Un programa que involucra a personas mayores en el reciclado, innovación para las cintas de las plantas de selección de residuos, mejoras en la reorganización de los contenedores… No es una enumeración al azar, sino una suma de los proyectos que han pasado por IDEA, el programa de Ecoembes que anima a sus empleados a lanzarse al emprendimiento.
Creado en el año 2016, IDEA “es un programa de intraemprendimiento que nació con la intención de fomentar la cultura de innovación interna”, explica Teresa Gallastegui, directora de Personas y Organización de Ecoembes. La iniciativa permite que cualquier empleado o grupo de empleados, con independencia de su nivel dentro de la empresa y del departamento al que pertenezca, pueda presentar una idea de negocio relacionada con la actividad de la compañía.
En sus ocho años de trayectoria han recibido más de 400 propuestas de todo tipo. “Hay ideas muy operativas, otras que tienen que ver con proyectos sociales, con nuevos procesos, con nuevas tecnologías… Ponemos mucho el foco en el retorno y cualquier idea que apoye un reto estratégico de la compañía es susceptible de avanzar”, indica.
Al hablar de avanzar, Gallastegui se está refiriendo al proceso que supone IDEA. Y es que, esto no va solo de presentar una idea y olvidarse. El programa incluye una serie de fases, durante las cuales los empleados, siempre con el acompañamiento de la empresa, se enfrentan a las situaciones propias de emprender.
Así, el programa arranca con una convocatoria, que este 2024 supuso la presentación de más de 50 ideas por parte de los empleados. Entre todas ellas, el comité IDEA seleccionó diez que llegaron ante el Comité de Dirección, donde se escogieron las tres finalistas para iniciar un período de incubación y, en caso de probarse su viabilidad, de aceleración.
Los participantes coinciden en destacar que embarcarse en IDEA es bastante parecido a cursar un máster práctico y acelerado en el que uno aprende un proceso íntegro que abarca desde elaborar un business plan hasta comunicar un proyecto. Y es que, este programa invita a crear sinergias transversales entre participantes de diferentes departamentos que puedan poner al servicio de una idea sus conocimientos.
Cambiar al ‘chip emprendedor’
Smart Truck es el nombre del proyecto de Juan Carlos Arranz e Isabel Tennenbaum. Su idea propone utilizar la tecnología para obtener información sobre el volumen de envases que alberga un contenedor en el momento de su vaciado en el camión de recogida.
“Con la pandemia, no se podía entrar en las plantas de selección a hacer análisis y nos dimos cuenta de que habíamos estado unos meses sin saber lo que había dentro de los contenedores. Con esta tecnología, no pierdes esa información”, explica Tennenbaum.
Esta información resulta muy valiosa ya que gracias a ella pueden saber qué contenedores se llenan antes y adaptar las frecuencias de recogida de los residuos para ser más eficientes. También permite conocer, al combinar los datos del volumen y del peso del contenedor, si dichos residuos se han separado correctamente o no. “Sabiendo los puntos donde la relación peso-volumen se desvía de lo que debería ser, puedes focalizar las campañas de concienciación”, aclara Arranz.
Quedaron segundos y tras dos años de trabajo han realizado una prueba piloto en Burgos que ha arrojado una fiabilidad del 97% en los datos. Ahora, se encuentran trabajando en un plan de expansión.
Si se les pregunta, de IDEA Tennenbaum valora “el que apuesten por ti y te den esa facilidad de poder ser creativo e innovador”. Arranz, por su parte, resalta que entrar en este programa “te hace cambiar el chip, te abre la mente a pensar en soluciones del día a día”.
No siempre es un ‘Go’: la otra cara del emprendimiento
En el programa IDEA no todas las propuestas que pasan por la fase de incubación reciben el Go. Es lo que ocurrió con Truckify, el proyecto de Jesús Espinar, Fede Bonfe y Jaime Hernández. Su idea pasaba por aprovechar las rutas de camiones de mercancías convencionales para recoger los envases separados en plantas de selección y acercarlas al reciclador.
Quedaron terceros, pero en la fase de incubación se toparon con diferentes trabas. La principal fue el hecho de que los transportistas deben contar con documentación y títulos específicos para trasladar residuos, lo que les hizo reformular su idea hasta plantear una plataforma logística para crear sinergias con otros transportes. “Con esta evolución, nos dimos cuenta de que ya había una solución de este tipo y que no era necesaria”, apunta Espinar.
A pesar de ello, llevan en la mochila varios aprendizajes. “No llegar al desarrollo final es algo que muchos emprendedores se encuentran en el mercado. Todo esto nos ha permitido enfrentarnos a reuniones de feedback, a respuestas de empresas en el mercado que nos decían que eso no se podía hacer o que ya se estaba haciendo. Te das cuenta de todo el proceso que hay detrás del desarrollo de una idea”, apunta Bonfe.
“El aprendizaje es que antes de lanzarte a un proyecto es muy importante saber el problema o necesidad que estás cubriendo al cliente y que realmente se pueda llevar a cabo y que no exista. Además, del propio conocimiento que te llevas, ya no solo del reconocimiento profesional de estar en el escaparate de la empresa, sino las herramientas que para analizar y resolver proyectos”, resume Espinar.