vuelve a estar aquejada fuertes dolores de espalda. “Temía de nuevo ser despedida por lo mismo”.
La empresa que despidió a Montse Sánchez fue la compañía de call center Teleperfomance. “Ya habían echado a otros compañeros por el mismo motivo y, aunque sabía que podía ocurrir, en el fondo me sorprendió”, cuenta. La teleoperadora “siempre” recordará “ese día”, un mes antes del fallecimiento de su madre, con la que vivía.
“Ya llevaba un tiempo incorporada de la última baja. Estaba teniendo muchos problemas con la hernia y sigo. He solicitado la incapacidad permanente, pero me la han denegado. Ese día me llamaron para que fuera al despacho y me despidieron por el tema de las bajas médicas. Me quedé sin capacidad de reaccionar, no me dejaron ni entrar a recoger las cosas”, relata Sánchez. eldiario.es ha tratado de recabar la versión de Teleperformance de lo ocurrido, pero no ha respondido a este medio.
La trabajadora, afiliada a CGT, habló con el comité de empresa, en el que ostenta la mayoría UGT. “Me dijeron que recurriera el despido y me puse en contacto con la abogada de CGT para hacerlo”. Un caso más de despido por bajas médicas que llamaba a la puerta del pequeño bufete de abogadas de Roser Gonell (Puig Gonell Advocades), que trabaja con la organización anarcosindicalista CGT. “Es un sindicato minoritario, pero se nos ve más en los juzgados que a otros”, dice Gonell.
La abogada asegura que, pese a que no era una modalidad de despido muy utilizada, tampoco era prácticamente inexistente como ha asegurado la patronal. “Me han llegado varios trabajadores por este motivo. Puede que no se usara demasiado en las grandes empresas, pero en el sector del telemarketing, que es de donde viene Montse, se utilizaba mucho”.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha afirmado que en 2019 solo se habían producido “30 despidos” por este motivo. “¿En toda España?”, pregunta asombrada Gonell. “Imposible. En 2019, como mínimo me han venido tres o cuatro personas por este tema y no soy un super despacho”, ríe.
“Creía que el Constitucional lo tumbaría”
Rosel Gonell y Montse Sánchez iniciaron la batalla judicial contra su despido. Recaló en el juzgado de lo Social número 26 de Barcelona. “El día de juicio le planteé al juez que yo entendía que el artículo era inconstitucional por vulneración del derecho a la salud y del trabajo. El juez al principio parece que no hizo mucho caso, pero cuando lo miró elevó la cuestión de inconstitucionalidad”.
El magistrado Carlos Escribano consultó al tribunal sobre la posible incompatibilidad de varios aspectos de esta vía de despido con la Carta Magna. El aval del Constitucional en octubre acabó finalmente para Montse Sánchez con una sentencia del juzgado número 26 que respaldó su despido por Teleperformance.
El magistrado Escribano plasmó aun así en el fallo su oposición a la tesis del Constitucional. “Comparte este juzgador los reparos de la actora frente a esta disposición, pues permitiendo la extinción de la relación laboral por el dato objetivo de exceder un porcentaje de ausencias de corta duración, aún justificadas, que, en la mayor parte de los casos serán por enfermedad o indisposición, puede comprometerse la salud e integridad de los trabajadores”, recoge la sentencia del pasado diciembre, a la que ha tenido acceso este medio. Los empleados, prosigue el juez, pueden “comparecer al centro de trabajo, aun no encontrándose en plenas facultades físicas o emocionales”.
“Yo creía que el Constitucional iba a decir que no se podía echar a la gente por estar enferma”, admite Montse Sánchez. Aunque la abogada había prevenido a la teleoperadora de que no era tan fácil ganar, Roser Gonell reconoce que también tenía esperanzas de que los magistrados anularan este despido. “Cuando salió la sentencia, me arrepentí bastante de haberle planteado al juez la inconstitucionalidad. Pensé: 'He conseguido que se avale, no que se tumbe”, explica la abogada. En palabras de Montse, un “vaya putada” –sostiene la trabajadora–, “un jarrazo de agua fría”.
Ambas mujeres vivían desde la primera fila la relevancia de este tipo de despido, pero no creyeron que fuera a conseguir tanta visibilidad mediática. “Me sorprendió, la verdad, no vi que le prestaran tanta atención cuando se modificó en la reforma laboral”, sostiene Gonell. El despido objetivo por bajas médicas estaba plasmado en el Estatuto de los Trabajadores desde el año 80, pero que fue facilitado especialmente por el Gobierno del PP en 2012. Con tantos cambios, “en aquel momento, lo de abaratar el despido y cargarse los salarios de tramitación es lo que nos dejó más shoqueados”, continúa la abogada.
Pero el despido por bajas médicas continuó en la agenda. “Veía las noticias sobre la sentencia del Constitucional y decía, mira, ahí estoy yo”, afirma Sánchez. Los representantes de los trabajadores recuperaron esta reclamación contra la reforma laboral de Mariano Rajoy y exigieron al Gobierno de Sánchez que derogara esta posibilidad. La ministra de Trabajo, entonces en la oposición, también reclamó su eliminación.
Todo este camino concluyó en la eliminación de esta fórmula de despido objetivo en el Consejo de Ministros. “Me puse muy contenta, aunque no me quedaba buen cuerpo por Montse. Una mujer con una situación médica complicada, de una edad... Pero la medida era importante. Somos un bufete pequeño, de dos abogadas y mucho volumen de trabajo. Las estrategias a veces te salen bien y otras no. El mismo planteamiento, con otro juez, podía haber quedado en nada. Dependen muchas cosas”, explica Roser Gonell.
Montse Sánchez tampoco se quiere poner ninguna medalla. “Siempre lo digo, cuando he demandado y me he quejado en mi empresa: no solo me quejo o reclamo por mí, lo hago porque va en beneficio del resto de compañeros. No me gusta eso de vivir en un mundo tan individualista. Planteas un problema sirve para la resolución de otros”.
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