Abundan las empresas en que, ante la crisis generada por la pandemia de la COVID-19, no se ha escatimado en realizar despidos para reducir costes y ajustarse así al shock que ha supuesto el coronavirus. No es el caso, de momento, del consorcio alemán fabricante de coches Daimler. En esta compañía alemana, responsable de marcas como Mercedes-Benz o Smart, el diálogo social está manteniendo lo que sus trabajadores en la sede central de la empresa llaman “seguridad del empleo”. Es más, en Daimler, firma que no ha anunciado despidos asociados a la crisis del coronavirus, empleados y dirección se acaban de dar un año en el que no habrá salidas forzosas de la empresa.
“Las últimas negociaciones entre el comité de empresa y la dirección tenían por objetivo mantener la seguridad del empleo”, dice a elDiario.es un portavoz del comité de empresa. Esta instancia la domina el sindicato IG Metall, la mayor organización sindical del sector industrial alemán.
Los representantes de IG Metall en Daimler han logrado una sonada medida en Alemania destinada, precisamente, a asegurar el empleo. La idea consiste en reducir las jornadas laborales de los trabajadores. Así, para los empleados de las oficinas de la empresa —no para los de las líneas de montaje—, las 35 horas de trabajo semanales pasarán a ser 33 horas a partir del próximo mes de octubre. Esta reducción durará hasta octubre de 2021. Entre tanto, no habrá despidos.
“Un punto de los acuerdos es la reducción en un 5,7% del tiempo de trabajo para los equipos de administración de Daimler AG, Mercedes-Benz AG y Daimler Truck AG en Alemania. Son unas dos horas a la semana menos de trabajo sin compensación y por un tiempo limitado de un año”, expone el portavoz del comité de empresa. “La dimensión de la reducción de las horas de trabajo es un buen compromiso y no causa problemas económicos a los trabajadores. Los empleos están a salvo”, añade.
En Daimler ya se tomaron medidas temporales de este estilo en los peores días de la crisis financiera de 2008 y 2009. De esa crisis, Daimler salió airosa. De ello da cuenta que desde 2009 hasta 2019 la empresa no haya parado de ver crecer su volumen de negocio. Según el portal de estadística alemán Statista, en 2019 Daimler registraba un volumen de negocio de 175.750 millones de euros. Diez años antes, la cifra era casi 79.000 millones de euros.
“En la última crisis de 2008 y 2009 ya tomamos medidas así. La situación era similar. La demanda cayó, también las ventas. Y una caída de la demanda lleva a que haya exceso de capacidad. Por eso tenemos que actuar”, dice el portavoz del comité de empresa.
Ferdinand Dudenhöffer, profesor en la Universidad de Duisburgo-Essen (oeste germano) y responsable del Centro para la Investigación Automóvil (CAR, por us siglas alemanas), ve potencial en las últimas medidas para preservar el empleo en Daimler.
“Unas medidas parecidas ya las tomó Volkswagen hace unos veinte años, reduciendo hasta las 28 horas de trabajo semanales”, dice Dudenhöffer a elDiario.es. “Volkswagen tenía entonces grandes excesos de capacidades y por eso, durante un par de años, tomaron una medida así, algo que hizo posible el ajustarse a la situación”.
El paquete de medidas acordadas por dirección y sindicatos para evitar despidos en Daimler ha implicado que los trabajadores acepten también la pérdida de pluses. Los trabajadores no cobrarán suplementos ni las compensaciones de aquellos que, en Daimler, no se toman los ochos días libres de que disponen si tienen que ocuparse de sus hijos o de una persona dependiente que tengan en casa.
“Los trabajadores tendrán que tomarse los ocho días, en lugar de trabajarlos y recibir una compensación”, apuntan el portavoz del comité de empresa. Estos sacrificios van acompañados de palabras que casi suenan a aviso de los representantes sindicales a la dirección.
“Año horrible” para la industria del automóvil
“Tenemos que ver cómo las medidas ayudarán en el desafío de hacer que Daimler esté lista para el futuro”, pero “ahora les toca a los gestores de la empresa el pensar en cómo mejorar las estructuras y los procesos empresariales para ser más eficientes”, plantea el responsable del comité de empresa.
Los recortes temporales afectan a algo más de 70.000 empleados. Sin las bonificaciones se quedan 130.000 empleados. Gracias a esos esfuerzos, Daimler se puede mantener, de momento, sin despidos. Pero para esta empresa, como para muchas del sector automóvil —uno de los pilares de la economía alemana—, el 2020 está siendo “un año horrible”, según los términos del diario Handelsblatt.
Daimler ha registrado pérdidas por valor de 1.700 millones de euros en la primera mitad del año. Se espera que termine 2020 con beneficios, aunque escasos. Para los representantes sindicales, la clave para acabar el año mejor que como empezó está en respetar las medidas de seguridad en la pandemia.
“Basta con mantener la distancia y, cuando no se puede, usar una mascarilla, además de la higiene de manos. Tenemos que continuar respetando las medidas de higiene para evitar otra gran ola de contagios de COVID-19, sobre todo ahora que nuestro negocio está remontando otra vez”, dice el portavoz del comité de empresa.
En Alemania no hubo un duro confinamiento como en España, Italia o Francia, pero el sector del automóvil estuvo prácticamente parado durante semanas, con los empleados cobrando la subvención de jornada reducida para que no acudieran a sus puestos de trabajo.
Por eso los sindicatos también han puesto el acento desde que tuvieron oportunidad en cuidar la seguridad laboral frente a la COVID-19. En Daimler fabrican, por ejemplo, las mascarillas de sus propios empleados. “Sólo cuando la gente está en situaciones de trabajo seguras puede dar lo mejor de sí misma”, señala el portavoz del comité. En tiempos de pandemia, cuidar la seguridad del empleo también es aplicar las medidas de distancia social.