Transformarnos para salvar el planeta
El planeta Tierra es nuestro único hogar. No tenemos otro de repuesto. No hay un plan B. La humanidad tiene la obligación de cuidarlo y salvaguardar sus recursos finitos. Por ello, es necesario adoptar cambios transformadores que nos permitan vislumbrar un futuro más sostenible.
El Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio, lleva este año por lema ‘Una sola Tierra’ y reclama cambios profundos en las políticas y en nuestras decisiones para vivir en armonía con la naturaleza, impulsando un estilo de vida más limpio, ecológico y sostenible.
El cambio climático, causado por la actividad humana, está agravando la pérdida de biodiversidad y esta, a su vez, acelera el calentamiento global, ya que muchos de los ecosistemas afectados, como océanos y bosques, son determinantes en la absorción de emisiones de carbono.
El agua, recurso básico para la existencia de vida, sufre las consecuencias de todo ello. Sequías e inundaciones se suceden. Disminuye la calidad del agua y, sobre todo, se agrava aún más su escasez. En 2030, se estima que el 47% de la población vivirá en áreas con estrés hídrico, siendo España una de las zonas más afectadas. Además, el crecimiento de la población mundial requiere más recursos y alimentos, por lo que cada vez se necesitará más agua para la agricultura, la industria y las ciudades. En concreto, se calcula que la demanda de agua aumentará entre un 20% y un 30% de aquí a 2050.
Agbar, referente en la preservación del medio ambiente
Agbar, grupo con una trayectoria de más de 150 años, ofrece soluciones innovadoras en la gestión sostenible del agua, de los recursos naturales y de la salud ambiental para las ciudades, la agricultura y la industria, en línea con la hoja de ruta de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible —ODS— de Naciones Unidas. En España y América Latina, la compañía presta servicio de agua a 37 millones de personas, en más de 1.200 municipios.
En la lucha contra el cambio climático y la preservación del medio ambiente, Agbar se apoya en la innovación y la digitalización, así como las alianzas, para acelerar la transformación ecológica y para contribuir así a proteger mejor el planeta y mejorar la calidad de vida de las personas.
La compañía apuesta por la mitigación del cambio climático mediante la compra de energía verde, la generación de energías renovables y el impulso de la movilidad sostenible, entre otras iniciativas. En 2021 el grupo generó 90,02 gigavatios-hora de energía eléctrica renovable, que proviene en un 89% del aprovechamiento del biogás, en un 9% de la energía solar fotovoltaica y en un 2% de turbinas hidráulicas. Además, inyectó a la red eléctrica 14,03 gigavatios-hora de energía verde, evitando de esta manera la emisión de 2.104,8 toneladas de dióxido de carbono equivalentes.
Resiliencia y economía circular
El grupo impulsa la adaptación a las consecuencias del cambio climático mediante el desarrollo de planes de resiliencia para hacer frente a los efectos del cambio climático sobre los recursos hídricos.
En este ámbito, Agbar ha desarrollado una plataforma digital que permite analizar, mediante simulaciones, la capacidad de las principales infraestructuras existentes de una ciudad para mitigar los efectos de las inundaciones y evaluar medidas alternativas para mejorar la resiliencia de la zona, especialmente útil en las zonas de clima mediterráneo expuestas a episodios de lluvias torrenciales que serán cada vez más frecuentes.
Cuidar el planeta significa también dar una nueva vida a los recursos, avanzando hacia el paradigma de la economía circular. Agbar ha puesto en marcha un modelo de transformación de las depuradoras tradicionales en biofactorías. Se trata de verdaderas ‘fábricas’ de recursos que regeneran el agua para nuevos usos —riego, agrícola e industrial—, valorizan todos los residuos —por ejemplo, generación de biogás a partir de los lodos resultantes de la depuración—, y, por último, producen energía para su propio abastecimiento, generando un impacto positivo en su entorno.
La biofactoría Sur de Granada se ha convertido en un referente de economía circular a nivel internacional. La planta ha conseguido que prácticamente el cien por cien del agua depurada se reutilice para el riego de cultivos leñosos y prácticamente la totalidad de los lodos, arenas y grasas tienen una segunda vida como abono en agricultura o jardinería. Además, es una instalación autosuficiente a nivel energético, aportando energía renovable a la red.
En este ámbito, Agbar consigue valorizar el 71,2% de los residuos generados en las plantas depuradoras y el 48,8% de los generados en potabilizadoras. Asimismo, la compañía reutiliza en todo el territorio 128,7 hectómetros cúbicos de agua regenerada —el equivalente a 42.900 piscinas olímpicas—, destinando un 53% para uso agrícola.
Soluciones basadas en la naturaleza
El desarrollo de soluciones basadas en la naturaleza es otro de los ejes de Agbar. En el ámbito urbano, el parque La Marjal, en Alicante, es una zona de ocio inundable, creada para retener las aguas pluviales y mitigar así las inundaciones en la ciudad durante los episodios de lluvias torrenciales, que sirve también de refugio para especies de vegetación y fauna de la región.
En el Delta del Ebro, en Tarragona, Agbar gestiona los humedales de depuración de Illa de Mar y de L’Embut, que limpian de forma natural el agua utilizada para el cultivo del arroz mediante el uso de la vegetación acuática y de los microorganismos. Declarados reserva natural de fauna salvaje por la Generalitat de Catalunya, son una zona de alto interés ornitológico.
La depuradora de Cabezo Beaza —Cartagena—, además de limpiar el agua, contribuye a la conservación de la biodiversidad gracias a sus lagunas artificiales de almacenamiento de agua que sirven de refugio a más de 30 especies de aves acuáticas, entre ellas la malvasía cabeciblanca, un peculiar pato buceador que se encuentra en peligro de extinción.
Sólo hay un planeta Tierra. Cuidar su riqueza ambiental es una misión colectiva. Cada gesto cuenta.