Escuelas cerradas y brecha social: solidaridad para la infancia más vulnerable
“Fin de la pobreza” en el primer punto. “Educación de calidad” en cuarto lugar. Son dos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) previstos en la Agenda 2030 pero, al igual que el resto de desafíos globales, su cumplimiento peligra tras la irrupción de la Covid-19. A 10 años de alcanzar las metas propuestas por Naciones Unidas para transformar el mundo y mejorar la vida de todos, la realidad en España, y sobre todo en los países más vulnerables, está lejos de avanzar en el camino previsto.
La prueba la tenemos muy cerca, con los casi 4.000 niños y niñas en España que estos meses dependen del programa Beca Comedor en Casade Educo para tener asegurada una alimentación equilibrada tras el cierre de los colegios; pero también fuera, con los lotes de comida o los kits de higiene y limpieza para prevenir contagios que esta misma ONG reparte a las familias más necesitadas en India, Nicaragua o El Salvador. “Llevamos años trabajando con la infancia con menos recursos, pero ante esta situación estamos siendo más ágiles a la hora de actuar porque la urgencia es inminente”, destaca Macarena Céspedes, Directora de Educo en España.
Si la última Encuesta de Condiciones de Vida, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en junio de 2019, reflejaba que el 29,5% de los niños y niñas está en riesgo de pobreza o exclusión social en España (una de las tasas más elevadas de la Unión Europea), con la crisis del coronavirus estas dificultades se agravarán. Según una encuesta realizada en el mes de abril por Educo a 800 familias con hijos menores de 16 años, 6 de cada 10 encuestados creen que tendrán que recortar los gastos y de ellos el 70% lo hará en algo tan básico como es la alimentación. Ante estos datos, Educo ha reorganizado sus programas para paliar este duro impacto económico. “Estamos trabajando codo con codo con 228 centros educativos y 50 entidades sociales de todo el territorio para hacer llegar las becas comedor directamente a los hogares”, explica Céspedes. Esta ayuda se recibe a través de transferencia bancaria, tarjetas monedero o cestas de comida.
Educación y brecha social
El debate sobre la reactivación económica ha dejado en un segundo plano a la educación, otra de las grandes damnificadas por la pandemia. La Plataforma de Infancia, de la que es miembro la ONG Educo, ha elaborado el documento ‘Recomendaciones para una desescalada’ con propuestas para promover los derechos afectados en el estado de alarma, como que ningún niño o niña se quede atrás con el comienzo del curso escolar y que se aprueben medidas que permitan conciliar a las familias. “La educación siempre debería estar en el centro de las decisiones, porque es esencial y un pilar fundamental.
“Esta crisis nos ha demostrado que tenemos un sistema educativo con carencias importantes, que no tiene las herramientas necesarias para asegurar que todos los alumnos tengan acceso a la educación online”, señala Macarena Céspedes. Sin ordenadores y sin acceso a la red en casa, los alumnos más desfavorecidos no pueden seguir las clases de forma virtual o realizar sus tareas, por lo que millones de niños y niñas ven interrumpido su derecho a la educación. Con un seguimiento a distancia y contenidos educativos por parte de los equipos docentes “estamos trabajando para que todos los hogares tengan la conectividad y los terminales adecuados, además de dar apoyo a los padres sin la capacidad académica para ayudar a sus hijos o que no están en casa al tener que trabajar fuera. Necesitamos un sistema educativo robusto y de calidad, que no siempre se queden atrás los que más dificultades tienen” indica la directora de Educo en España.
El apoyo psicológico a los niños y niñas tras el confinamiento también requiere de seguimiento, por el cambio en todas sus rutinas y por la dificultad de regular sus emociones ante una situación extraña y desconocida. Macarena Céspedes insiste en “la importancia de hablar de cómo nos hemos sentido, expresar nuestros miedos y temores…Hemos pasado por diferentes emociones que hay que reconocer y entender, por eso este verano pondremos en marcha un programa especial con un componente muy importante en lo emocional”.
No dejar a nadie atrás
Ante el cierre de la mayoría de las 3.000 escuelas con las que Educo colabora en los 13 países donde está presente, esta ONG centrada en la infancia está volcando todos sus esfuerzos en aportar soluciones de urgencia en los contextos más vulnerables: entrega de productos higiénicos en El Salvador, kits de alimentación para familias en Bangladesh, educación a distancia a través de la radio en Mali o reparto de mascarillas en Filipinas. “Si algo hemos aprendido es que la pandemia nos afecta a todos por igual y que hay problemas que son globales. Es necesario afrontarlos de manera cooperativa, ser una sociedad justa y comprometida con nuestros vecinos, pero también con los que no están tan cerca. No es un tema de fronteras”, recuerda Céspedes.
Tras más de 25 años luchando para conseguir un mundo donde niños y niñas disfruten plenamente de sus derechos y de una vida digna, Educo llama a la solidaridad ante esta emergencia social a través de donaciones para llevar más Becas Comedor a las casas, o bien como socio para reforzar sus más de 100 proyectos de cooperación en todo el mundo: es la manera de acabar con las desigualdades y crear oportunidades para los más desfavorecidos, y siempre con la escuela como centro de todas sus acciones.