Cómo prevenir y tratar de forma precoz la incontinencia urinaria postparto en la mujer
Desde el momento en el que una mujer confirma su embarazo empieza a analizar cada pequeño cambio que experimenta su cuerpo. Si bien algunos de los síntomas, como mareos, náuseas o antojos por determinados alimentos son algunos de los más comunes, hay otros sobre los que, al menos hasta hace poco, no se solía hablar tanto.
Nos referimos a la incontinencia urinaria, la pérdida involuntaria de orina producida por una disfunción del suelo pélvico. Y es que muchas mujeres pueden perder un poco de orina cada vez que tose, estornuda o incluso cuando ríe. ¿Por qué ocurre?
Incontinencia urinaria, un problema infradiagnosticado
Cuando un útero está en crecimiento ejerce presión sobre la vejiga, por tanto, puede provocar la necesidad de orinar con frecuencia y, en ocasiones, incontinencia urinaria, lo que puede convertirse en una pérdida en la calidad de vida de la persona que lo sufre. Como reconoce la International Continence Society, cualquier pérdida involuntaria de orina supone un problema social e higiénico.
A medida que el bebé va creciendo empuja hacia abajo los músculos de la vejiga, la uretra y el suelo pélvico. Y es esta presión la que puede debilitar los músculos del suelo pélvico y provocar incontinencia, que tiene una prevalencia que oscila entre el 3% y 67%.
La buena noticia de todo ello es que muchos de estos problemas de control de la vejiga desaparecen tras el parto y que, lo más importante, pueden prevenirse con una eficaz estrategia preventiva, sobre todo durante el embarazo. Aunque hasta hace bien poco, y pese a que el 55% de las mujeres en edad reproductiva sufren algún tipo de incontinencia urinaria, pocas buscan ayuda médica.
Como reconoce la doctora Carmen Urbaneja, adjunta del Servicio de Rehabilitación de la Fundación Jiménez Díaz, la tendencia está cambiando y aumenta el número de personas que empiezan a contar su problema para buscar ayuda.
Actuar antes, durante y después del embarazo para tratar la incontinencia urinaria
La Fundación Jiménez Díaz, consciente de la importancia de ayudar a las mujeres a prevenir este problema y de sensibilizar de la relevancia de esta patología, desarrolla un proyecto de Prevención de Incontinencia Postparto que ofrece información, diagnóstico y tratamiento específicos para ayudar a reducir la incontinencia urinaria.
“Pretendemos detectar grupos de riesgo y actuar sobre ellos antes de la aparición de los síntomas”, concreta la especialista. Y hacerlo antes de que aparezca el problema, no después, como se ha hecho tradicionalmente. El entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico ayuda a prevenir la incontinencia en la última etapa del embarazo y tras el parto.
La fisioterapia del suelo pélvico, con un porcentaje de curaciones de entre el 50% y el 70% de los casos, constituye la primera técnica de elección en los casos leves y moderados de patología de suelo pélvico. No es necesario un plan de entrenamiento riguroso.
La práctica de ejercicios sencillos y personalizados permite al cuerpo adaptarse a los cambios que se experimentan durante el embarazo, reforzando las estructuras que tendrán que trabajar más, sobre todo en el parto.
Su efectividad la demuestra también una revisión de Cochrane, según la cual los ejercicios musculares del suelo pélvico en la primera etapa del embarazo pueden prevenir la incontinencia urinaria tras el parto, sobre todo si estos ejercicios son personalizados.
“Los ejercicios trabajan la postura, la localización de la musculatura del suelo pélvico, el aprendizaje del bloqueo perineal y la activación y trabajo del componente abdominolumbopélvico”, admite Silvia Calvo, coordinadora de fisioterapia de la Unidad de Rehabilitación de la Fundación Jiménez Díaz.
Gracias al proyecto implantado por los servicios de Ginecología y Rehabilitación de la Fundación, en el que ya han participado 300 mujeres, estas disponen de una serie de videos y documentos explicativos, disponibles en el Portal del Paciente, que les permite comprender mejor los ejercicios para ejecutarlos de forma correcta durante el embarazo.
Los expertos evalúan el estado de la mujer “durante los trimestres primero y tercero del embarazo mediante cuestionarios para conocer su situación y posibles riesgos de desarrollar incontinencia urinaria”, reconoce Almudena Prieto, fisioterapeuta del Servicio de Rehabilitación. Los ejercicios del suelo pélvico, ejercicios de Kegel, pueden mejorar hasta un 60% la incontinencia urinaria.
Pero el trabajo no termina cuando finaliza el embarazo. Continúa tras dar a luz, durante unos seis meses, con el fin de controlar la evolución de la incontinencia. Proyectos como el de la Fundación Jiménez Díaz permiten no solo ofrecer un servicio completo para prevenir el problema sino que además “contribuye a sensibilizar a mujeres y profesionales de la relevancia de esta patología”, destaca el doctor Manuel Albi, jefe del Departamento de Ginecología y Obstetricia del hospital, y abre la puerta a desarrollar estrategias orientadas a prevenir y tratar de forma precoz la incontinencia urinaria en la mujer.