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La UE decide abrir negociaciones para un acuerdo de comercio con Trump a pesar de no contar con el aval de la Eurocámara

El presidente de EE UU, Donald Trump, camina junto al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

El Consejo de la UE ha terminado de respaldar este lunes las directrices para abrir las conversaciones comerciales con Estados Unidos, en la línea de lo acordada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el de EEUU, Donald Trump, en julio de 2018. Unas líneas generales no respaldadas por el plenario del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

Los Estados miembros de la Unión Europea, en todo caso, han dado el visto bueno a la Comisión para iniciar negociaciones formales con los Estados Unidos sobre la eliminación de los aranceles sobre productos industriales. Esto es tan solo tres meses después de que la Comisión Europea hubiera presentado los mandatos y en línea con las conclusiones del Consejo Europeo de marzo, durante el cual los líderes de la UE pidieron una “rápida aplicación de todos los elementos de la declaración conjunta de Estados Unidos y la Unión Europea del 25 de julio de 2018”.

Así, los ministros de Agricultura de los 28, reunidos en un Consejo en Luxemburgo, han dado su respaldo al mandato de negociaciones propuesto por la Comisión Europea (CE) el pasado enero para abrir unas negociaciones que incluirán al sector del automóvil pero no la agricultura.

Fuentes europeas dijeron a Efe que Francia votó en contra de la apertura de las negociaciones, pero se trata de una decisión que se toma por mayoría cualificada, esto es, con el apoyo de 16 de los 28 Estados de la UE que representen al menos al 65% de la población.

A su llegada a la reunión, el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, señaló que España es partidaria de que los productos agrícolas estén “totalmente excluidos de la negociación” y que deben respetarse “los compromisos de (el acuerdo de) París”, uno de los aspectos por los que Francia era reticente a la apertura de las conversaciones.

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció en junio de 2017 que Estados Unidos se retiraría del acuerdo de París sobre el cambio climático aprobado por 195 países en diciembre de 2015, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se opone a aceptar acuerdos con potencias que no respeten este pacto.

Planas añadió que para España es relevante que “no se produzcan aplicaciones extraterritoriales de las normas nacionales por parte de EE UU”. Este punto, junto a la exclusión de la agricultura y el respeto al medio ambiente, son elementos “importantes desde el punto de vista de la confianza y para poder desarrollar este mandato de acuerdo en las negociaciones posteriores con EE UU”, concluyó Planas.

Los 28 han dado el visto bueno a la nueva ronda de negociaciones comerciales con Estados Unidos a pesar de que el Parlamento Europeo rechazó en el plenario abrir negociaciones comerciales con Trump. Es verdad que la votación de la Eurocámara no es vinculante porque es una resolución. Pero le venía bien a la Comisión Europea para tener respaldo parlamentario a la nueva ronda de negociaciones comerciales abierta con Estados Unidos que, teme la Eurocámara, pueda desembocar en un nuevo TTIP.

La declaración conjunta Juncker-Trump  de julio de 2018 se quedaba coja para los parlamentarios. El revés del Parlamento Europeo a la Comisión fue algo enrevesado porque lo que ocurrió es que la Eurocámara no logró ponerse de acuerdo en la votación sobre las “Recomendaciones para la apertura de negociaciones entre Unión Europea y Estados Unidos” de la Comisión Europea. 

Así, la corriente de oposición a las negociaciones comerciales con el Gobierno de Donald Trump –parte de los socialdemócratas, Verdes e Izquierda Unitaria– ganó una enmienda clave: con 230 votos a favor y 224 en contra, se aprobó la enmienda 27, que pedía al Consejo Europeo –los gobiernos– “que no respalde las directrices para la negociación en su forma actual”, decía la texto de la enmienda. Es decir,  rechazaba la apertura de negociaciones comerciales con EEUU tal y como estaban planteadas por temor a otro TTIP.

A raíz de la aprobación de esa enmienda, populares, liberales y algunos socialdemócratas cambiaron el sentido del voto sobre la resolución y la rechazaron por completo (con 223 votos en contra, 198 a favor y 37 abstenciones).  ¿Por qué? Porque la resolución, entonces, pedía a los países de la UE que no respaldaran los mandatos de la negociación tal y como está planteada, que autorizaba a la Comisión Europea a iniciar conversaciones con Washington.

De esta manera, los opositores a las negociaciones ganaron enmiendas clave –que pedían no iniciar la negociación “en su forma actual”–, pero perdieron la votación final porque, una vez incluidas las enmiendas, la resolución había dejado de gustar a la derecha.

En consecuencia: no hay resolución del Parlamento Europeo, ni para respaldar ni rechazar una negociación comercial con EE UU. Es decir, no hay mandato parlamentario para comenzar negociaciones comerciales entre la UE y los Estados Unidos. El Parlamento no emite opinión sobre las negociaciones.

A partir de aquí, el Consejo de la UE –los Estados miembros– ha decidido apoyar las directrices para la negociación con EEUU. La comisaria de comercio de la UE, Cecilia Malmström, ya avisó hace unos días que las negociaciones con Estados Unidos podrían comenzar “dentro de algunas semanas”.

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