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Playas, actividades familiares, gastronomía, enoturismo, rutas culturales: el hechizo de Barcelona en verano se proyecta más allá de la ciudad

Sitges

J. Durich

Entre la sierra de Cadí y el mar Mediterráneo se encuentra un territorio único caracterizado por su riqueza natural, histórica y cultural, y lleno de contrastes y sorpresas singulares. Estos parajes, que rodean la ciudad de Barcelona, suponen un descubrimiento para todos los viajeros curiosos e inquietos que buscan vivir nuevas experiencias auténticas lejos del bullicio de la gran ciudad, ya sea en pareja, con amigos o en familia.  

Con seis comarcas llenas de atractivos (Maresme, Baix Llobregat, Garraf, Alt Penedès, Vallès Oriental y Vallès Occidental), Costa Barcelona es un destino que combina el turismo de sol y playa, el patrimonio monumental, la gastronomía, las compras y la posibilidad de practicar una amplia variedad de deportes, todo ello inundado con una luz única que invita a la contemplación y al contacto con la naturaleza.  

100 kilómetros de litoral 

Buena parte de las comarcas de Barcelona están bañadas por el mar y disponen de 100 kilómetros de litoral con playas preciosas y diversas. En el norte, playas grandes y extensas, como las de Calella y Santa Susanna, y en el sur, playas de arena fina y dorada, como las de Castelldefels, se alternan con la costa escarpada del Garraf y calas recónditas, como la de la Vinyeta.

Para el deporte, nada mejor que Santa Susanna, Calella y Castelldefels, denominados Destinos de Turismo Deportivo, con instalaciones, alojamientos y servicios preparados para la ocasión. Asimismo, a lo largo de la costa, se encuentran hasta nueve puertos deportivos, numerosos clubes y dos estaciones náuticas, concretamente, la de Santa Susanna y la de Vilanova i la Geltrú, donde la vela y el windsurf son las actividades náuticas por excelencia. 

También las extensas playas del Maresme, el Baix Llobregat y el Garraf están acondicionadas para el paseo tranquilo o para refrescarse plácidamente en las terrazas de los chiringuitos. Además, las pequeñas calas que se esconden entre las rocas se convierten el refugio soñado por los amantes de la calma y la práctica del naturismo. Por la noche, nada mejor que una cena con productos locales en un restaurante del paseo marítimo. 

Destino ideal para familias 

En verano, las comarcas de Barcelona se convierten en el destino ideal para las familias. Seis municipios están distinguidos con la marca Destino de Turismo Familiar (DTF) por su especial sensibilidad hacia las necesidades de los más pequeños. Calella, Pineda de Mar, Santa Susanna y Malgrat de Mar, en el Maresme, disponen de servicios y alojamientos adaptados para niños. Playas con bandera azul, una base náutica y otros equipamientos donde disfrutar de los deportes de mar y muchas áreas de juego infantiles. 

En el Garraf, Vilanova i la Geltrú también es Destino de Turismo Familiar y ofrece largas playas, una estación náutica y el Museo del Ferrocarril de Catalunya; mientras que Castelldefels, en el Baix Llobregat, combina perfectamente mar y montaña con su oferta de playas y las visitas al Parque del Garraf. Para las actividades náuticas dispone del Canal Olímpico de Catalunya. 

Por último, los apasionados de la montaña encuentran en Berga, en Pirineos Barcelona, también Destino de Turismo Familiar, junto con los municipios de Avià, Capolat, Castellar del Riu y Cercs, un lugar ideal para el excursionismo. 

Tres territorios vitivinícolas 

Tierra vinícola desde los tiempos de los fenicios, en las comarcas de Barcelona se encuentran tres territorios vitivinícolas: Penedès, Alella y Pla de Bages con cinco Denominaciones de Origen.  

La D.O. Penedès —con sus dos corazones: Sant Sadurní d’Anoia y Vilafranca— es la más extensa de Catalunya y la que más bodegas tiene, con una oferta de actividades enológicas que está en consonancia con su importancia. 

La D.O. Alella es la más pequeña, pero su reducida extensión ha hecho que los productores locales se concentren en la elaboración de vinos de gran calidad, como los célebres blancos de Alella. 

Con un gran protagonismo del paisaje, la D.O. Pla de Bages es un territorio vitivinícola donde se alzan formaciones tan impresionantes como Montserrat, las sierras de Castelltallat, Sant Llorenç del Munt i l'Obac y el macizo del Montcau. Se trata de espacios naturales muy singulares y atractivos para explorar, que enmarcan los viñedos. Para aprender de vinos y de cavas, el VINSEUM (Museo de las Culturas del Vino de Cataluña) y el Cava Centre (Centro de Interpretación del Cava) son de visita obligada. 

Patrimonio cultural reconocido por la UNESCO

En este territorio el rico patrimonio cultural responde a su larga historia: restos prehistóricos y villas termales romanas, iglesias y monasterios de estilos románico y gótico, castillos medievales que en verano acogen festivales musicales, edificios modernistas diseñados por los mejores arquitectos, fábricas e instalaciones industriales transformadas en atractivos museos. 

Un legado reconocido por la UNESCO, que ha declarado Patrimonio Mundial la obra de Gaudí, y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad eventos de cultura popular como la Patum de Berga, los castells (torres humanas) y la Fia-faia.

En las Comarcas de Barcelona, los amantes del Modernismo encuentran muchas manifestaciones de este arte total que juega con la naturaleza: casas de veraneo, viviendas urbanas, jardines, bodegas y fábricas construidas a finales del siglo XIX por Antoni Gaudí u otros creadores de esta corriente estética. Diversas poblaciones, además, permiten conocer este extraordinario legado siguiendo sus rutas modernistas.

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