La vivienda en propiedad se desploma a la mitad entre los menores de 35 años en una década
La encuesta financiera de las familias, cuyos resultados ha publicado este miércoles el Banco de España, desvela la fuerte tendencia a la baja en la propiedad de vivienda entre menores de 35 años. Según revela este sondeo, el número de jóvenes que tienen su domicilio en propiedad ha caído prácticamente a la mitad en apenas una década. El informe que se publica ahora, y hace referencia a la evolución de 2017 a 2020, revela los fuertes desequilibrios que quedan entre el reparto de riqueza y de rentas tanto por edad como entre los diferentes niveles sociales.
En lo que respecta a los jóvenes de menos de 35 años, el Banco de España constata que en 2020 solo el 36% de estos hogares tenían su vivienda en propiedad. Se trata de un dato que remarca la fuerte brecha de acceso a la vivienda por parte de los segmentos más jóvenes de población en comparación con otras edades. Por ejemplo, a partir de los 45 años se supera con creces el 74%. Además de estas diferencias, la encuesta señala que ha habido un gran retroceso en las distintas oleadas de este sondeo, que se realiza cada tres años. Hace menos de una década, en 2011, la cifra era del 69%, casi el doble, entre los menores de 35 años.
El informe que publica ahora el Banco de España está acotado a la situación que tenían los hogares encuestados a finales de 2020. Es decir, hay buena parte de los efectos de la pandemia y, por supuesto, de los efectos de la alta inflación que todavía no se aprecian en los resultados de la encuesta. El organismo ha decidido cambiar la mecánica de este informe y lo realizará cada dos años, acortando el periodo entre uno y otro.
Pese a lo parciales de estos resultados, la encuesta permite constatar importantes desequilibrios que existen entre los diferentes niveles de renta y de riqueza en el país. Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo de la vivienda, el Banco de España señala que entre el 20% de los hogares con menos renta el nivel de propiedad del domicilio es del 58,9%, casi 30 puntos menos que en el 10% más rico. Se aprecia también en el valor de esas propiedades, la media para los hogares más vulnerables es de 79.400 euros, mientras que asciende a más de 238.000 euros para los de más renta.
El Banco de España señala que los niveles de desigualdad son, en realidad, más acotados que en otros países de la Unión Europea. Esto se debe fundamentalmente al nivel de propiedad que se tiene de la vivienda en España. Si bien, esta realidad revela también grandes diferencias. Por ejemplo, un hogar situado entre el 20% que menores rentas percibe tiene el 73,4% del total de sus activos reales en su vivienda. En comparación, en el 10% más rico supone apenas el 37%, superado por otras propiedades inmobiliarias.
Esto se constata también en las deudas. La principal deuda de los hogares es, sin duda, la hipoteca para la vivienda principal, pero el porcentaje de peso entre los distintos tipos de familias es evidente. Por ejemplo, dos de cada tres euros de deuda que tienen los hogares que se encuentran entre el 40% que menos renta tienen van a las hipotecas. El porcentaje cae a menos de la mitad entre aquellos de más ingresos. Paralelamente, los hogares con menor renta también tienen un nivel muy superior de endeudamiento por créditos vinculados al consumo, como son también las tarjetas de crédito. El porcentaje sobre el total es casi el doble respecto a los de mayores ingresos.
Otros datos que se desprenden de esta encuesta es el porcentaje de renta que detentan quienes reciben las más altas. Así, el 10% de mayores ingresos recibe el 32% del total, el 5% que más percibe ostenta el 21,7% del total y, si solo se tiene en cuenta el 1%, se llega al 8,6% de todas las rentas del país. La diferencia es todavía más evidente cuando lo que se mira no es la renta sino la riqueza. En este caso, el 10% más rico tiene el 54% de la riqueza del país. El 5% más rico cosecha el 41%. Y el 1% más rico del país retiene el 22% del total. Estos tres factores no han dejado de crecer desde que se comenzó ha realizar la encuesta en el año 2002.
Se constata, además, que más allá de las diferencias entre el volumen de riqueza que existe entre los hogares que menos tienen y los que más, también hay clara distancia en dónde tienen esa riqueza. Por ejemplo, para el 50% de hogares menos ricos, el 64% de su riqueza se encuentra en la vivienda principal. Esta aporta, sin embargo, menos del 22% al 10% más rico. Las inversiones, ya sean en fondos de inversión, en empresas no cotizadas o en las que sí operan en Bolsa, suponen casi la mitad de la riqueza de estos hogares.
Los resultados, como se ha dicho previamente, han quedado algo retrasados por el desfase anual y la gran cantidad de eventos de los últimos meses. Sin embargo, dibujan un escenario en el que una parte de la población mantiene problemas de vulnerabilidad financiera. En los tres años previos a la pandemia, se realizaron pocos avances en reducir la carga de la deuda de los hogares. Este término hace referencia al porcentaje de renta que se destina a pagar deudas. Cuando este porcentaje sube por encima del 40%, se considera que es un hogar vulnerable. Destaca la encuesta el crecimiento que ha habido entre el 20% de los hogares con menos renta. En torno al 15% del total supera esa barrera del 40%, frente a menos del 10% de tres años antes. También se aprecian crecimientos importantes entre los hogares con menos de 35 años, donde el o la cabeza de familia está en paro o entre el 25% de hogares con menor riqueza. Cabe señalar que estos son los hogares más expuestos a la subida de tipos de interés que se ha anunciado hace una semana, ya que tendrán que destinar una mayor parte de su renta a pagar las deudas.
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