Trabajadores más baratos, tanto en sus sueldos como en la posibilidad de echarlos a la calle. Es una de las propuestas de la patronal del metal (Confemetal) para impulsar la industria en España, cuya actividad pierde fuelle y personal a cierre de 2018. La organización empresarial pide la creación de un contrato de trabajo para la “inserción en el mercado laboral” de los jóvenes, que permita que su salario sea “inferior al del convenio colectivo que les sea de aplicación” y con “una indemnización por cualquier tipo de extinción reducida”.
La medida forma parte su último boletín de coyuntura económica y laboral de Confemetal, como recogió Europa Press, y queda desarrollada en su editorial, titulado Propuestas laborales para reindustrializar la economía española. “La formación es clave para nuestros jóvenes y la industria los necesita”, recoge el texto.
Fuentes de la patronal explican a eldiario.es que este contrato tendría como objetivo “favorecer la inserción laboral de los jóvenes en la industria”, dado su escaso número, y que siempre estaría sujeto a la “negociación colectiva” en sus detalles sobre la limitación de salarios, indemnizaciones y otras cuestiones.
Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), solo un 4,2% del conjunto de trabajadores de la industria eran menores de 25 años. 114.800 jóvenes ocupados respecto al total de 1.708.300 personas que trabajan en la industria. En general, el dato no es mucho mayor. Sobre el conjunto de ocupados (19.564.600 personas) solo un 5,1% eran menores de esa edad. En el caso del sector servicios, el porcentaje aumenta hasta el 5,4%.
Si miramos al inicio de la crisis, en 2008, la proporción de jóvenes era algo mayor: un 7,9% en la industria, 8,4% en total y 8,5% en los servicios, con datos del cuarto trimestre del año.
El contrato para la formación ya limita salarios
La organización empresarial considera necesario “abrir las puertas a la contratación” y “no poner puertas al campo”, explican desde Confemetal, donde justifican estas retribuciones por debajo de convenio dada la escasa formación de los trabajadores que dan sus primeros pasos en el mundo laboral. El empleado joven 'low cost' tendría más facilidad para ser contratado y se formaría en su puesto de trabajo.
El contrato para la formación y el aprendizaje está pensado para los jóvenes que dan sus primeros pasos en el mundo laboral y liga parte de su jornada a la formación. Aunque está pensado para que los jóvenes dediquen parte de su jornada laboral a la actividad formativa, en la práctica muchas veces es una vía para contratar a trabajadores junior con salarios más reducidos y más bonificados en las cuotas empresariales sin que reciban esa formación.
Los salarios de estos trabajadores jóvenes (hasta los 25 años) con contratos para la formación se ven limitados: se fijan en proporción “al tiempo de trabajo efectivo”, establece el Estatuto de los Trabajadores, que en el primer año de contrato es solo del 75% (y un 25% para formación) y en el segundo y tercer año del 85%, con un 15% dedicado a la formación.
El Gobierno socialista ha afirmado que quiere hacer ajustes en esta modalidad de contrato, porque no está funcionando como desean, dada la elevada población juvenil en paro, un 33,5% a cierre de 2018. Con uno de cada tres jóvenes en paro, en Confemetal subrayan que los datos demuestran que “algo hay que hacer”. La patronal considera que su propuesta puede ser una “fórmula interesante”.
Fomento del contrato a tiempo parcial
Además, el editorial incluye más medidas con el ojo puesto en los jóvenes, como revisar la prohibición de realizar trabajos en actividades e industrias determinadas como peligrosas a los jóvenes mayores de 16 años y menores de 18. Confemetal subraya que la legislación que lo regula data de 1957 “aunque parezca increíble y que afecta a buena parte de actividades referidas a la industria del Metal, lo que ”impide la realización de prácticas formativas“.
Los empresarios también consideran que “debería potenciarse el contrato a tiempo parcial como un contrato ordinario”. Confemetal cree que “la única diferencia” que debería existir entre un contrato parcial y a tiempo completo debería ser “el disponer de una jornada inferior a la habitual, o al menos posibilitar una distribución más flexible del tiempo de trabajo”. En la actualidad, el contrato a tiempo parcial no permite hacer horas extraordinarias, entre otras limitaciones.
La parcialidad suele ser uno de los indicadores de precariedad en el mercado de trabajo español, ya que la mayoría de trabajadores (un 53%) que tiene esta modalidad de contrato con jornada reducida se debe a que no ha podido encontrar un empleo a tiempo completo.